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07mar16
La trama del espionaje telefónico marca pasado panameño
Las evidencias documentales de que una instalación de espionaje telefónico funcionó hasta 2014 desde un edificio civil propiedad de un cercano amigo del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), confirman hoy en Panamá avances en investigación del caso.
Revelaciones del diario La Prensa, aseguran que el Ministerio Público comprobó que el equipo de espionaje Pegasus, adquirido en julio de 2012 por el gobierno anterior, funcionó en un inmueble cuya propietaria es la sociedad Oceanía T3000, de Gabriel Btesh (paradero desconocido), íntimo de Martinelli.
El equipamiento interceptor fue comprado por el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) al israelí NSO Group Technologies por valor de ocho millones de dólares, pero desapareció junto a Ronny Rodríguez y William Pitty (prófugos), los oficiales que supuestamente lo operaban.
La revisión del contrato de conectividad con un proveedor local permitió determinar mediante el número IP (Internet Protocol) el funcionamiento de la máquina desde el 29 de enero de 2013 hasta el 16 de mayo de 2014, 12 días después de las elecciones generales que sorpresivamente perdió el candidato apoyado por el exmandatario.
Pesquisas de la Fiscalía aseguran que el contrato fue hecho por Megaly International Investment, S.A., cuyo representante legal es Ricardo Russo Seferlis; una sociedad anónima constituida apenas dos meses antes, el 29 de noviembre de 2012 y aún vigente, según indagaciones de Prensa Latina.
Isabella Stanziola, una antigua profesora de inglés de la Policía, quien desató el escándalo al confirmar la existencia de la máquina espía, aseguró a Prensa Latina que denunció el pasado año ataques informáticos a su computadora, y la traza conducía a un lugar cercano adonde se descubrió que funcionó Pegasus.
La joven, tras múltiples amenazas a su vida y recibir agresión física de un desconocido en el parqueo de su edificio para intimidarla, decidió irse a vivir a Italia, donde se encuentra actualmente.
En sendos expedientes sobre las escuchas ilegales en manos de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Juzgado Decimosexto Penal, aparecen Martinelli (autoexiliado en Estados Unidos) y los exsecretarios del CSN, Gustavo Garuz y Alejandro Pérez (detenidos), respectivamente.
La trama hasta ahora oculta, arroja a cada paso nuevos actores y el esclarecimiento del modus operandi de los participantes, en una supuesta ingeniería financiera de lavado de dinero producto de comisiones otorgadas por empresas beneficiadas en contratos estatales, aseguró el periódico.
Tal es el caso del pago de Pegasus, donde se detectó que 2,8 millones de lo adeudado salió de una cuenta de la empresa Caribbean Holdings Services Ltd., registrada en Islas Vírgenes Británicas, y representada en Panamá por Aaron Mizrachi, cuñado del expresidente, quien salió del país en medio del escándalo.
El Ministerio Público tiene evidencias de que la entidad recibió a su vez cheques por valor de un millón de dólares de la Constructora P&V, S.A., en momentos cuando el holding al que pertenece esa compañía obtuvo contratos gubernamentales por 255 millones de dólares.
En todos los casos afloran sociedades paralelas con Btesh y Martinelli, de forma directa o través de familiares y socios comerciales.
En el tercer expediente abierto a Martinelli en la CSJ por tratarse de un diputado al Parlamento Centroamericano, fue declarado en rebeldía al no presentarse ante la sala y se espera el proceso de solicitud de detención y traslado a Panamá por los delitos "contra la inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad".
Los demandantes son la diputada Zulay Rodríguez y los políticos Balbina Herrera y Mitchell Doens, todos del Partido Revolucionario Democrático, además el abogado y catedrático universitario Miguel Antonio Bernal y otros periodistas e integrantes de la sociedad civil.
Seguidores y abogados del anterior mandatario no admitieron hasta el momento ningún elemento de los múltiples surgidos en 12 investigaciones judiciales que involucran a quien es considerado popularmente "el Presidente más corrupto" que haya pasado por el Palacio de las Garzas, sede del Ejecutivo.
Tras el dilatado proceso, cierta incertidumbre se apodera de demandantes, partidarios y detractores acerca de si realmente en algún momento verán llegar al país a un Martinelli esposado y conducido por la Policía como un delincuente común.
[Fuente: Por Osvaldo Rodriguez Martinez, Prensa Latina, Panamá, 07mar16]
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