Información
Equipo Nizkor
        Tienda | Donaciones online
Derechos | Equipo Nizkor       

24feb17


La Casa Blanca veta a cuatro grandes medios en una sesión informativa con el portavoz de Trump


El revuelo que ha provocado la Casa Blanca este viernes es "lo nunca visto", en palabras de los afectados. Cuatro grandes medios -CNN, 'The New York Times', 'LA Times' y 'Politico' han sido vetados en el briefing diario con el portavoz presidencial, Sean Spicer. Se puede decir que estamos ante una ruptura de relaciones entre la residencia presidencial y los corresponsales que habitualmente cubren la información de la Casa Blanca.

Los reporteros de los citados medios no han podido acceder a la oficina de Spicer en el Ala Oeste de la Casa Blanca, si bien se ha permitido la entrada a periodistas de medios conservadores afines como el diario Washington Times o la web Breitbart. También han asistido medios como ABC, CBS, The Wall Street Journal, Bloomberg o Fox News. En cambio, los informadores de la revista Time y la agencia Associated Press (AP) se han negado a acudir en señal de protesta y como gesto de solidaridad con los vetados.

"Nada de esto ha sucedido nunca en la Casa Blanca en nuestra larga historia de cobertura a múltiples Gobiernos de diferentes partidos", ha afirmado el director ejecutivo de The New York Times, Dean Baquet, en un comunicado. "Protestamos contundentemente contra la exclusión de The New York Times y otros medios. El libre acceso de la prensa a un Gobierno transparente es obviamente de interés crucial", ha añadido Baquet. El presidente de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, Jeff Mason, ha afirmado en un comunicado que emitirá una protesta sobre cómo se ha organizado la sesión y abordará el asunto con los responsables de prensa de la residencia presidencial.

El estallido de la nueva crisis, una de las más graves (si no la peor) que han sacudido a la breve presidencia de Trump -el magnate tomó posesión del cargo el 20 de enero, hace poco más de un mes- ha sido la culminación de una intensa jornada en la que no ha faltado de nada: apelaciones al poderío militar, exhibición de ultranacionalismo, promesas de acelerar la construcción del muro con México y de mantener las restricciones a la entrada de inmigrantes, refugiados y nacionales de países musulmanes, ataques a los servicios secretos y, por supuesto, descalificaciones a la prensa.

Exhibición de nacionalismo furibundo en el gran foro conservador USA

Antes de que la Casa Blanca diera con la puerta en las narices a los periodistas 'incómodos', lo más sonado del día había sido la intervención de Donald Trump en la Conferencia anual de Acción Política Conservadora (CPAC).

¿Cuándo fue la última vez que ganamos? ¿Cuándo fue la última vez que ganamos una guerra, algo? Esta ha sido la pregunta que el presidente ha lanzado a un auditorio absolutamente entregado, un público de incondicionales ante el que ha dado rienda suelta a sus instintos después de un mes de tensiones con los servicios secretos, con la prensa, con los defensores de los derechos civiles… con todos los que no comparten su visión del mundo, entre los que probablemente no se encuentran los participantes en el foro conservador más importante de Estados Unidos.

El presidente ha prometido un gran aumento del gasto en defensa, de modo que "nadie se va a meter con nosotros". "Yo no estoy representando al mundo, estoy representando a nuestro país", ha proclamado y ha rematado ese mensaje del más rancio nacionalismo con esta afirmación: "Creo en la paz a través de la fuerza". Ante la audiencia de activistas conservadores venidos de todo el país, y reunidos en un complejo hotelero a las afueras de Washington a orillas del río Potomac, Trump ha considerado que "la cooperación global está bien", pero ha marcado distancias con el multilateralismo al anotar que no existe una "moneda global" o una "bandera global".

En definitiva, Trump ha lamentado el poder perdido por Estados Unidos en los últimos tiempos y ha prometido hacer que el país recupere su influencia como líder global. En esa línea, no ha obviado las alabanzas a sí mismo. "Finalmente, y tras un largo tiempo, volvéis a tener un presidente", le ha dicho a los conservadores y ha exclamado "amo la bandera estadounidense", al mismo tiempo que el público coreaba una y otra vez "USA, USA, USA". Su intervención ha sido el desarrollo del "America first" que se ha convertido en el lema de su presidencia.

El mandatario ha aprovechado para explayarse con otro de sus temas favoritos: las restricciones a la inmigración y el muro con México. Respecto a este último, la construcción comenzará, ha dicho, "lo antes posible". En cuanto al control migratorio, ha insistido en su tesis de que se trata de defender a Estados Unidos de "los tipos malos". Como es habitual en él, Trump no ha aportado ni el más mínimo dato cuando ha asegurado que "los agentes de inmigración están encontrando a miembros de bandas, traficantes de drogas y extranjeros criminales y echándolos fuera del país". "No les dejaremos volver. No van a regresar. Y si lo hacen, se toparán con problemas más grandes de los que jamás han soñado", ha añadido.

Trump quiere empezar la construcción del muro con México en los enclaves fronterizos de El Paso (Texas), Tucson (Arizona) y El Centro (California) y pagarlo con dinero aprobado por el Congreso. El muro en la frontera fue una de las promesas estrella con las que llegó a la Casa Blanca y su intención es que el coste lo asuma México, aunque el Congreso adelante el dinero. De momento, el coste estimado del muro fronterizo ha ido creciendo progresivamente desde los alrededor de 8.000 millones de dólares que calculó inicialmente Trump hasta los 21.600 millones, según los últimos cálculos del Departamento de Seguridad Nacional.

Twitter, la plataforma favorita de Trump que anticipa sus movimientos

Aún antes de participar en la conferencia conservadora, la jornada laboral de Trump había empezado con mucha agitación, zarandeando a dos de sus mayores 'bestias negras', los servicios secretos y los periodistas, y anticipando lo que estaba por venir, con el veto de la Casa Blanca a los grandes medios críticos con sus políticas. El enfrentamiento de Trump con unos y otros ha alcanzado un grado de crispación desconocido en la historia más reciente del país. Por lo que se refiere a los medios informativos, hay que remontarse a la década de los 70 del siglo pasado con Richard Nixon, a quien una filtración periodística acabó costando la carrera política, para encontrar una agresividad tan manifiesta en la relación entre el presidente y la prensa. Este viernes, la bronca le ha caído primero de rebote y luego de forma más directa.

Trump ha acusado al Buró Federal de Investigaciones (FBI) de ser incapaz de detener las filtraciones de información clasificada a la prensa, algo que, a su juicio, puede tener "un efecto devastador" para el país. "El FBI es totalmente incapaz de detener a los 'filtradores' de seguridad nacional que se han infiltrado en nuestro Gobierno desde hace mucho tiempo", ha denunciado el presidente en su cuenta personal de Twitter.

Según Trump, el FBI ni siquiera puede encontrar a los que filtran información desde dentro de la propia agencia. "La información clasificada que se está dando a los medios puede tener un efecto devastador en Estados Unidos", sostiene en otro tuit al urgir a localizar de inmediato a los responsables de la divulgación de ese tipo de material.

Las nuevas críticas de Trump al FBI se han producido a raíz de que se conociera que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, intentó este mes sin éxito que esa agencia desacreditara públicamente informaciones de prensa sobre supuestos contactos con Rusia de la campaña electoral de Trump, según informaron este jueves la cadena CNN y otros medios estadounidenses. La petición de Priebus estuvo relacionada con una información publicada por el diario The New York Times, según la cual varios asesores de la campaña presidencial de Trump mantuvieron "reiterados contactos" con agentes de la inteligencia rusa durante el año previo a las elecciones presidenciales del pasado noviembre en EEUU.

No obstante, un alto funcionario ha precisado a los periodistas bajo condición de anonimato que la solicitud de Priebus se produjo después de que el subdirector del FBI, Andrew McCabe, le dijera que esa historia del New York Times era falsa. Mientras, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha criticado abiertamente a los medios, particularmente a la cadena CNN, por la información sobre la petición de Priebus al FBI y les ha acusado de haber hecho una cobertura "indefendible" e "imprecisa" del tema.

El problema es que esa solicitud de la Casa Blanca al FBI viola normas gubernamentales emitidas en 2007 y 2009 que prohíben ese tipo de contactos en relación con investigaciones pendientes, según se ha apresurado a denunciar el congresista demócrata John Conyers.

La semana pasada, Trump declaró la guerra a las filtraciones a la prensa de información sobre su Gobierno que se han multiplicado desde su investidura el pasado 20 de enero, al asegurar que ha encargado una investigación de esos actos "criminales" y que los responsables pagarán "un alto precio". Entre las filtraciones que más han irritado a Trump está la que reveló que Michael Flynn, su exasesor de seguridad nacional, había mantenido conversaciones con Rusia antes de que el magnate se convirtiera en presidente de pleno derecho sobre las sanciones impuestas a ese país por la administración Obama. Además, mintió al respecto al vicepresidente Mike Pence, algo que motivó finalmente su dimisión y la primera gran crisis de Gobierno de Trump.

'Fake News' de los medios y 'Fake News' de Trump

Además de la serie de tuits que ha escrito nada más levantarse, Trump ha aprovechado su participación en la Conferencia anual Conservadora para redoblar sus críticas a los medios, a los que ha llamado "deshonestos", el "enemigo del pueblo" y divulgadores de "noticias falsas". En ese escenario, ha dado rienda suelta a su rencor contra la prensa por pensar que nunca ganaría las elecciones presidenciales de noviembre pasado y por mantener siempre como favorita de las encuestas a la candidata demócrata Hillary Clinton. "Tenemos que luchar contra ellos. Los medios son muy inteligentes, muy astutos y deshonestos (…). Se enfadan cuando exponemos sus noticias falsas", ha proclamado.

Trump acusa a los medios de mentir pero a él no le importa seguir haciéndolo con total descaro con tema como el supuesto ataque terrorista en Suecia que nunca existió. Después de que el mandatario diera por hecho el atentado, el pasado sábado, dejando estupefacto a medio mundo, un partido ultraderechista sueco, los Demócratas Suecos o SD, amplificó la información sobre los disturbios desencadenados en el barrio de Rinkeby, en Estocolmo, por la detención de una persona por supuesto tráfico de drogas.

El presidente lo ha aprovechado para hacer este comentario en la conferencia: "Me criticaron mucho por lo que dije de Suecia y, de repente, un día después, dije ¿nadie ha informado de lo que está pasando? Y resultó que no". Por supuesto, sigue haciendo oídos sordos a las informaciones que le recuerdan que Suecia no ha sufrido atentados desde el 2010, que no tiene un aumento en la tasa criminal desde la acogida de 244,000 migrantes en el 2014 y 2015 -un récord en Europa en términos relativos por número de habitantes- y que sigue siendo uno de los países más seguros -y ricos- del mundo.

[Fuente: Por Pilar Gassent, República de las ideas, Madrid, 24feb17]

Tienda Donaciones Radio Nizkor

United States
small logoThis document has been published on 27Feb17 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.