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Sobre el compromiso de los Indígenas y Trabajadores con el Estado del Ecuador
Salvador Quisphe, Diputado de Ecuador |1|
En Ecuador, nuestro planteamiento sobre el agua se sustenta en una idea básica: el agua es un bien de uso social y no un valor de mercado. En esa idea se sustenta el proyecto de ley que presentamos hace seis años ante el Congreso Nacional.
Lamentablemente en este último tiempo hemos vivido una cadena de desestabilización social y política, sobre todo política, con serios problemas financieros, y no se ha podido tratar ese proyecto de ley en el Congreso. Sin embargo, por lo menos tampoco han podido hacer nada los del otro lado, es decir, las cámaras de la producción, los sectores productivos -como ellos se denominan, porque nosotros también somos productivos y la diferencia es que hay un pequeño grupo de productores para las exportaciones y otra gran mayoría de productores para el consumo interno de la nación-; ellos también han presentado su proyecto de ley tratando de que el agua se privatice.
Desde el punto de vista indígena, desde el punto de vista de una convivencia con la naturaleza, creemos que el agua debe ser considerada como un bien de uso social, incluso espiritual, porque para nosotros es definitivamente un elemento que, entre otras cosas, nos va dando energías, dependiendo de las formas como la usemos y de qué tipo de agua se trate. Y eso es lo que defendemos.
Eso es concretamente respecto del agua.
Pero quiero aprovechar este espacio para compartir todas las cosas que se han dicho acá, porque yo tenía entendido que en el caso de Chile, como en el de Argentina, se trataba de países que vivían ya un poco más "a lo europeo". Todo el mundo quería acudir a la Argentina y de repente pasó lo que pasó. Entonces nosotros confirmamos que estamos en el camino correcto: no podemos permitir privatizaciones, tenemos que seguir parándonos duro.
En el caso ecuatoriano, en el año 1992 se aprobó una ley de modernización, y de allí a acá, vivimos todos los días quién se duerme un poco más para privatizar el sector eléctrico, telecomunicaciones, petróleos, educación, salud, los bosques y así, todos nuestros recursos, incluida el agua. A fínales de los 80, antes de la ley, privatizaron una línea aérea, la industria del cemento y una industria de azúcar. Y de ahí a acá no han podido privatizar nada más.
Me aterra lo que he escuchado aquí: que un legislador no puede y no tiene la capacidad para decir "esto va o esto se cambia". Entonces, żde qué estamos hablando? Si es que eso ocurriera en mi país, yo inmediatamente renunciaba a este cargo que me acaban de dar por mandato popular. Yo creo que un legislador es la voz del pueblo y tiene que tener la capacidad de decir: "estoy de acuerdo o esto no lo quiere mi pueblo; esto sí está bien, esto está mal", y si finalmente no puedo hacerlo, yo no levanto mi brazo por eso, y digo claramente por qué no levanto mi brazo, porque finalmente no es mi brazo el que se levanta, es la representación del electorado.
Si no tenemos la capacidad de revisar, de cambiar, entonces debemos preocuparnos mucho. Más aún cuando en estos últimos tiempos ya no rige en nuestros países la legislación interna, que se ha quedado prácticamente para el carajo: en este rato lo que manda es la legislación internacional.
Creo que frente a esto, la responsabilidad está en nosotros mismos. Por eso es que nosotros estamos haciendo una revisión interna de nuestro comportamiento y a veces chocamos en ello con los compañeros de los sindicatos, pues tengo que decirles, "a ver, compañeros del sindicato de trabajadores eléctricos, aquí hay mucha deficiencia en el trabajo y es precisamente esa deficiencia la que utilizan los sectores empresariales para decir que esto no funciona porque es estatal".
En el caso del sector eléctrico en el Ecuador, la empresa eléctrica tiene suficiente dinero como para poder dar un mantenimiento y evitar que tengamos apagones. Pero no lo hacen. Y no lo hacen porque allí hay complicidad entre los que manejan el Estado, que son los mismos empresarios que están buscando comprarse, privatizar y venderse a ellos mismos, mientras los que están trabajando y que son sindicalizados -lo digo con respeto- no han puesto mano dura para exigir que no se permita olvidar y descuidarse de la limpieza, por ejemplo, de la represa.
Pues resulta que pasa el tiempo y las represas están llenas de lodo, viene el estiaje y no hay agua. Y entonces hay que privatizar. Y recién allí decimos simplemente: no a la privatización. Pero resulta que más allá de decir no a la privatización tenemos que decir: vamos a demostrar, como funcionarios estatales, como trabajadores para el Estado, que sí es posible hacer de esta empresa un servicio de calidad.
Porque resulta que si no es verdad que porque una empresa sea privada va a ser necesariamente eficiente, tampoco lo es que, por el hecho de ser del Estado, sea sinónimo de deficiencia. En eso estamos en mi provincia -yo soy del sur del país-, en que todos los compañeros demostremos eficiencia en empresas estatales. Vamos a ver qué pasa, pero hasta aquí como que está funcionando. Por lo menos en lo que es la telefonía, en mi provincia empezó a darse un pequeño cambio y esperamos que eso sea un argumento contra la privatización.
Yo quiero aprovechar este encuentro para invitarnos mutuamente a seguir forjando este tipo de movimiento popular. Definitivamente nosotros vemos que no hay otra solución, aunque tuviésemos el poder en nuestras manos, y creo que la experiencia de Venezuela nos está diciendo eso a cada rato. Si no hay una estructura organizada a nivel popular no estamos hablando de nada, todos los sectores populares -todos, en términos económicos-, estamos totalmente limitados y nuestro único recurso es utilizar bien nuestra fuerza. Ya en este momento no dependemos del poder político, dependemos del poder económico y nosotros, sin embargo, en el caso ecuatoriano, vamos viendo que, junto con otras fuerzas organizadas de sectores sociales del país, sí hemos podido detener aquellos intereses económicos grandes, manejados con toda esa maquinaria económica y muchas veces hemos podido darle otro rumbo.
Por eso es que quisiera invitar a que sigamos fortaleciendo las organizaciones sociales y populares de nuestros países, primero internamente. Yo me pregunto muchas veces dónde está la gran internacional si en nuestros países no la vemos: nacemos desde lo pequeño, no desde lo grande.
En esa línea, nosotros estamos generando una experiencia muy linda, que es la de los Parlamentos Populares en Ecuador. Ese fue inicialmente el espacio del movimiento indígena. Pero más tarde vimos la necesidad de crear un nuevo espacio, más amplio, porque el problema de las privatizaciones, de la deuda externa, del libre comercio, no es sólo un problema indígena, sino que afecta a muchos más: campesinos, urbanos, hombres, mujeres, estudiantes, analfabetos y tantos otros. Entonces lo hemos denominado el Parlamento de los Pueblos, y hoy estamos tratando de consolidarlo, y esperamos que estas experiencias vayan concretándose y que sean esos espacios, que sean esas organizaciones, las que finalmente sostengan un poco el poder.
Estamos en vísperas de definir quién va a ser nuestro Presidente, pero estamos seguros de que si no están estos Parlamentos Populares, si no están los sindicatos del lado del pueblo, si no está la sociedad civil organizada y con claridad de que somos nosotros el poder, y si dejamos sólo al Presidente, -en este caso a nuestro Presidente coronel Lucio Gutiérrez- esto se nos va en un dos por tres. Creo que en Venezuela está prendiendo bastante nuestro amigo Hugo Chávez y que desde ahí se va a defender un proceso revolucionario, pero si nosotros pensamos que el Presidente puede hacerlo solo, entonces estamos fregados: nos vienen de arriba y terminan con todo.
En el caso ecuatoriano, con un presidente amigo nuestro o con presidente del otro lado, nosotros seguiremos impulsando todo ese proceso de organización social para sostener nuestras propuestas y mantenerlas en el debate. Y ya que no nos permiten avanzar, por lo menos tampoco nosotros permitiremos que avancen las privatizaciones y que ellos hagan lo que quieran.
Notas:
1. Ex dirigente nacional de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE. [Volver]
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