La Gran Mentira
La Gran Mentira

Capítulo Cuarto
Los 119

¿A quiénes pertenecían estos 119 nombres? Al comienzo sólo podía decirse que eran nombres de 19 mujeres y 100 hombres. Pero de acuerdo a los antecedentes existentes en la Agrupación de Familiares y en el Comité de Cooperación para la Paz, eran nombres conocidos, reales, exactos, y pertenecían a personas concretas. Por todos ellos se habían presentado Recursos de Amparo.

Si sus nombres se ordenaban según la fecha de su detención resultaba que el primero había sido secuestrado el 23 de mayo de 1974. Era Agustín Reyes González, de 25 años, a quien sus aprehensores habían llevado en tres oportunidades a su casa. El último era Juan Carlos Perelman Ide, de 31 años de edad, detenido el 20 de febrero de 1975.

De modo que todos ellos habían sido detenidos y hechos desaparecer en el transcurso de nueve meses.

Pero... ¿por qué estas 119 personas?, ¿por qué esta cifra? ¿Tenía algún simbolismo, algún significado, era algún mensaje el número 119?

En ese período no sólo se habían presentado Recursos de Amparo por esos 119, sino por 283 personas que de un total de 3.454 arrestados entre mayo del 74 y febrero de 1975, se encontraban desaparecidos.

¿Por qué 119 y no 283 si los demás igualmente no aparecieron nunca más?

Además, sólo 106 nombres figuraban en la petición de Ministro en Visita por 164 personas, que había presentado el Comité de Cooperación para la Paz. Los otros 13 no estaban en esa petición, pero eran igualmente casos conocidos como detenidos desaparecidos.

¿ Era acaso una forma de decir: no estamos contestando sobre lo que ustedes están preguntando?

Para los familiares, para los abogados que llevaban los casos y para cualquier ciudadano que en esos tiempos o después quisiera realizar un nuevo análisis, todo era una gran mentira.

De 94 personas de estas 119 se tenían antecedentes concretos sobre la forma en que habían sido detenidas o secuestradas.

53 de ellos fueron detenidos en sus casas desde donde se los llevaron sin ninguna explicación y ante la presencia de otros miembros de la familia.

35 fueron arrestados en la calle, ante la vista de testigos.

6 en sus lugares de trabajo, frente a sus compañeros de labor.

Sólo de 25 de ellos se ignoraba el cómo y el cuándo los raptaron.

Familiares, amigos, algunos testigos, ya habían declarado lo que sabían. En esa época ex prisioneros políticos que habían sido liberados habían testimoniado por 106 de ellos, relatando dónde y cómo los habían visto. En qué condiciones se encontraban y dónde quedaron secuestrados cuando ellos fueron liberados. Sola- mente 13 no tenían testigos. En esa época ninguno de los liberados los habían visto.

Así pues, estos 119 nombres pertenecían a personas que indudablemente habían sido detenidas y habían estado o seguían estando secuestradas en recintos secretos de la dictadura.

Era imposible entonces, que hubieran escapado, que hubieran cruzado la frontera, que hubieran viajado a diferentes países del mundo. Que se hubieran contactado entre ellos, que hubieran creado -en tan corto plazo- un ejército guerrillero y que, tan prontamente se hubieran enemistado para terminar eliminándose entre ellos o siendo eliminados por fuerzas policiales argentinas.

Pero esta información la conocían muy pocos chilenos. Para la gran mayoría lo que quedaría en el recuerdo serían los contenidos de los mensajes, las imágenes, las informaciones de la campaña de guerra psicológica y de tergiversaciones montadas por el poder y transmitida a través de todos los medios de comunicación.

Pero, ¿quién estaba en el origen de todo esto?

Todos los recintos secretos en donde estos prisioneros habían sido vistos pertenecían a la DINA, y si bien en la estructura de la DINA participaba también personal de otras ramas de las Fuerzas Armadas (1), los mandos, las órdenes provenían del Ejército y su estructura era principalmente militar (Ver Anexo 2).

Todos estos recintos secretos estaban en Santiago. Los 119 eran de Santiago, salvo dos que, habiendo sido detenidos en Viña del Mar y Coronel respectivamente, habían sido luego trasladados a Santiago.

Ningún nombre de personas detenidas en otras regiones de Chile y que también por esos tiempos estaban desaparecidas, aparecían en la lista.

Por esa época otros servicios de seguridad, principalmente de la Fuerza Aérea, tenían detenidos, manteniéndolos como secuestrados en los sótanos de la Academia de Guerra Aérea, el AGA. Sin embargo, ninguna de las personas que figuraban en la lista de los 119 fueron detenidos o desaparecidos por la Fuerza Aérea. Incluso se conocía en detalle el caso de una persona: Muriel Dockendorff, que habiendo estado detenida por el AGA y luego liberada por Edgar Ceballos (2), fue posteriormente detenida por la DINA -así lo declararon numerosos testigos-, y hecha desaparecer. Su nombre figura en la lista de los 119.

De manera que los prisioneros estaban o estuvieron detenidos en los recintos secretos de la DINA; ninguna de estas personas estaba en manos de otros servicios de seguridad de la época. Entonces, era evidente que la lista había sido confeccionada por la Dina, con los nombres de sus propios prisioneros.

Pero, ¿por qué habían elegido estos 119 nombres si en esa época la DINA tenía muchos otros prisioneros que con el tiempo pasaron a engrosar las listas de los cientos de detenidos desaparecidos del país?

Si penetrar en la lógica de la dictadura ha sido difícil, entender la lógica de sus servicios de seguridad, especialmente de la Dina, ha sido casi imposible; por no decir imposible. Las técnicas de ocultamiento de la verdad, de manipulación, de desinformación, de elaboración de estrategias para conseguir sus objetivos, revelan en la Operación Colombo -a pesar de lo absurdo de ella en su etapa de propaganda-, todo el poder de distorsión de la realidad que la dictadura efectuó.

¿.Quiénes eran estas 119 personas? ¿Fueron nombres escogidos al azar en el listado de prisioneros que ellos tenían?, ¿Y los demás detenidos que también fueron hechos desaparecer dónde estaban? ¿Estaban en alguna otra casa secreta? o ¿era el fin también para ellos ?

¿Quién o quiénes decidieron el destino y la suerte Final de los detenidos? ¿Quién eligió estos 119 nombres y a través de sus nombres y de lo que ellos significaban como personas, como militantes, qué mensajes querían transmitir a sus familias, a las Iglesias, a sus compañeros, a sus partidos, a los opositores, a los organismos de derechos humanos...?

Actualmente se conocen los recintos secretos donde estas 119 personas estuvieron detenidas en Santiago. Se saben sus nombres, se tienen sus direcciones y se conocen las calles, las casas, las habitaciones y los rincones donde se les interrogó, se les torturó y desde donde un día muchos fueron sacados definitivamente.

Pero aún más, es que en la actualidad se conocen los nombres de todos los oficiales que estuvieron a cargo y actuaron en esos recintos.

¿Decidieron ellos quiénes debían morir, quiénes debían desaparecer y quiénes debían sobrevivir? No lo sabemos. En todo caso fueron ellos los que interrogaron. los que torturaron, los que sin duda. hicieron propuestas a sus superiores sobre el destino final de estas personas, ¿y esos superiores quiénes fueron? ¿Dónde están?

Al analizar la lista de los 119. al estudiar quiénes eran estas personas, tratamos de encontrar una explicación. No encontramos respuesta y esta misma falta de respuesta es la que va a provocar, como veremos luego, la utilización nuevamente de un mecanismo de proyección; otorgar a otros la gran mentira.

La lista no tenía ninguna lógica.

Desde luego no todos eran miristas. 20 de ellos no lo eran. A 3 de ellos no se les conocía militancia. 7 pertenecían al Partido Socialista, 8 al Partido Comunista y 2 tenían doble militancia: socialista y MIR.

Había en esto una contradicción con respecto a la campaña anterior. Para ellos sin embargo daba lo mismo.

Así como dio lo mismo su estado civil, pues casi en igual proporción habían casados (61) como solteros (57). Había una mujer viuda. Violeta del Carmen López Díaz. de 40 años. quien era madre de dos hijos.

91 niños tenían estas personas.

Las edades no entregaban tampoco ninguna pista. El análisis permitió concluir solamente que estos chilenos eran muy jóvenes. 101 de ellos eran menores de 30 años. 16 jóvenes tenían menos de 20 años. 18 personas estaban sobre los 30 y figuraban solamente 2 hombres de 60 y 63 años. El primero de ellos, Francisco Aedo. arquitecto, profesor en la Universidad de Chile. El segundo. Fernando Silva de 61 años, decorador de interiores quien se negó a abandonar a su hijo cuando éste fue detenido por la DINA.

Por esa época tenían detenidas a seis parejas. Los habían secuestrado juntos o con uno o dos días de diferencia. Sin embargo, sólo tres de ellas aparecían en las listas. Bárbara Uribe casada con Edwin Van Yurick. ambos de 20 años quienes aparecen juntos en la segunda lista; Jacqueline Droully y Marcelo Salinas, igualmente muy jóvenes, están ambos en la misma lista: María Inés Alvarado y Martín Elgueta, figuran juntos en la primera lista. En cambio. Marta Neira y César Negrete quienes habían sido detenidos el mismo día son separados y en la lista sólo se encuentra el nombre de Marta. Cecilia Castro, no está junto a su esposo. Juan Carlos Rodríguez, quien también se encuentra desaparecido, pero que no fue incorporado a las listas; Carmen Bueno Cifuentes, cineasta de 25 años, quien fuera detenida junto a su pareja Jorge Müller. aparece sola, en tanto que el nombre de el, que también se encuentra desaparecido, no figura en la lista; y finalmente el caso de María Isabel Joui cuyo marido Flavio Oyarzún tampoco figura.

¿Por qué estas primeras tres parejas no fueron separadas y las otras tres sí? ¿Por qué a las primeras parejas las hicieron aparecer como muertas en Salta y a las demás en otros países? Es imposible dar una respuesta.

Igual sucede con algunos hermanos. En las lista figuran los nombres de María Elena y Hernán Galo González; Nilda Patricia y Mario Peña; los hermanos Juan Carlos y Jorge Elías Andrónico. En cambio en el caso de los hermanos Maturana, sólo figura el nombre de Juan Bautista y no el de Washington, quien fue detenido el mismo día y también se encuentra desaparecido.

Al revisar la estructura orgánica de los partidos a los cuales pertenecían estas 119 personas, existen aún mayores interrogantes. En un alto porcentaje mucho de ellos no desempeñaban cargos directivos, otros eran sólo ayudistas.

Y las preguntas reiterativas, casi obsesivas para algunos de los sobrevivientes son: Quién los eligió?, ¿por qué a él o a ella?, ¿por qué yo no? En el caso de estas listas las interrogantes se hacen omnipresentes y desgarradoras.

45 de ellos estuvieron detenidos en el recinto secreto conocido como Casa Londres; 21 en el recinto de la calle José Domingo Cañas N° 1367; 11 en la casa denominada «Venda Sexy», en el sector de Macúl; 9 en Cuatro Alamos y 25 en Villa Grimaldi. En esos lugares fueron vistos y a lo largo de los años muchos han testimoniado por ellos, sólo de 8 no hay testigos.

Con el tiempo se ha logrado reunir antecedentes sobre la forma en que fueron sacados de esos recintos. Se ha determinado la fecha y el día a partir del cual no fueron vistos nunca más, sin que llegaran o se les viera llegar a ningún lugar.

Entre los días 2 y 3 de agosto de 1974, fueron sacados de la casa Londres el matrimonio constituido por Martín Elgueta y María Inés Alvarado. Otra pareja también fue sacada ese día, pero de distintos lugares: Bárbara Uribe y Edwin Van Yurick, ella de Cuatro Alamos y él de Villa Grimaldi.

En esos mismos días 2 y 3 de agosto también fueron sacados desde la casa Londres, Máximo Gedda y Ruth Escobar; sin embargo, sus nombres no figuran en la lista de los 119.

El día 13 de agosto es una fecha recordada nítidamente por todos los prisioneros que estaban en la Casa Londres. Ese día, 8 hombres fueron apartados del resto de los detenidos muy temprano en la mañana. Habían sido en varias oportunidades interrogados y torturados, sin embargo estaban de pie. tranquilos y. según muchos hasta serenos. Uno de ellos, Miguel Ángel Rebolledo, a último momento fue retirado del grupo, antes que a los demás los sacaran a la calle y los subieran a un vehículo. Los otros 7 eran Luis Guajardo, Juan Ibarra, Jorge Olivares, Zacarías Machuca, Alfonso Chanfreau, Marcos Quiñones, Germán Moreno. Todos ellos están en la lista de los 119 y a pesar de que fueron sacados juntos sus nombres están separados.

Ahora sabemos que los 8 habían sido sacados por primera vez el martes 6 de agosto de 1974. Alfonso Chanfreau y Jorge Olivares le contaron a Erika Hennings. esposa de Chanfreau, esa noche, que ellos habían sido llevados en una camioneta, la camioneta habría llegado a una especie de peaje. Al detenerse en este lugar escucharon decir que allí no había cupo: por este motivo los devolvieron a la Casa Londres. Durante los días que siguieron los guardias los llamaban «los trasladados».

El día 26 de septiembre de 1974 sacaron de 4 Alamos a Luis Guendelman Wisniack.

El 15 de octubre de 1974 se produce otro traslado, desde la Venda Sexi y 4 Alamos, Mario Carrasco, Víctor Olea, Claudio Venegas y Bernardo de Castro. Sólo Mario Carrasco y Bernardo de Castro aparecen en la lista de los 119.

El 25 de octubre sacan a Muriel Dockendorff de 4 Alamos junto a varios prisioneros varones, algunos malheridos.

El día 20 de noviembre de 1974 se produce la evacuación del recinto de la calle José Domingo Cañas. Varios detenidos son alineados en el patio. Entre ellos se encontraba María Alicia Gómez, conocida como «Carola». Ella fue bajada del furgón , a cargo del Capitán Maximiliano Ferrer Lima, donde habían subido a un grupo de prisioneros.

Los demás detenidos fueron trasladados a Villa Grimaldi. En tanto que los que iban en el furgón no llegaron allí ni a ningún otro lugar. ¿Cuántos eran? No se sabe exactamente, sólo los nombres de Ariel Santibañez y de Sergio Reyes son evocados por algunos. Este último es el único que luego figuraría en la lista de los 119.

El día de navidad de 1974 de la «Venda Sexy» fueron sacados 8 jóvenes. Patricia Peña, Marta Neira e Ida Vera, Félix de la Jara. Mario Peña Solari, Gerardo Silva, Jorge Ortiz y Renato Sepúlveda. Renato e Ida Vera no figuran en las listas.

Ese mismo día 24 de diciembre de 1974, de Villa Grimaldi son sacados María Teresa Bustillos, Washington Cid, Luis Palominos y Carlos Tehran; sólo éste último no figura en la lista.

El día 18 de febrero de 1975 es sacado desde Villa Grimaldi un grupo de jóvenes miristas que habían sido detenidos en Valparaíso y que luego fueron trasladados por la DINA a Santiago, especialmente a la Villa Grimaldi, salvo una mujer - María Isabel Gutiérrez - que se encontraba a la fecha en Cuatro Alamos y que desde allí fue sacada. Los restantes, Sonia Ríos, Fabián Ibarra, Abel Vilches, Horacio Carabantes, Carlos Rioseco, Elías Villar y Alfredo García, fueron sacados desde Villa Grimaldi junto a Juan Molina, que no era de Valparaíso.

Sólo éste último, junto a Alfredo García, figuran en la lista de los 119.

Por último, el 27 de febrero de 1975, desde Villa Grimaldi. un importante número de prisioneros es separado, formado y subido luego a un vehículo. Se recuerdan los nombres de Juan Carlos Perelman, Manuel Cortés, Rodrigo Ugaz, Hugo Ríos, Carmen Díaz y Alan Bruce. Todos, salvo los dos últimos, figuran en las listas.

¿Qué conclusión sacar sobre estas listas, sobre el modo en que fueron conformadas?, ¿Qué pensar sobre las personas que allí aparecieron? ¿Qué sucedió con ellas? La verdad permanece oculta.


Notas:

1. Cada rama de las FF.AA., Carabineros, Fuerza Aérea, Armada y la Policía de Investigaciones destinaron personal a este nuevo servicio. El D.L. Nº 521, califica a la DINA como «organismo militar de carácter técnico profesional, dependiente directamente de la Junta de Gobierno y cuya misión será la de reunir toda la información a nivel nacional proveniente de los diferentes campos de acción con el proposito de producir la inteligencia que se requiera para la formación de políticas. planificación y para la adopción de medidas que procuren el resguardo de la seguridad nacional y el desarrollo del país». El mismo decreto, en uno de sus artículos secretos le da facultades para allanar y detener. Ver Informe Rettig.

2. Coronel de la Fuerza Aérea y Comandante de la Academia de Guerra (AGA).


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 05feb02
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