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Experiencia y logros de los Regantes de Bolivia.
Por Omar Fernández |1|
La Federación de Regantes de Cochabamba y de Bolivia es una organización nueva que ha surgido como contraparte al neoliberalismo que se ha implantado en mi país, a partir de 1985, cuando comenzó a privatizarse. Entonces los campesinos, que tenemos fuentes de aguas, ya sea en lagunas, ríos, vertientes o pozos, nos comenzamos a preguntar si también el agua iba a ser privatizada. Eso nos movió a organizamos, o a recuperar organizaciones que siempre han existido, ya que desde antes de la fundación del país, desde los Incas, nosotros tenemos un manejo de esas aguas.
Nuestra actividad comenzó con la realización de seminarios para poder comprender qué era esa nueva ley de aguas de la que tanto se hablaba en nuestro país. En el año 1999 nos sorprendemos con la noticia de que ya hay una transnacional que se apropia de todas las aguas de Cochabamba; se apropia de las fuentes de agua de las comunidades, de las juntas vecinales, del sistema de agua potable, y, a la vez, por el contrato de concesión, nos hacen pagar nuestras propias aguas.
Según la Constitución Política del Estado, el gobierno es el que tiene la propiedad o el dominio de los recursos naturales, pero jamás, en el caso del agua, ha actuado de esa manera; el agua siempre se ha considerado como un derecho colectivo de las comunidades, como una propiedad comunitaria, y como el resultado de un esfuerzo también comunitario. Su manejo es autogestionario, tanto en las comunidades como en las juntas vecinales.
Entonces, no podíamos entender cómo el gobierno, de la noche a la mañana, podía desestimar un esfuerzo que es comunitario y entregarlo a una transnacional. Pero era así y de la noche a la mañana -de 1999 al año 2000-, la transnacional comienza a subir las tarifas a un 300 %. Esto hace preguntarse a toda la población si esta transnacional tiene plata o ha venido a sacarnos plata para hacer inversiones. Surgen muchos cuestionamientos que los regantes hemos tenido la capacidad de articular, formando un instrumento organizativo muy fuerte que se ha llamado la Coordinadora del Agua y de la Vida.
Y se ha podido, de tal forma, organizar las movilizaciones que incluso han tenido, en determinados momentos, el carácter de en una especie de guerra civil: la gente estaba esperando que saliera el ejército y estaba dispuesta a enfrentarlo. Esto hace al gobierno retroceder en toda la línea.
El gobierno había aprobado la entrega de las aguas a las transnacionales, la privatización de las aguas a esta transnacional específica, y también había aprobado una ley de agua potable altamente cuestionada por las comunidades. Porque ésta daba muchas ventajas y privilegios a la empresa transnacional, a las empresas concesionarias del agua, al otorgarles derechos sobre fuentes de agua por 40 años, en forma exclusiva. Esa ley mencionaba que nosotros, las comunidades que siempre hemos vivido junto al agua, que hemos considerado el agua parte de nuestras vidas, teníamos un solo derecho que se llamaba licencia, por cinco años y con carácter no exclusivo. O sea que, en el término de los cinco años o dentro de ellos, podían ser afectados nuestros derechos, podían quitarnos nuestras fuentes de agua.
Esto también ha sido un motivo para que las movilizaciones tengan los resultados que han tenido.
Se ha logrado pues, botar a la trasnacional Aguas del Tunari, de Cochabamba, y también se ha logrado modificar la ley de agua potable en 40 artículos, que corresponden al 50 % del total, cosa que no había ocurrido en mucho tiempo, si es que no es la primera vez que se logra eso en nuestro país.
Esto nos hizo saber que sí se pueden lograr cambios. Pero también, una vez que hemos rescatado esta empresa municipal -porque la empresa que se entregó a la transnacional era municipal- nos preguntamos y ¿ahora qué?, ¿va a seguir siendo municipal, va a seguir el Estado manejándola? Nosotros hemos hecho una propuesta para generar una empresa social, autogestionaria, cuyas bases las hemos construido en función de la estructura autogestionaria que tienen las comunidades. Es decir, hemos visto que en nuestro país también existen modelos o formas de hacer las cosas que se pueden generalizar.
En este momento se está llevando adelante esta empresa social autogestionaria, con muchos problemas, con participación social y con control social, o sea, no la hemos devuelto al municipio ni al Estado. Es un reto que va a tener dificultades, pero ahí estamos para llevarlo adelante.
A nivel de las comunidades, como ya dije, hemos cambiado la ley de agua potable en un 50 %. Pero ocurre que desde 1985, cuando se impone el modelo neoliberal en Bolivia, habían salido muchas leyes: la ley del código minero, la de electricidad, la de municipios y otras, que ya disponían del agua para que fuera privatizada, para que fuera entregada en concesión. Nosotros pensamos que con la Guerra del Agua se habían terminado los conflictos, pero nada. Resulta que hay empresarios mineros, empresarios de energía eléctrica, que están afectando nuestras aguas y cada vez tenemos más problemas con ellos.
Y cuando hacemos una revisión de todo el aspecto legal, para ver si nosotros también podemos defendernos, vemos que ya se ha hecho todo un marco que protege los intereses de los empresarios y de las transnacionales y no los derechos de las comunidades.
Ahora nos hemos dado a la tarea de construir una propuesta. Primero los regantes estamos organizándonos a nivel nacional y, en segundo lugar, estamos construyendo nuestra propia propuesta desde las bases. Pensamos que en el año 2003 ya vamos a estar en condiciones de movilizarnos y de imponer esta propuesta. Creemos que se puede cambiar el marco legal, como sí hemos cambiado la ley de agua potable en un 50 %. Estamos en esas tareas, a ver cómo nos va.
Quiero decir que sería importante que, así como en Bolivia hemos comenzado a articularnos para defender nuestros derechos sobre el agua, también pudiéramos hacerlo a nivel latinoamericano y con nuestros países vecinos, para ver cómo podemos emprender acciones conjuntas.
Notas:
1. Presidente de la Federación de Regantes de Cochabamba, Bolivia. [Volver]
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