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13abr02
La insurrección mediática llevó a televisoras a instigar a la violencia en una conspiración abierta y descarada.Buenos Aires, 11 de abril. "Estamos ante una conspiración abierta y descarada, y ya desde ayer se hablaba de que estaban listos para una insurrección cívico- militar, y en ese sentido se formaron las cadenas televisivas para transmitir esto. Algo nunca visto. Una ola de rumores y de falsedades se daba a conocer al mundo y podemos demostrar una falsedad tras otra", dijo el presidente Hugo Chávez a La Jornada en comunicación telefónica desde Caracas.
"Trajeron engañada a mucha gente diciendo que yo estaba preso y que iban a tomar Miraflores (el palacio presidencial). También debe hablarse de una insurrección mediática y lo que eso significa para el futuro de todas las democracias. Y debo agradecer a los trabajadores petroleros, de petroquímicas, de educación, de salud, siderúrgicos, de transportes aéreos y tantos otros que trabajaron y han resistido la campaña casi increíble", prosiguió.
El mandatario sostuvo que se fue instalando una campaña que llevó a algunas cadenas televisivas a instigar a la violencia, a sabiendas de que existía un plan de insurrección. Recordó que desde hace mucho tiempo salió personalmente a explicar al mundo lo que sucedía en su país, cuando ya estaba siendo acusado de instalar una dictadura en Venezuela. "No es nada nuevo si se piensa cómo se imitó a Goebbels, que en tiempos de Adolf Hitler tenía la tarea de repetir una mentira hasta que pareciera verdad", denunció.
Aunque el mandatario no pudo mantener la comunicación telefónica por mucho tiempo, debido a la gravedad de la situación y la confusión reinante en Caracas, fuentes gubernamentales venezolanas mencionaron a este periódico que varios chavistas se encuentran entre las primeras víctimas de los enfrentamientos, destacando que esto no se ha dicho en las informaciones que se difunden en el exterior, las cuales además sólo han transmitido algunos fragmentos del largo mensaje de Chávez.
Más tarde, en comunicación desde Miraflores con esta corresponsalía, Maximilian Averlaiz, un francés que pertenece a círculos bolivarianos organizados en Europa, y que se encontraba en la Secretaría de la Presidencia, llamó a "romper con la censura" alrededor de Venezuela, y aseguró que la violencia se desató con un grupo de francotiradores ubicados a 200 metros del palacio presidencial, que comenzaron a disparar sobre una manifestación en apoyo a Chávez.
En Argentina, en todo caso, hubo cadenas que se hicieron eco únicamente de las "televisoras insurrectas", e incluso hablaban de 27 muertos.
En su discurso, enviado a esta corresponsalía, el mandatario y ex militar insurrecto explica a la población sus razones para clausurar las señales televisivas de tres canales: "La señal radioeléctrica pertenece al Estado y el Estado es quien otorga las concesiones". Mencionó que había soportado en la medida de lo posible los ataques, la desinformación y las "mentiras" que żaseguró? estaban destinadas a un plan insurreccional. Incluso subrayó que la víspera envió al vicepresidente a reunirse con los dueños de las cadenas para que dejaran de instigar a la violencia.
Mencionó como antecedentes de esta situación que en días pasados había grupos de encapuchados que se escudaban detrás de las cámaras de la televisión privada para atacar con piedras durante manifestaciones callejeras. Al no obtener respuesta de las televisoras, decidió recurrir a la Constitución y a las potestades legales.
"Hubo reiteradas violaciones a la ley 192", dijo Chávez, al explicar las razones por las cuales suspendió estas cadenas, recordando que ayer públicamente se citaba en los medios a quienes llamaban a una insurrección hasta lograr el derrocamiento del gobierno, sin importar los muertos que esto pudiera causar. "No quiero que suceda nada grave y estamos dispuestos a la conciliación", aseguró.
Denunció la actitud de algunos grupos policiales que estarían trabajando para la oposición al difundir rumores, y que decidieron disparar a los manifestantes sin que mediara una orden del gobierno para reprimir.
Voceros cercanos al mandatario habían calificado de "insólito" que un grupo de televisoras ligadas con el gran poder económico hayan hecho una cadena de transmisión para, literalmente, "invadir el mundo" con una sola visión de los hechos, difundiendo "desinformaciones asombrosas". En este sentido mencionaron cómo algunos militares plegados a esta campaña llamaban abiertamente a un golpe contra un presidente constitucional. Igual lo hicieron varios empresarios entrevistados en esas cadenas de televisión.
"Se estaba buscando un Augusto Pinochet (el ex dictador chileno que derrocó al presidente constitucional Salvador Allende en un sangriento golpe en 1973), pero no ya en las sombras, sino abiertamente, en transmisión televisiva", sostuvieron estas fuentes allegadas al gobierno.
Juan Vicente Gómez, de la Red Bolivariana, declaró a La Jornada que los policías de la alcaldía mayor de Caracas, a cargo del opositor Alfredo Peña, actuaron contra los simpatizantes de Chávez, que los francotiradores pertenecían a "los grupos de la conspiración". Desde Miraflores, fuentes de gobierno dijeron que un grupo de policías vestidos de civil se presentaron para entregar sus armas, y denunciaron que "fueron forzados a disparar contra civiles", al tiempo que denunciaron que los medios falseaban, al aumentar considerablemente el número de manifestantes convocados de manera conjunta por la Central de Trabajadores de Venezuela y las patronales, en un caso insólito. A su vez, el europeo Maximilian Averlaiz destacó que el grupo ultraizquierdista Bandera Roja se manifiesta también convocado por la cúpula empresarial, y que algunos de los miembros de ese grupo provocaron a los guardias nacionales convocados para calmar los ánimos.
Aquí, varios analistas políticos de izquierda advirtieron sobre las similitudes de la situación de Venezuela con el golpe de Estado de Pinochet, sobre todo por los elementos de propaganda y las clases sociales que participaron, principalmente media alta y alta. "Es una gravísima acción que pone sombras en toda América Latina", coincidieron, destacando que la diferencia es que ahora hay muchos intelectuales de izquierda que se plegaron a la campaña estadunidense, lo que no hubiera sucedido en los tiempos de Allende.
[Fuente: Por Stella Calloni, Diario La Jornada, Mexico, 13abr02.]
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Este documento ha sido publicado el 13abr02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights