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18ago04
Democracia es no
Por Fernando Garavito.
(A comienzos de esta semana el periódico de la comunidad hispana del sitio donde vivo me solicitó explicarle en un artículo sencillo a los trabajadores latinoamericanos de los estratos uno y dos, qué es lo que ocurre en el actual proceso político de Venezuela. Esto fue lo que escribí):
Lo dijo Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela, el 25 de julio: Chávez debe morir. Y debe morir como un perro.
Sorprendente. Según parece, la extrema derecha latinoamericana entra en el desespero.
¿Qué pasó en Venezuela, uno de los países más ricos del continente, pero sumido, a la vez, en agudas contradicciones? La respuesta es sencilla.
Pasó que la socialdemocracia encabezada por Pérez, destrozó al país con una política económica absurda, que acabó con las reservas internacionales y cerró los planes de beneficio social para millones de venezolanos.
Pasó que la derecha moderada de Rafael Caldera no logró rescatar al país del desastre provocado por el régimen anterior, y se dedicó a proteger intereses arcaicos que acabaron de agudizar el problema.
Pasó que el antiguo militar golpista, Hugo Chávez, señalado por muchos como un excéntrico, llegó al poder con una nítida mayoría, que no pudo desconocer ninguno de sus adversarios.
Pasó que Chávez inició un gobierno de corte popular, si se quiere “populista”, que de inmediato provocó el rechazo airado de los sectores más retardatarios de la política continental y venezolana.
Pasó que la oposición organizó un golpe de estado, que fracasó en abril del año 2002 gracias a la rápida movilización de grupos civiles y de sectores de las Fuerzas Armadas leales al presidente.
Pasó que esos mismos sectores provocaron en noviembre del mismo año una huelga patronal en Petróleos de Venezuela, que fracasó en su intento de derrocar al gobierno, y le permitió al presidente ahondar en sus reformas económicas y sociales.
Pasó que la oposición logró provocar un referendo que decidirá, el próximo domingo, si Chávez permanece en el cargo hasta que termine su período en enero del 2007, o debe retirarse de inmediato.
Pasó que el domingo pasado, cerca de dos millones de personas manifestaron su apoyo a Chávez en un gigantesco desfile en Caracas, que fue pacífico y fue majestuoso.
Pasó que Pérez, ¡miembro de la Internacional Socialista!, declaró que el referendo será un fracaso para la oposición, la cual deberá empeñarse en derrocar al gobierno de manera violenta.
Todo eso pasó. Pero, ¿qué pasará?
Pasará que el próximo domingo, 15 de agosto, los venezolanos dirán NO: NO a la salida de Chávez. No al regreso de un régimen contrario a los intereses de los desprotegidos.
Será un no que consolidará la democracia. Porque es necesario recordar que Chávez fue elegido democráticamente por el voto de la mayoría de sus conciudadanos, que ha presidido un gobierno honesto y que está trabajando dentro del juego que permite un régimen político basado en la igualdad y en las libertades ciudadanas.
Chávez no ha violado las reglas. Pero la oposición, por intermedio de Pérez, un hombre de 81 años que sostiene, contra toda lógica, que él es “el futuro”, entra en el desespero. Y anuncia, entonces, que ante el fracaso de su propuesta política, el presidente, un líder de extracción popular que ha comenzado a adquirir un enorme ascendiente sobre Latinoamérica, “debe morir”. Y, peor, que “debe morir como un perro”.
[Nota: Este artículo fue extractado del original "El Paradigma". Ver la versión original.]
Este documento ha sido publicado el 07sep04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights |