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21Oct15


Londres despliega toda la pompa real para Xi, cuando quiere abrir una "era dorada" con China


El líder asiático cerraría acuerdos por US$ 46.400 millones, mientras la City emitió los primeros bonos de deuda chinos fuera del país en yuanes.

Dormirá tres noches bajo el mismo techo que la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, se desplazó con ella en la carroza real, le rindieron honores en el cambio de guardia, e incluso la monarca le regaló unos sonetos de Shakespeare. El Presidente chino, Xi Jinping, quien llegó ayer a Reino Unido, dio un discurso ante ambas cámaras del Parlamento británico, fue agasajado con un banquete de gala, se reunirá con el Primer Ministro David Cameron y visitará las entidades claves del centro financiero de Londres.

El gran despliegue de la alfombra roja para Xi pretende abrir una "era dorada" en las relaciones entre China y Reino Unido -que viene anunciando el Primer Ministro británico-, en la primera visita de Estado de un Mandatario chino a Londres desde la de Hu Jintao, en 2005.

Cameron espera que en estos cuatro días el líder asiático cierre un centenar de acuerdos comerciales y de inversión con empresas británicas, que contemplan unos US$ 46.400 millones. Cuando Reino Unido se ha convertido en el primer receptor de inversión china en la Unión Europea (US$ 5.100 millones en 2014) y el segundo socio comercial entre los 28 del bloque, el ministro británico de Hacienda, George Osborne, dijo en un reciente viaje a Beijing que su país "quiere ser el mejor socio de China en Occidente".

Aunque el coqueteo parece ser mutuo: "China y el Reino Unido son países cada vez más interdependientes y se están convirtiendo en una comunidad de intereses compartidos", aseguró Xi ayer en la tarde a los legisladores en Westminster, a quienes les manifestó estar "impresionado por la vitalidad de las relaciones" bilaterales.

Entre los temas que abordó ante el Parlamento, Xi expuso su teoría de la "reforma de la gobernanza global", que pretende dar más voz a los países emergentes -en particular a China- en las instituciones internacionales.

Beijing quiere aprovechar la disposición de las autoridades británicas a estrechar esta amistad para reforzar el estatus de China como potencia global, a meses de que asuma la presidencia del G20. Durante su visita, Xi quiere convertir a la City en un puente para el proyecto más ambicioso de su gobierno, que es hacer del yuan una divisa de referencia mundial. De hecho, el centro financiero fue ayer el primero fuera de las fronteras chinas en emitir bonos de deuda del país asiático en yuanes.

En un momento en el que los líderes chinos quieren mantener fuera de su país las divisas acumuladas -porque dentro del territorio generan inflación y hacen caer la competitividad de las exportaciones chinas-, Europa se convierte en un escenario atractivo cuando los bonos del tesoro estadounidense actualmente pagan muy poco, explica a "El Mercurio" Edward Friedman, analista de la Universidad de Wisconsin. Mientras, Gran Bretaña se convierte en la plataforma desde la que Beijing lanza el yuan al mundo, antes que hacerlo desde Fráncfort.

"El Estado chino se beneficia de las buenas relaciones con una Europa que ofrecerá una alternativa a depender de la economía estadounidense y que -en contraste con EE.UU.- no utilice los medios económicos para mantener el comportamiento de China para que lleve a cabo políticas pacíficas y de cooperación en los océanos Índico y Pacífico. Por eso Xi Jinping está muy interesado en estos acuerdos".

Acuerdo nuclear

Pero el más estratégico de los pactos para Londres es probablemente el proyecto de construcción de la central nuclear de Hinkley Point, en el suroeste de Inglaterra. Se trata de una obra con una inversión de US$ 37.800 millones, a cargo de la francesa EDF y dos compañías chinas. El acuerdo nuclear es incluso más amplio, y permitirá a las empresas chinas construir y operar otra planta en Bradwell (este), "abriendo una puerta a una cooperación sin precedentes" entre ambos países, dijo el propio Osborne.

El viernes, este giro de China hacia Gran Bretaña será celebrado con una invitación a Xi al estadio de Manchester City, con fútbol, y no el basketball de la NBA, destaca The Times. En todo caso, los gestos hacia China comenzaron en marzo, cuando el gobierno británico pidió ingresar en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, impulsado por China, cuando otros países occidentales -sobre todo EE.UU.- le habían dado la espalda a la entidad.

"Es que los británicos no ven o sienten lo que ven los japoneses (aliados de EE.UU.), vietnamitas e indios. No experimentan a China como una amenaza territorial expansiva que quiere dominar Asia, sino que meramente como una oportunidad económica", comenta Friedman.

Se espera que hoy Xi tenga un cálido encuentro con Cameron, aunque no ha logrado librarse de algunas críticas. En medio de los elogios, la reina le recordó su obligación de proteger el estatus especial de Hong Kong, que Beijing prometió mantener cuando la región fue entregada en 1997. Esto, luego que el Partido Comunista prohibiera el año pasado la libre designación de candidatos a gobernador en la ex colonia británica. Mientras, el líder de la oposición británica, Jeremy Corbyn (P. Laborista), lo criticó por la violación de los derechos humanos en el gigante asiático.

[Fuente: Por Alicia Tagle Crichton, El Mercurio, Santiago de Chile, 21oct15]

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