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13abr02
Información sobre los incidentes en la Embajada Cubana en Caracas.
12 de abril del 2002 (21:40 horas)
Los compañeros informaron que un helicóptero se mantenía sobrevolando la Embajada, acción que no había ocurrido hasta ese momento.
Se mantenía fuera la turba en posición violenta y agresiva, aunque el número de manifestantes que a las 21:00 horas era aproximadamente de unas 800 personas, había disminuido.
La turba había volcado uno de los automóviles con chapa diplomática de la Embajada, y en general a todos los vehículos que estaban parqueados en el exterior les han causado daños severos. La Embajada se mantiene sin luz y sin agua.
Se efectuó una reunión entre monseñor Baltasar Porras, Presidente del Consejo Episcopal, quien vino acompañado del jefe de la Policía Metropolitana de Caracas, y el Embajador cubano Germán Sánchez. Hubo prensa presente que vino acompañándolos a ellos. Primó un ambiente constructivo.
Monseñor Porras llegó asombrado a la reunión y planteó que incluso casi lo alcanzan dos piedras lanzadas por la turba, además expresó que había podido constatar las condiciones en que le recibía el Embajador cubano, refiriéndose a la falta de electricidad y agua en la Embajada, y el clima de acoso y violencia impuesto en el exterior de la misión diplomática.
Durante la reunión, llamó por teléfono al jefe de la Policía Metropolitana, Alfredo Peña, el alcalde mayor de Caracas. Pusieron al Embajador cubano al teléfono. El Embajador cubano le habló con crudeza de todo lo que estaba pasando y le llegó a decir que el tratamiento que había dado Pinochet a la Embajada cubana cuando el golpe de Estado en Chile no había sido tan agresivo y violento. Peña dijo desconocer la gravedad de la situación y que tomaría medidas para darle solución en el menor plazo posible.
Monseñor Porras expresó que él también quería ayudar. Después realizó declaraciones a la prensa en las que expresó que era inaceptable que ocurrieran esas acciones ante una representación diplomática. Expresó públicamente su voluntad de hablar con las autoridades para resolver la situación lo antes posible.
El Embajador cubano también respondió a preguntas de la prensa, denunciando públicamente la agresión contra la Embajada, desmintiendo nuevamente que existieran ciudadanos venezolanos refugiados en nuestra Misión y aclarando con firmeza que el personal diplomático cubano defendería la Embajada si la turba intentaba entrar en ella.
Por otra parte, la compañera Amarilis, esposa del Embajador y funcionaria también de la Misión, que se encuentra en la residencia oficial del Embajador cubano junto con una parte de las mujeres y los niños, se comunicó telefónicamente con el jefe de la Junta golpista, ocasión que aprovechó para denunciar la situación de agresión injustificable contra la Misión cubana y reafirmar la disposición de los diplomáticos cubanos y sus familiares de morir dignamente en la defensa de sus instalaciones si fuera necesario. El jefe golpista expresó no conocer nada de la situación creada frente a la Embajada. Los compañeros de la Misión diplomática trasladaron que existe alta moral entre los compañeros y están tomadas todas las medidas para la defensa del recinto diplomático. Economizan sus fuerzas y usan con riguroso control el agua y los alimentos disponibles en la Embajada.
[Fuente: Diario Granma, Cuba, 13abr02]
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