Caratula
El Derecho al Agua en el Sur de las Américas

Ceremonia de entrega del Protocolo de Santiago.


Patricia Román

Saludo a todas y todos los que hemos trabajado estos dos días, y también a las personas que nos están acompañando, en esta ceremonia de entrega del Protocolo de Santiago.

Queremos dar la más calurosa bienvenida a nuestros amigos Pablo Lazo, de la Dirección General de Relaciones Internacionales de la Cancillería; a Femando Ayala, Jefe de Gabinete de la Secretaría General de Gobierno; a Héctor Mella, Seremi de la Región Metropolitana del Ministerio de Agricultura; a Dionisio González, Consejero Comercial de Cuba; a Iraima Brito, Encargada Cultural de la Embajada de Venezuela; a Augusto Saa, Ministro de la Embajada de Ecuador; al diputado electo de Ecuador, Salvador Quisphe.

Para los que recién se integran, quiero decirles que hemos estado desde la sociedad civil dos días -con una agenda muy apretada, pero también muy interesante, muy rica, muy fraternal, muy afectiva- tratando temas como OMC, ALCA, mercantilización de los servicios, acuerdos comerciales y regulación de los servicios y de los recursos naturales, desde las experiencias en el Cono Sur.

Además, compartiendo experiencias de defensa del agua tanto desde los procesos, como desde los actores y las estrategias. Y en el día de hoy tuvimos una rica, fluida y amena reflexión sobre las condiciones de exigibilidad, instrumentos e instancias de estrategias legales que, desde la sociedad civil, podemos ir implementando para lograr ese otro mundo con el cual soñamos, ese otro mundo que creemos posible y al que está orientado, así como esta Consulta-Taller Regional del Cono Sur, el Tercer Foro Social Mundial que se desarrollará en Porto Alegre y que lleva por título "Exigibilidad Ciudadana frente a Procesos de Privatizaciones en Servicios y Recursos Naturales, Negociaciones Comerciales, Unión Europea, ALCA y Tratados de Libre Comercio".

Estamos acá, en nuestra casa, donde funciona el parlamento y quienes representan a la sociedad civil, y quisiera resaltar que las personas que han estado aquí, tanto de Chile como de Perú, Argentina, Bolivia, Ecuador y España, son representantes de organismos no gubernamentales, de redes sociales, sindicatos y organizaciones sindicales de primero, segundo, tercero y cuarto grado.

Ha sido un gusto tener sectores tan diversos como la pesca artesanal, la minería, comité de regantes. Foro del Agua, y, entre todos, haber podido llegar a un consenso como el que representa el Protocolo de Santiago de Chile, que queremos hacer llegar a los parlamentarios, a los representantes gubernamentales y a los representantes de las embajadas de los distintos países en Santiago.

Tenemos el orgullo de que esta presentación sea hecha por un compañero nuestro, diputado electo de Ecuador, Salvador Quisphe.


Salvador Quisphe

Buenas tardes a todas y todos. Nuestro saludo, y mi saludo, especialmente a los amigos miembros del gobierno de nuestra hermana República de Chile. Mi saludo al señor Ministro que representa a nuestro país, Ecuador, en Chile. Y, sobre todo, a las compañeras y compañeros que han sido parte de este evento de consulta, respecto a los temas que le preocupan a la sociedad civil o a los pueblos, como nosotros acostumbramos decir en el Ecuador.

Hemos tratado algunos temas que hoy en día son de enorme preocupación, sobre todo para los pueblos que hemos estado permanentemente al margen de la toma de decisiones respecto a tratados de libre comercio, temas de producción, uso de los recursos naturales. Nos hemos concentrado en Santiago de Chile para unir esos criterios y escuchar las preocupaciones de los representantes de organizaciones sociales de los distintos países del Cono Sur.

Quiero compartir con ustedes, señores representantes del gobierno de Chile, agradeciendo una vez más por su concurrencia, las conclusiones a las que hemos llegado. No son sino las mismas que en otras ocasiones ya hemos conocido como, por ejemplo, la falta de legitimidad de un proceso de privatizaciones que casi siempre se ha llevado a cabo, al igual que las negociaciones comerciales, en forma secreta. Falta mucha información desde quienes están impulsando estas negociaciones, hacia quienes más tarde vamos a ser los que debamos sujetarnos a la entrega de concesiones o de privatizaciones de cualquier empresa, ya sea de bienes o servicios. Hemos llegado a la conclusión de que siempre hace falta mayor información cuando se da este tipo de negociaciones.

Casi siempre ha habido un irrespeto a las leyes internas de cada uno de nuestros países, y yo resalto esto en el caso ecuatoriano. Hemos tenido que confrontarnos duramente con nuestros gobiernos de turno, incluido el actual, para exigir que se respeten las normas jurídicas que existen en el país. Felizmente en el caso último, cuando se pretendía privatizar el sector eléctrico, se logró hacer que el gobierno ecuatoriano, dirigido por el Presidente Gustavo Novoa, escuchara nuestras voces. Sin embargo, no ha sido fácil, ha sido después de una larga jornada de movilizaciones. ¿Simplemente para qué? Para decir que aquí hay una ley y debe respetarse, aquí hay una constitución y debe respetarse. Nosotros nos preguntamos por qué la sociedad civil tiene que recurrir a grandes movilizaciones, en las que muchas veces incluso mueren compañeros, para tan sólo decir: respeten la ley. Me perdonará el señor Ministro, representante nuestro acá, pero solamente estoy tomando un ejemplo de lo que ocurre en algunos otros países del mundo también.

Y lo que más preocupa: procesos de privatizaciones que al fin de toda la experiencia que conocemos en este lado del mundo, no han generado sino más bienestar, más utilidades, para quienes los impulsan. Es decir, para un sector, para quienes manejan el poder político y el poder económico, y sobre todo, el poder económico. Del otro lado, el mismo proceso de privatizaciones va generando mayor pobreza, más miseria, más hambre. Y tenemos ejemplos muy frescos y que suenan, porque estamos aquí al lado. Nuestra hermana República de Argentina vive aún una situación muy difícil como resultado, no solamente de un proceso de privatizaciones, sino del ofrecimiento y entrega de servicios que el Estado debería asumir con más responsabilidad. Y nos preocupan enormemente, sobre todo, los problemas sociales.

Es por eso que la sociedad civil ha iniciado desde hace mucho rato atrás un proceso de reflexión, de análisis, de conocimiento y, sobre todo, de búsqueda de alternativas para ir mejorando el sistema de producción, el ofrecimiento de servicios, las formas de comercialización.

Considerando que vivimos un momento en el que la globalización ha hecho que el mundo sea muy pequeño y que no cesan los intereses de las corporaciones transnacionales o de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial y sobre todo, por propia responsabilidad nuestra, hemos tenido que generar algunas alternativas.

Conociendo que en este momento se discute y se negocia un tratado de libre comercio denominado ALCA para nuestros países, hemos venido diciendo permanentemente que sí es posible una integración diferente, sí es posible una integración solidaria entre nuestros pueblos, entre nuestras naciones, sí es posible una integración con respeto a la soberanía de cada una de nuestras naciones.

Para terminar y antes de entregar el documento, quiero hacer un llamado. Necesitamos que en nuestros gobiernos se hagan mayores esfuerzos para pedir, para exigir, para demandar a los que ponen sus iniciativas de libre comercio, como es el caso del ALCA, o de los Estados Unidos, impulsar este tipo de tratados buscando igualdad de condiciones y no nuestra subordinación por la vía de que si no estamos de acuerdo en firmar un tratado, no nos van a prestar algún crédito que estaba pendiente. Quizás ése ha sido uno de los chantajes más grandes que nos han puesto los países hegemónicos para obligar a que nuestros gobiernos -porque los pueblos no han firmado jamás, los pueblos jamás han estado de acuerdo- en un momento determinado, hayan tenido que subordinarse y firmar tratados de cualquier tipo, para que más tarde no sean los gobiernos sino los pueblos los que terminemos siendo víctimas de ellos.

Y por eso es que nos hemos reunido hoy, una vez más, en Santiago de Chile. Agradezco por la invitación; agradezco por la hospitalidad que nos han dado, pero esto continúa. Ayer fue en Porto Alegre, más adelante fue en Quito. Hoy ha sido aquí, en Santiago de Chile, mañana será en cualquier otro lado.

Termino diciendo que es necesario, urgente, que estas conclusiones a las que llega la sociedad civil, a través de sus organizaciones, o incluso a través de representantes oficialmente nombrados, como es el caso mío propio, sean escuchadas por los gobiernos, sean escuchadas porque, caso contrario, serán los gobiernos los responsables de cualquier situación mucho más difícil que se venga en el futuro. Por eso es que nosotros, haciendo uso de nuestros derechos pero también por el mandato de nuestras propias responsabilidades, nos reunimos muchas veces con el apoyo de los gobiernos y, otras veces, sin contar con su apoyo. Es nuestra responsabilidad decir lo que se ha tratado, decir lo que se piensa y pedir que los gobiernos escuchen estas sugerencias y que, en función de eso, se impulse cualquier forma, cualquier iniciativa hacia el mejoramiento de los servicios, de los bienes, del comercio, de la producción, del endeudamiento, en fin.

El Protocolo de Santiago va dirigido hacia los gobiernos, hacia los parlamentarios y hacia la sociedad civil, porque consideramos que somos todos parte de un todo y todos somos responsables de estas materias.

Solamente esperamos que se abran las puertas como debe ser, por cada uno de los sectores, y que de esa manera podamos armonizar nuestros criterios y, juntos, construir días mejores para cada uno de nosotros.


Fernando Ayala |1|

Buenas tardes. Muchas gracias por esta invitación de la secretaria ejecutiva de la Alianza por un Comercio Justo y Responsable, Coral Pey.

Señoras y señores del cuerpo diplomático acreditado en Santiago que han venido a esta ceremonia, diputado de la hermana República del Ecuador, representantes de organizaciones de la sociedad civil, funcionarios de gobierno.

Es un honor para mí representar al ministro Heraldo Muñoz, quien pasa por algunos días un poco ocupados y no pudo venir a esta ceremonia como hubiese sido su deseo -lo mismo la subsecretaría, María Eliana Arntz, quien se disculpó especialmente, tenía ella muchos deseos de asistir acá-, para recibir este documento que contiene reflexiones de la sociedad civil. Esa sociedad civil que, día a día, ha ganado mayores espacios en diferentes países, en diferentes lugares, con diferentes formas de expresar la opinión de la gente, del ciudadano común, de aquél que se ve afectado, que sufre las consecuencias positivas y negativas de los procesos de integración de este fenómeno mundial de globalización, y de los procesos de integración económica, que en algunos lugares reciben más o menos resistencia.

Nadie duda de los beneficios de la integración económica en términos generales, pero esos términos generales son personas y el gobernar, el tomar decisiones para los pueblos, para las generaciones futuras, implica resultados muchas veces inciertos. En el caso de Chile, podemos decir con orgullo que los gobiernos de Chile que han iniciado estos procesos de integración económica, han buscado cada vez de mejor manera escuchar a la gente, escuchar a la sociedad civil.

Los procesos como el ALCA, los acuerdos de libre comercio que ha firmado Chile con países de la región y con países fuera de la región, los acuerdos de cooperación con la Unión Europea, todos ellos han tenido instancias donde se ha escuchado a la sociedad civil, se han hecho llamados por los periódicos para que la sociedad civil haga presente sus comentarios, objeciones e ideas.

Sin duda que es incierto el futuro que tenemos adelante. Hoy día ustedes hablan del tema del agua, también es el ozono, también son los recursos marítimos, también son nuestros bosques, también son las reservas ecológicas... Son muchas cosas, pero lo que tenemos que hacer nosotros es enfrentar los desafíos y la globalización existe independientemente de nuestra voluntad.

Los procesos de integración económica son resultado también de mucha gente que está de acuerdo con ellos, de mucha gente que quiere más integración. La globalización, dentro de todas las cosas, también acentúa la identidad de la gente, de los pueblos, de las comunidades, porque hace que la gente busque defenderse, defender su identidad cultural.

Nosotros, como gobierno, tenemos plena conciencia de los desafíos que representan los procesos de integración. Siempre hemos supuesto ahí un margen que no conocemos, que no sabemos, pero estamos convencidos de que los procesos de integración económica generan mejores oportunidades para la gente, para todas las personas.

Estamos convencidos de que Chile no puede quedarse fuera de este proceso y queremos -con nuestro modesto ejemplo- ayudar, queremos mayor integración, queremos más Mercosur, queremos mejores acuerdos y queremos, por supuesto, que todo esto sea en beneficio de todas las personas.

Es una suerte que tengamos en Chile organizaciones de la sociedad civil. Ojalá cada día tengan mayor fuerza, ojalá cada día hagan mayor movilización, porque eso va a permitir que los acuerdos que firmemos contemplen cada vez más los intereses de todas las personas.


Pablo Lazo |2|

En primer lugar, quiero saludarlos a todas y a todos. A nuestro diputado que nos visita, representantes de la Alianza, miembros del cuerpo diplomático.

Escuchando atentamente las palabras del diputado de Ecuador, se trasluce en ellas la necesidad de hacer un viraje acerca del cómo tienen que hacerse todos estos procesos, acerca del cómo tendría que hacerse eventualmente el proceso de la globalización o los procesos de integración. Cómo es posible que estos procesos de privatización no se hagan en forma transparente, en forma ecuánime, cautelando el bien del ciudadano común. Cómo es posible que estos procesos de negociaciones con los organismos multilaterales -que para eso están, para facilitar la vida de los ciudadanos comunes en todo el planeta- no tengan la debida transparencia, no tengan la percepción en la ciudadanía, que supuestamente se debe ver beneficiada con estos organismos multilaterales y con su acción, que haya esa percepción de que se sientan atacados, como el caso de Argentina, donde el ciudadano común se siente atacado por quien debiera ayudarlo.

Esa percepción deriva, precisamente, de la falta de transparencia, de la falta de información, de la falta de acceso de la ciudadanía a lo que hacen las autoridades y sus mandatarios en los distintos cargos de gobierno. Y por eso, desde luego, ha sido esa la intención siempre de los gobiernos democráticos que han gobernado Chile desde el año 90, desarrollar al máximo -como

decía el jefe de gabinete del ministro- la transparencia de las actuaciones de las autoridades hacia la sociedad.

Siempre habrá algo que mejorar y siempre habrán aspectos perfectibles, pero esa es la intención, porque estamos convencidos de que eso es lo que le da mayor legitimidad a las acciones de las autoridades. Porque cuando no existe esa transparencia, finalmente, el ciudadano la busca y la reclama en la calle, y la reclama a veces con violencia. Porque no puede ser de otra manera, no puede ser que el ciudadano no tenga acceso a la información de lo que pasa en su país.

Naturalmente, estos son procesos complejos, son procesos dinámicos, son procesos difíciles y, en cada país, cada ciudadanía tiene que reclamar de sus autoridades la transparencia, y no solamente la transparencia por la transparencia, sino la transparencia para llegar a lo que debe ser la acción del gobierno finalmente: servir a su pueblo, servir a su gente, servir para que todo el conjunto de los ciudadanos tenga una vida mejor.

Creo que en las palabras del diputado y en la presentación que someramente he visto que resume las conclusiones de los debates que ustedes han tenido en estos días de trabajo acá, en Santiago, se trasunta ese anhelo por incorporar valores a estos procesos, por incorporar el valor de la transparencia, el valor de la solidaridad, el valor de la ecuanimidad y, por cierto, desde el punto de vista del gobierno de Chile puedo garantizarles que esos valores serán siempre ampliamente recogidos y esperamos que también lo sean en las hermanas repúblicas de América.

La globalización, como dice Stiglitz, es un proceso que está avanzando con una rapidez muy fuerte, y si bien es cierto tiene efectos que pueden ser considerados amenazantes, hay que tener cuidado con demonizarla y, por el contrario, hay que ponerle el signo, el signo progresista, el signo de la equidad, el signo de que finalmente afecte positivamente a la ciudadanía toda.

Creo que el darse el tiempo de estructurar propuestas concretas, de hacerlas llegar a los gobiernos y, en seguida, de reclamarles a los gobiernos si acaso las han escuchado y si acaso las han procesado y qué es lo que han respondido, es el trabajo que nos demanda el tiempo futuro y, por lo tanto, desde ese punto de vista y junto con traerles los saludos y excusas de las autoridades de la Direcom, particularmente del director general, don Osvaldo Rosales, para nosotros es muy grato recibir estas inquietudes de la sociedad civil para traspasarlas a nuestras autoridades, para procesarlas en las negociaciones de los tratados de libre comercio en que nosotros estamos inmersos y para garantizarles que también las haremos saber en los foros regionales correspondientes.

Los felicito sinceramente por este trabajo y esperamos que tenga más frutos en el futuro y se multiplique la actividad de la sociedad civil, no solamente en un foro en Santiago sino en múltiples foros en todos los países de América, para que la voz del ciudadano se haga sentir con el peso que merece.


Notas:

1. a nombre de la Subsecretaría General del Gobierno de Chile [Volver]

2. a nombre de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, DIRECON, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. [Volver]


Nota editorial: Prohibida su reprodución o copia en otros sitios web sin autorización previa y fehaciente del Equipo Nizkor. © Equipo Nizkor, abril de 2006

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