Información | ||
Derechos | Equipo Nizkor
|
14jun17
La fiscal Ortega es la cara visible de una fractura en el chavismo y de un nuevo escenario
El enfrentamiento que tiene como caras más visibles a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y al presidente Nicolás Maduro evidencia las fisuras entre los factores de poder que afirman encarnar el legado del fallecido ex mandatario Hugo Chávez y configura un nuevo escenario en el que las fuerzas dominantes tal vez no sean solamente dos, según algunos especialistas.
"Está claro que ya se rompió la polarización; el mapa político local ya no se divide en las fuerzas democráticas, que son la mayoría en el país, y el oficialismo: ahora están el chavismo, el madurismo y la oposición", dijo a Télam el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús "Chúo" Torrealba.
El dirigente interpretó la disidencia planteada por Ortega Díaz y otros dirigentes chavistas en que "es posible que el grupo que defiende el legado de Chávez busque oxigenar y reagrupar a las fuerzas revolucionarias para pretender el poder en un eventual escenario electoral".
La funcionaria, que es chavista, se opone abiertamente al llamado de Maduro a una asamblea constituyente para que redacte una nueva carta magna y sus críticos dentro del gobierno la tildaron de "traidora" y "jefa de la oposición".
Ortega Díaz -que lleva como titular del Ministerio Público 10 de los 18 años de vigencia de la Revolución Bolivariana-, sostuvo que "no es necesario, conveniente ni pertinente" elaborar una nueva Constitución y defendió a la vigente, que data de 1999, porque la considera "inmejorable".
La jefa de los fiscales cumple su segundo mandato consecutivo -de siete años cada uno, tal como establece la Constitución- y ante los pedidos de renuncia de sectores del oficialismo respondió que lo desempeñará hasta su vencimiento, a fines de 2021.
Torrealba afirmó que la actitud de la fiscal es "una coincidencia puntual que tiene con la MUD ante lo que representa una abierta violación a la Constitución venezolana", en referencia a la convocatoria a una constituyente sin aval de un referendo y con parte de los asambleístas que serán elegidos en representación corporativa de ciertos sectores de actividad.
"No somos ingenuos para pensar que ella saltó la talanquera (pared) y que se integrará a la oposición; en este caso, Ortega es una chavista, así se ha definido, que está en desacuerdo con la asamblea constituyente que plantea Maduro, entre otras cosas", explicó.
Ortega Díaz también cuestionó duramente los fallos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que limitaron la inmunidad de los diputados y se arrogaron la facultad de legislar, así como la represión militar y policial de las manifestaciones de protesta de los últimos meses.
Asimismo, en los últimos días pidió la nulidad de la designación de 33 jueces del TSJ y pidió el antejuicio de mérito -suspensión de la inmunidad para que puedan ser juzgados- a ocho integrantes del máximo tribunal.
Para Torrealba, "el reto es trabajar con los puntos de encuentro dentro de la diversidad que rechaza el modelo autoritario del gobierno, en aras de recuperar la institucionalidad de la república".
El jefe formal de la MUD admitió que "es lógico pensar que algún actor de relevancia en el mundo político actúa con propósitos personales que van más allá de una denuncia como la que hace Ortega Díaz", pero remarcó que creía que "ella actúa apegada a sus principios y valores chavistas en este momento de tanta conflictividad en el país".
Por su parte, el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, dijo a Télam que la funcionaria "está haciendo lo que le corresponde como figura que debe garantizar la legalidad" y "está defendiendo el derecho de todos los venezolanos de vivir en democracia".
"Su actuación va en paralelo a las protestas que tienen prácticamente paralizado al país y que comenzaron antes de que Maduro lanzara su idea de constituyente" porque "Venezuela transita una crisis social y económica muy fuerte y eso ha erosionado el apoyo del chavismo al presidente", opinó Alarcón.
El académico advirtió que el rechazo por parte del TSJ a los recursos interpuestos por la fiscal "cierra las puertas a una salida a la crisis política por la vía institucional", y vaticinó que las acusaciones de oficialistas en contra de Ortega -a quien acusan incluso de insania mental- avivarán el choque de poderes públicos.
"La acción de la fiscal la convierte en actor importante y hasta clave en una transición política en el país y en donde el sector que ella representa aspira ser tomado en cuenta", sostuvo.
Alarcón consideró relevante el hecho de que mucha gente se haya querido adherir a la demanda de nulidad de la constituyente interpuesta por la Fiscal ante el TSJ, incluso antiguos adversarios de la funcionaria.
Además, vaticinó un escalamiento del conflicto en el que tal vez se activen otros mecanismos de presión a Maduro, como el artículo 350 de la Constitución, que prevé el desconocimiento de aquella autoridad que "contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos".
"La idea de Maduro sólo puede imponerse a la fuerza y con un Ejército detrás, lo cual avivaría las protestas de calle", remató Alarcón.
[Fuente: Télam, Bs As, 14jun17]
This document has been published on 16Jun17 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |