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20ago17


La célula ultimó el plan en Marruecos y el imán montó el laboratorio de Alcanar


Los investigadores han conseguido reconstruir en menos de tres días gran parte de las relaciones y movimientos de los miembros de la célula de Ripoll (Girona) que el pasado jueves atentó en las Ramblas de Barcelona y en el paseo Marítimo de Cambrils (Tarragona). La hipótesis que cobra más fuerza es que el ataque terminó de diseñarse solo unos días antes en Mrirt, una población del interior de Marruecos de 35.000 habitantes, situada en la región de Mequinez-Tafilafet, de la que procedía la mayoría de los presuntos implicados.

Los servicios de la lucha antiterrorista han comprobado que los principales sospechosos estuvieron en Marruecos en la segunda quincena de julio y algunos no regresaron hasta esta misma semana. Es el caso de Driss Oukabir, de 28 años, uno de los detenidos y hermano de Moussa Oukabir, el menor de 17 años que fue abatido en el ataque de Cambrils junto a otros cuatro terroristas. Según han confirmado a El Confidencial fuentes de la investigación, Driss no abandonó Marruecos hasta el 13 de agosto. Salió por el aeropuerto de Tánger rumbo a España.

También se investigan viajes a Francia ante la sospecha de que el grupo hubiera recibido apoyo de células de ese país o hubiera adquirido parte de los materiales que pretendía utilizar en el gran ataque con explosivos que habían tramado. En su punto de mira estaba la Sagrada Familia. Los agentes han encontrado imágenes del templo en soportes informáticos de los involucrados. Sin embargo, sus planes se vieron alterados la noche del miércoles 16 de agosto cuando se detonó de forma accidental el explosivo que habían almacenado en la vivienda franca de Alcanar (Tarragona) que funcionaba como laboratorio.

El accidente se produjo, probablemente, cuando manipulaban triperóxido de triacetona (TATP) o "madre de Satán", una sustancia con un enorme poder destructivo a pesar de que se elabora con simples productos de droguería. Sin embargo, es un producto extremadamente volátil que puede descontrolarse durante el proceso de sintetización. A juicio de los investigadores, pretendían utilizar el TATP para estallar por simpatía la carga de gas de las 106 bombonas de butano que ya almacenaban en ese inmueble clandestino.

Uno de los que pasó a Francia es Mohamed Hychami, de 24 años, otro de los cinco terroristas que perpetraron el ataque de Cambrils. En el Audi A3 que utilizaron para llegar hasta esa localidad turística del litoral mediterráneo también viajaba su hermano Omar, de 21 años, muerto igualmente por disparos de los Mossos. Las pesquisas de las primeras horas han revelado que Mohamed Hychami cruzó a Francia el 11 de agosto, solo seis días antes de la masacre. Pagó con su tarjeta en el peaje de La Junquera cuando conducía en dirección al país vecino.

Los pasos de este individuo se siguen con atención. Las Fuerzas de Seguridad del Estado han recibido informaciones que apuntan a que Mohamed Hychami, que tenía un carácter extremadamente reservado y solo parecía tener interés por las motocicletas, se había radicalizado en los últimos meses por la influencia de un imán que había pasado por Barcelona y también era originario de Marruecos, en concreto, de la población de Mdiq, situada al norte del país, a solo 30 kilómetros de Ceuta.

En sus visitas a ese clérigo, Mohamed Hychami siempre iba acompañado de otra pieza clave en los atentados, su primo materno Younes Abouyaaqoub, otro joven de Mrirt, de solo 22 años, al que los agentes atribuyen la autoría material del atentado de las Ramblas. Sospechan que logró huir de la zona con un coche robado. El conductor fue encontrado muerto en el interior del vehículo con heridas por arma blanca. Es el hombre más buscado en estos momentos. Su testimonio permitiría reconstruir las lagunas que aún quedan.

En todo caso, Mohamed Hychami y Younes Abouyaaqoub ocuparían un nivel intermedio en la estructura jerárquica de la célula. El verdadero liderazgo habría correspondido a un imán (podría ser el mismo que pasó por Barcelona) que llegó a Ripoll hace un año y que se esfumó de la ciudad el martes 15 de agosto, 48 horas antes de los ataques, asegurando a su compañero de piso que se iba a Marruecos, de donde también procedía. Se trata de Abdel Baki Essati, de unos 40 años. Fuentes de la lucha antiterrorista han confirmado a este diario que el clérigo ingresó en la cárcel de Castellón en 2010 y salió en enero de 2012 tras cumplir una condena por un delito de tráfico de drogas.

Ese individuo permitiría completar el puzle de relaciones de la célula. La mayoría de los presuntos implicados tenían en 17 y 28 años, carecían de experiencia terrorista y estaban plenamente integrados en la sociedad. No hay ningún dato en las bases policiales que revele contactos del grupo con elementos extremistas. Los servicios de inteligencia marroquíes tampoco tenían información sobre ellos. A efectos de la lucha contra el yihadismo, estaban completamente limpios.

La principal hipótesis es que Abdel Baki Essati actuó como dinamizador del grupo de Ripoll, integrado por hasta cinco parejas de hermanos (Oukabir, Hychami, Aallaa, Houli y Abouyaaqoub) que estaban relacionados a su vez con otros parentescos familiares a través de sus respectivos padres. El imán habría ejercido la influencia espiritual necesaria para que estos chicos se radicalizaran en un tiempo récord.

También se cree que pudo ejercer un liderazgo operativo o militar, imprescindible para coordinar a una célula de tantos miembros que llegó a tener al menos cinco vehículos a su disposición (tres furgonetas de alquiler, el Audi A3 de Cambrils y el Peugeot de Alcanar), consiguió fabricar una carga considerable de TATP y almacenó hasta 106 bombonas de butano. Y todo sin levantar la más mínima sospecha en las Fuerzas de Seguridad. Incluso fueron capaces de diseñar un plan B cuando la casa de Alcanar saltó por los aires.

Una de las incógnitas que quedaban por despejar es por qué el grupo montó su laboratorio en esa localidad situada en la frontera con Castellón, a 300 kilómetros de Ripoll, donde vivían casi todos. El paso de Abdel Baki Essati por la prisión de esa provincia de la Comunidad Valenciana resuelve el enigma. Los investigadores están convencidos de que fue el encargado de conseguir la casa y montar el laboratorio en el que estaban produciendo TATP. Creen que también estaba dentro del inmueble cuando se produjo la explosión. Se están analizando restos humanos hallados en la vivienda para confirmar esta hipótesis. Entre los escombros han aparecido evidencias (orejas y falanges, entre otras) de hasta tres cuerpos diferentes.

Fuentes de la lucha antiterrorista vinculan el ataque con los del Estado Islámico en París, en noviembre de 2015, y en Bruselas, en marzo de 2016. Pero también concurren intensos parecidos con los atentados de Casablanca de 2003, que golpearon entre otros lugares el restaurante de la Casa de España en esa ciudad marroquí, dejando 23 víctimas mortales úniamente en esa acción. La célula de Casablanca estaba compuesta por 14 chicos de un barrio de chabolas situado a las afueras de la urbe, Sidi Moumen. Los integrantes tenían entre 20 y 23 años. Nunca habían mostrado interés por la religión, pero un imán los captó y los introdujo en el grupo yihadista La Vía Recta, vinculada al antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Provocaron un total de 33 muertes. De los 14 miembros de la célula, solo dos fueron apresados con vida.

[Fuente: Por José María Olmo, El Confidencial, Madrid, 20ago17]

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