RESCATANDO LA MEMORIA BRASILERA
Togo Meirelles Netto.
Vice presidente
Grupo Tortura Nunca Más/Río de Janeiro |
Existen varios modos de narrar la historia de un país. Una visión siempre olvidada, conocida como
la "óptica de: los vencidos", es la forjada por las prácticas de los movimientos sociales populares en
sus luchas, en su cotidiano, en sus resistencias y obstinación en producir otras maneras de ser, otras
sensibilidades, otras percepciones. Prácticas que recusan las normas preestablecidas e instituidas y
que procuran, de cierto modo, construir otros modos de subjetividades, otros modos de relación con
el otro, otros modos de producción, otros modos de creatividad.
Es de esta historia que vamos a hablar un poco. De una historia donde las clases populares no son
meras espectadoras de los hechos sino productoras de los acontecimientos. De una historia donde
la subjetividad dominante - a pesar de su poderío y tentativas - no consigue silenciar y ocultar la
producción de espacios singulares de prácticas diferentes y eliminar la memoria histórica de una otra
memoria.
La memoria histórica "oficial" producida por las prácticas dominantes es el lado perverso de nuestra
historia. Su propósito es borrar los vestigios que van dejando las clases populares y los opositores
a lo largo de sus experiencias de resistencia y lucha, en un esfuerzo continuo de exclusión de dichas
fuerzas como sujetos forjadores de una historia que nunca es narrada oficialmente. De este modo,
pretenden producir subjetividades que desconocen, desfiguran y distorsionan las oposiciones reales
de los "vencidos", como si estos no estuviesen presentes en el escenario político.
Con la intención de rescatar esta otra memoria, diversos grupos organizados en diferentes estados
brasileros están llevando a conocimiento de la sociedad acontecimientos antes ocultados: la cuestión
de los muertos y desaparecidos políticos en el Brasil.
La institución "desaparecido político", producción macabra forjada por la dictadura militar brasilera
a comienzos de los años 70, fue exportada en ese momento a las otras dictaduras latinoamericanas.
Esta es una institución perversa porque es una forma de continuar la tortura sobre los familiares que,
hasta hoy, procuran sus desaparecidos. En Brasil existe el número oficial, aún incompleto, de 144
desaparecidos políticos; en la Argentina los organismos de Derechos Humanos estiman en 30.000
y en 1989, en toda América Latina, se llegaba a la cifra de 90.000. Esto significa que en las décadas
de 70 y 80, y aún actualmente, el terrorismo de Estado se institucionaliza de forma sistemática en
muchos países latinoamericanos a través de secuestros, torturas y desaparecimientos utilizados en
el cotidiano, sea o no contra opositores políticos.
Ayer, hoy, continuamente el sistema de terror funciona de modo a capturar las percepciones,
sentimientos, emociones e ideas que no coinciden con ese brutal mandato de sumisión y muerte.
Horror y terror se alían, por lo tanto, en el sentido de la "manutención del orden".
Antes el opositor político era secuestrado, torturado, aislado, asesinado, desaparecido y enterrado
como indigente perpetuando, así, la tortura sobre sus familiares y amigos. Hoy se aplica la misma
práctica a los que por su miseria humillante denuncian las injusticias sociales, aniquilándolos como
simples objetos. Así se entiende la indigencia. Así también se entiende el exterminio de los chicos
de la calle en el Brasil, con una justificativa no muy clara pero que parte de la populación la entiende
como "limpieza social" necesaria.
Al producirse la figura siniestra e ilegal del desaparecido, aparecen una serie de efectos: el
desaparecido no está preso, no está muerto, no tiene túmulo. Esto produce un clima de confusión y
ambigüedad que determina la pérdida de lo que significa el rito funerario en nuestra cultura. Sin la
muerte y sin un túmulo se construye un ser "suspenso" en el tiempo y en el espacio, se destruye el
sujeto y se abre una herida siempre alimentada por la esperanza, por el no-nombre y por toda la
situación que supone el no saber.
Los siguientes trabajos, desarrollados a través de investigaciones y denuncias, tratan el
esclarecimiento de las muertes y desaparecimientos forzados de personas por motivos políticos,
durante el período de la dictadura militar en el Brasil. Estos trabajos son los realizados por la
Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos de Sao Paulo y Distrito Federal, y por
los Grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro y Pernambuco.
A través de una investigación iniciada en mayo de 1991 en el Instituto Médico Legal, en el Instituto
de Criminalística Carlos Éboli y en la Santa Casa de Misericordia, el Grupo Tortura Nunca Más
denunció en Río de Janeiro la existencia de una sepultura clandestina. Esta sepultura localizada en
el Cementerio de Ricardo Albuquerque (periferia de Río de Janeiro) contiene los restos de catorce
militantes políticos |1|. También fueron localizados otros dos militantes enterrados como indigentes
en sepulturas comunes en los cementerios de Cacuia y Santa Cruz |2| .
Queda comprobado claramente, así, el respaldo técnico dado por este establecimiento, el instituto
Médico Legal, al aparato de represión, a través de la legalización de muertes y desaparecimientos
ocurridos durante el período de la dictadura militar. Un ejemplo de esto es la salida como indigentes
de muchos de estos militantes que a pesar de constar como desconocidos, tienen al lado la palabra
"subversivo".
En septiembre del mismo año fue iniciado el trabajo de exhumación de cerca de las 2.100 osamentas
contenidas en el sepulcro del cementerio de Ricardo Albuquerque. Este fue realizado con la ayuda
de dos médicos legistas indicados por el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro
(CREMERJ) - los Drs. Gilson Souza Lima y Maria Cristina Menezes, como también de la profesora
Nancy Vieira, antropóloga de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). Este trabajo, así
como la catalogación de los huesos del cráneo y arcadas dentarias, fueron ejecutados bajo la
supervisión del Equipo Argentino de Antropología Forense, por los Drs. Luiz Fonderbrider,
Mercedes Doretti y Silvana Turner, que estuvieron en Río de Janeiro en dos ocasiones.
El trabajo continuó hasta marzo de 1993, cuando con la presencia del Equipo Argentino de
Antropología Forense, se resolvió cerrarlo provisoriamente. Esta medida se debió al hecho de que
no conseguimos financiamiento, como también al hecho de tratarse de un trabajo realizado
voluntariamente solamente por tres personas. Las osamentas retiradas fueron separadas y
catalogadas, y están guardadas en el Hospital General de Bonsucesso. El local del sepulcro continúa
siendo resguardado para un posible proseguimiento del trabajo.
Aun en el Instituto de Criminalística Carlos Éboli se consiguieron, a través de largas investigaciones,
decenas de fotografías de pericias del local. Estas muestran claramente las torturas sufridas por los
militantes muertos desmintiendo, así, las versiones oficiales de la represión: muertos en tiroteo,
atropellamientos o suicidios.
Todos estos materiales fornecieron pruebas bastante contundentes contra algunos médicos legistas
que omitieron en sus laudos las claras y evidentes marcas de tortura que los militantes muertos traían
en sus cuerpos Estos datos fueron encaminados para el Consejo Regional de Medicina del Estado
de Río de Janeiro como pruebas contra varios médicos legistas que, desde 1990, ya habían sido
denunciados por el Grupo Tortura Nunca Más/RJ |3|.
También fueron realizadas investigaciones en los archivos de la Policía Civil del Estado y, desde
agosto de 1922, en los Archivos del Departamento de Orden Política y Social de Rió de Janeiro -
DOPS/RJ. Dichas investigaciones fueron realizadas bajo la guardia y responsabilidad del Archivo
Público del Estado de Río de Janeiro, después de innumerables presiones de la sociedad civil.
Aunque la investigación aún continúe en estos archivos, ya fueron encontrados muchos documentos
importantes entre los que se encuentran principalmente los referidos a cinco desaparecidos políticos.
En relación a estos, no sólo existen pruebas de que estuvieron presos en los órganos de represión |4|
como también se puede, en algunos casos, constar con extensas declaraciones.
Es entonces a partir de la documentación de órganos de la propia represión (el DOPS) y de otros
establecimientos que fueron agentes importantes en el respaldo y apoyo técnico a las atrocidades
cometidas contra los militantes de izquierda y oposicionistas en general (como el Instituto Médico
Legal), que comienza a levantarse, aunque tímidamente, el velo de una otra historia. Comienza a ser
revelada la historia de las violencias cometidas com el sello oficial que están escondidas bajo algunas
palas de tierra o impregnadas de telas de araña. Secretos que están lejos de ser totalmente revelados
y traídos a luz, pues todos los archivos de los diferentes aparatos militares (CASA, CENIMAR, CIE,
SNI, DOI-CODI ' s, etc.) están todavía guardados a "siete llaves", son todavía materias consideradas
confidenciales y sigilosas.
Durante la campaña presidencial de 1994, los grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro,
Pernambuco y Minas Gerais, y la Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos de
Sao Paulo encaminaron un manifiesto a todos los candidatos a la Presidencia de la República.
Exigían, por medio de este, el comprometimiento en la lucha de los Derechos Humanos y el
esclarecimiento de las circunstancias de las muertes y desaparecimientos de militantes políticos
ocurridos durante el régimen militar en el Brasil. Solamente el Sr. Luiz Inácio Lula da Silva,
candidato por el Partido de Los Trabajadores - PT - el Sr. Miguel Reale Jr., representando el Partido
de la Social Democracia Brasilera -PSDB - y el candidato Fernando Henrique Cardoso, que vendría
a ser Presidente de Brasil, firmaron este manifiestos.
Pero fue sólo después de una fuerte campaña nacional e internacional que contó con el apoyo de
varias entidades de Derechos Humanos, que el Presidente Fernando Henrique Cardoso designó al
Ministro de Justicia Dr. Nelson Jobin, y al Secretario General del Ministerio Dr. José Gregorio para
dialogar con las entidades y familias. El objetivo de este diálogo sería un posible proyecto de
esclarecimiento, reparación y compensación.
Las entidades de Derechos Humanos que luchan por el esclarecimiento, juntamente con las familias,
propusieron al gobierno federal el total esclarecimiento: cómo, dónde, cuándo y por quién fueron
muertos y desaparecieron los militantes políticos. El gobierno federal se hizo notar primeramente
con un proyecto que reconocía solamente como muertos 136 militantes políticos, dejando de lado
los militantes desaparecidos fuera del Brasil y los 207 muertos oficiales durante el régimen militar.
Respondimos que era insuficiente, que en hipótesis alguna aceptábamos la exclusión de los muertos
oficiales. Después de un largo silencio el gobierno federal envió al Congreso Nacional, en régimen
de urgencia urgentísima, un proyecto de Ley que indemnizaba solamente 136 militantes políticos
desaparecidos. En este proyecto se "reconoce como muertas personas desaparecidas en razón de
participación, o acusación de participación, en actividades políticas en el período del 02 de
septiembre de 1961 al 15 de agosto de 1979". Pero había una sorpresa: la de crear, también, una
Comisión Especial para analizar casos omisos al anexo de la Ley. Era la brecha para discutir sobre
las circunstancias de las muertes oficiales cabiendo a las familias comprobar que su hijo, marido,
padre o madre había sido secuestrados torturado o muerto y que "habían fallecido por causas no
naturales, en dependencias policiales o semejantes". Estaba creada, así, la Ley 9l40 del 04 de
diciembre de 1995.
Las investigaciones realizadas anteriormente por los Grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro
y Pernanbuco, y por la Comisión de Familiares y Muertos y Desaparecidos Políticos a lo largo de
los últimos lo años fueron organizadas en un libro: el "Dossiê dos Mortos e Desaparecidos Políticos
a Partir de 1964" |5|. Entregado oficialmente al Ministro de la Justicia, este libro ha servido de punto
de partida para los trabajos de la Comisión Especial creada por la Ley 9140/95.
Esta Comisión inició sus trabajos el 08 de enero de 1996. A partir de esa fecha se intensificaron los
trabajos en conjunto que se proponían. a) contactar los familiares de los muertos y desaparecidos
políticos; b) procurar ex-militantes y compañeros; c) tentar reconstruir los hechos; d) investigar en
diarios de la época; e) hacer gestiones junto al IML, al Departamento de Policía Técnica y a otros
órganos en el sentido de rehacer laudos, exhumaciones, testes de DNA, etc.; f) actuar junto a la
Comisión Especial en el sentido de localizar los restos mortales y sus identificaciones; g) investigar
los archivos de los órganos de Seguridad abiertos a la consulta pública; h) solicitar documentos
"secretos" en los archivos de los órganos de seguridad aún en funcionamiento.
Constamos, hasta el momento, con los siguientes datos:
| Dossiê
| No Consta
en el Dossiê
| Total |
Aprobados
| 96
| 07
| 103 |
Rechazados
| 08
| 26
| 34 |
Total
| 104
| 33
| 137 |
Casos Protocolados
| 360 |
Desaparecidos
| 132 |
Procesos a ser apreciados
| 228 |
Procesos apreciados
| 137 |
Faltas apreciar
| 91 |
Es necesario resaltar la importancia de la investigación realizada en el Archivo del DOPS bajo la
guardia del Archivo Público del Estado de Río de Janeiro. Este material ha sido de fundamental
importancia para la aprobación de procesos en la Comisión Especial. También es importante recordar
que los principales archivos de los órganos de informaciones continúan clasificados como secretos,
y por lo tanto cerrados al público y principalmente a las investigaciones. Pensamos que es
fundamental que la sociedad brasilera tenga conocimiento de estas informaciones, pues precisamos
reconstruir nuestra historia.
Al mismo tiempo en que se institucionalizaba la tortura y la figura del desaparecido político en el
Brasil y en América Latina, la categoría de indigente iba extendiéndose. En el Brasil esta categoría
pasó a ser producida no solamente por medio de los órganos de represión política, sino también por
la actuación de los llamados Escuadrones de la Muerte. En Río de Janeiro y Sao Paulo, en los años
50, y principalmente después del golpe militar del 64 y a comienzos de la década del 70, estos se
fortalecieron como instrumentos para "disminuir" los índices de criminalidad entre las populaciones
marginalizadas de las periferias de las grandes ciudades, según informaciones vinculadas por la
midia.
La producción de la institución "indigencia"que, entre otras cosas, masacra la ciudadanía retirando
la identidad de los opositores políticos o no, está comprobada por el numero levantado en estas
diferentes investigaciones realizadas. No es casual, por lo tanto, que en la sepultura clandestina del
cementerio de Ricardo Albuquerque se evalúe la existencia de cerca de 2.100 osamentas.
Si lo que generalmente nos es dado a conocer es la historia de los "vencedores", estos trabajos e
investigaciones que ocurren hoy en Brasil apuntan hacia otra historia. Una historia que produce el
desenmascaramiento y denuncia las tentativas que se han hecho para aniquilar lo que fue gestado y
"vencido" en el cerne de los enfrentamientos. Una historia que demuestra como el "vencedor" buscó
y continúa buscando liquidar no solamente a sus adversarios en la lucha política sino sobretodo
borrar el recuerdo de sus propuestas, de sus proyectos.
El Grupo Tortura Nunca Más / RJ, además de estas investigaciones y aún como forma de rescatar
la memoria histórica brasilera, ha denunciado sistemáticamente torturadores y miembros del
aparato de la represión que se abatió sobre nuestro país en los años 60 y 70. Los denunciados son
personas que están ocupando cargos públicos en los diferentes gobiernos municipales, estatal y
federal, siendo promovidos u homenajeados. La lucha contra la impunidad, a nuestro ver, es
también una forma de
hacer el rescate histórico.
Si "cada lucha se desarrolla en torno de un foco particular de poder", como afirma M.Foucault,
nuestro objeto ha sido, entonces, el "designar focos, denunciarlos, hablar públicamente de ellos".
Entendemos que "hablar sobre esto, forzar la red de información institucional, nombrar, decir quién
hizo, qué hizo, denunciar el alvo, es la primera inversión de poder, es un primer paso hacia otras
luchas contra el poder" |6| . Es, fundamentalmente, "... pensar la historia ...no como narrativa de lo
superado, sino en la cualidad de arma en los combates del presente" |7| .
Santiago de Chile, 14 de diciembre de 1996.
Notas finales:
1. Ellos son: Ramires Maranhão do Vale y Vitorino Alves Moitinho (desaparecidos políticos, José Bartolomeu
Rodrigues da Costa, José Silton Pinheiro, Ranúsia Alves Rodrigues, Almir Custódio de Lima, Getúlio de Oliveira
Cabral, José Gomes Teixeira, José Raimundo da Costa, Lurdes María Wanderley Pontes. Wilton Ferreira, Mário Prata,
Merival Araújo y Luis Ghilardini (muertos oficiales), todos enterrados como indigentes.
2. Ellos son: Severino Viana Calou y Roberto Cieto (muertos oficiales).
3. En el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro (CREMERJ) actualmente hay procesos abiertos
contra 15 médicos legistas y en el Consejo Regional de Medicina del Estado de São Paulo (CREMESP), 19 procesos
abiertos.
4. Ellos son: Rui Carlos Vieira Berbert y Virgílio Gomes da Silva (cuyos nombres ya habían sido encontrados por la
Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos, en investigación en el archivo del DOPS del Estado de
Paraná), Joel Vasconcelos dos santos, Celso Gilberto de Oliveira y David Capistrano da Costa.
5. Editado por el Gobierno del Estado de Pernambuco en diciembre de 1995, y por el gobierno del Estado de São
Paulo, en agosto de 1996.
6. Foucault, M. y Deleuze G. "Os Intelectuais e o Poder. In Microfísica do Poder", Rio de Janeiro, Graal. 1988. p.
75/76.
7. Rodrigues H.B.C., "As novas análises. Dissertacão de Mestrado - Medecina Social, Universidade do Estado do Rio
de Janeiro, 1991. 9. 07