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15may11
Un golpe al corazón de todo el gobierno
La izquierda uruguaya está a punto de dar los retoques finales al manual político sobre cómo enredarse solo y cómo debilitar a un gobierno propio y de mayoría parlamentaria sin que la oposición necesite hacer jugada alguna.
Uruguay vive hoy una fase de crecimiento sostenido durante ocho años, a un ritmo anual de 6,2%. El desempleo está bajísimo (el 6,4% de la población activa); la ocupación laboral alcanzó un nivel récord y el poder adquisitivo sigue en alza. Eso se notaba ayer en los shoppings, desbordados por compras para la celebración de hoy del Día de la Madre. No había lugar para estacionar autos, cuya venta también marca récords.
Como si eso fuera poco, el gobernante Frente Amplio tiene los tres dirigentes políticos con mayor nivel de popularidad desde hace años: el ex presidente Tabaré Vázquez; el actual mandatario, José Mujica, y el vicepresidente, Danilo Astori. La oposición es minoría en las cámaras y no tiene intención de aliarse en una coalición electoral para enfrentar a la izquierda en las elecciones presidenciales de 2014.
Pero, de un plumazo, la propia izquierda ha debilitado la imagen del presidente de la república, del vicepresidente y titular del Poder Legislativo, y del canciller, Luis Almagro, uno de los motores del proyecto para anular la amnistía militar, a pesar de la oposición de Mujica.
En los últimos días, el presidente dijo, por todos lados, que el Frente Amplio no puede votar en el Parlamento la anulación de la ley de caducidad -que otorgó la amnistía a militares acusados de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura- porque, a su juicio, eso es malo para el gobierno, para su partido y para el país.
La ley fue aprobada en 1986 y ratificada en dos referéndums, el último en 2009.
Convencido de que el Parlamento no debe ignorar la voluntad popular, Mujica intentó persuadir al oficialismo de no seguir adelante con la anulación de la amnistía. No sólo no lo logró, sino que, además, fue criticado por haber actuado tarde, cuando el proyecto ya había pasado por Diputados.
Ese fue el caso de Zelmar Michelini, hijo mayor del senador asesinado en Buenos Aires en 1976. "¿Por qué a diez días del fin de esa ley «abominable» [Mujica] les hace un gol en contra a los legisladores del Frente Amplio? Cuesta entender el comportamiento político e institucional del presidente", dijo Michelini, uno de los más enojados con el mandatario.
El desplante a Mujica de su propia bancada lo deja mal parado frente a la oposición y en su condición de líder, justo cuando el país enfrenta debates sobre temas de mucha importancia para los uruguayos, como la seguridad pública y el deterioro de la enseñanza.
El vicepresidente Astori sale también debilitado. En el Senado había votado el polémico proyecto y luego fue con Mujica a pedirles a los diputados que no lo hicieran.
La imagen del canciller Almagro también se vio perjudicada. El presidente reveló que Almagro fue al Parlamento a defender el proyecto como representante del Poder Ejecutivo sin su autorización. Lo tuvo que amonestar y la oposición ya pide la cabeza del ministro.
Hace unos días, Mujica fue al Parlamento a explicarles cara a cara a los diputados el costo político de la decisión de ayer. Al partido, en tanto, le envió una carta de tono dramático. En ella pidió que fueran "responsables" y lanzó una pregunta: "¡¿Qué nos pasó?! ¡¿Cómo es posible el desprecio hacia los plebiscitos?!".
Sus gestiones fueron inútiles.
[Fuente: La Nación, Bs As, 15may11]
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