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09dic14
Ucrania se hunde en una total ruina económica
Al cumplirse un año de la revolución que logró acabar con la cleptocracia del expresidente Víctor Yanukóvich, Ucrania se sigue reflejando en la plaza de Maidán. Ha vuelto la nieve, pero ya no hay rastro de las apocalípticas barricadas que entonces bloqueaban el epicentro político de Kiev. Y sin embargo, la monumental plaza se ha convertido más que nunca en símbolo de la independencia de Ucrania. En su perímetro se suceden los memoriales que recuerdan al centenar de muertos habidos en aquel pulso sobre el futuro.
Hasta ahora, Ucrania no ha hecho más que pagar un altísimo precio por su deseo de parecerse menos a Rusia y más al resto de Europa. A la pérdida de Crimea, anexionada por Putin, se suma una guerra sin tregua en la región del Dombass, donde los separatistas cuenta con todo el respaldo militar de Moscú. Y hasta la semana pasada, un bloque de cinco partidos políticos prooccidentales no ha sido capaz de traducir las elecciones de octubre en un nuevo Gobierno.
A todos esos frentes abiertos, hay que añadir la situación económica cada vez más precaria de Ucrania. Como repetía estos días una alta funcionaria de la presidencia: «El problema es que no tenemos tiempo». La moneda nacional -la grivna- ha perdido durante este año la mitad de su valor con respecto al dólar. Y la inflación se ha disparado hasta un doloroso 20 por ciento. Ahora resulta más fácil que nunca en el centro de Kiev regatear a la baja con las señoras que venden caviar ruso y otras delicias euroasiáticas.
Insolvencia
A ese ritmo, y con un sistema bancario al borde de la insolvencia, para finales de diciembre Ucrania podría no tener dinero para pagar sus deudas más apremiantes. El banco central ha tirado de sus reservas para defender la cotización de la grivna y en cuestión de meses, las divisas disponibles han pasado de 18.000 millones de dólares a 12.000 millones. Esta devaluación, multiplica las dificultades de Ucrania para cumplir con su deuda externa a pesar de la limitada asistencia financiera del FMI y otros países.
Para explicar el origen de esta ruina, algunos economistas utilizan la metáfora de los atascos de tráfico en las calles de Kiev, donde los vehículos de muy alta gama conviven con trastos de la era soviética. Una disparidad que se remonta a las Navidades del año 1991, con la disolución formal de la Unión Soviética y el consiguiente proceso delirante de privatizaciones. Con el resultado final de una clase de oligarcas que literalmente ha acaparado toda la riqueza del país. Hasta el punto de que, según ha documentado el banco Credit Suisse, Ucrania sufre la mayor desigualdad en distribución de riqueza de todo el mundo.
El empeño de Rusia por recrear esferas de influencia en territorios de la antigua Unión Soviética también está lastrando la economía de Ucrania. Según argumenta «The Economist», la guerra en el Dombass ha causado un daño económico devastador. Antes de las hostilidades -que se han cobrado casi 5.000 muertos y un millón de refugiados- las ciudades de Luhansk y Donetsk eran responsables de un 16 por ciento del PIB de Ucrania. Además de generar significativas exportaciones y un 95 por ciento de la producción de carbón.
La guerra, por supuesto, también está disuadiendo la más que nunca necesaria inversión extranjera. Conforme el capital se esfuma, la grivna pierde valor y el precio de las importaciones resulta cada vez más prohibitivo. Hasta el punto de que el estratégico sector agrícola de Ucrania se estaría empezando a resentir por la imposibilidad de adquirir suministros para sus cultivos. Además, Rusia insiste en que Ucrania le pague todas las facturas pendientes por la venta de gas.
Inseguridad jurídica
Junto al miedo de los inversores ante un enfrentamiento bélico que no para ni por los rigores del invierno ni por una tregua formal negociada hace tres meses -y que se intentará renegociar durante esta semana-, también juega en contra de Ucrania su notoria corrupción e inseguridad jurídica, que han llegado a perjudicar a algunas empresas españolas.
En la última edición del índice de Transparencia Internacional, queda empatada en el puesto 142 con Uganda. La situación ha mejorado un poco pero la corrupción sigue siendo algo tan costoso como cotidiano en Ucrania.
[Fuente: ABC, Madrid, 09dic14]
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