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12ago05
La Armada esconde la verdad.
En su informe, la Fuerza de mar sostiene que no es responsable de desapariciones durante la dictadura, pero testimonios de torturados y ex funcionarios navales contradicen la postura oficial. Militantes del GAU y de otros grupos que se creían desaparecidos y muertos en Argentina pueden haber sido trasladados a Uruguay en 1978.
En el documento que remitió al Presidente de la República, Tabaré Vázquez, el lunes 8, la Armada Nacional se jacta de su vocación democrática y constitucionalista, y sostiene no haber sido responsable de caso alguno de desaparición.
Ayer jueves, en un comunicado hecho público, la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos retrucó: “La fuerza naval sigue ocultando su responsabilidad en las desapariciones ocurridas en Argentina en diciembre de 1977”. Y es que la marina olvida no sólo que en sus bases se torturó sin piedad, quizás incluso hasta la muerte, sino su responsabilidad en la detención, entre 1977 y 1978, de más de cincuenta militantes vinculados a los Grupos de Acción Unificadora (GAU). Más de veinte de ellos permanecen desaparecidos.
Pero además omitió referirse al caso de óscar de Gregorio, un dirigente montonero detenido el 16 de noviembre de 1977 en el puerto de Colonia, conducido a la Dirección de Inteligencia de Prefectura (Dipre), torturado, y devuelto a la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), en Buenos Aires, donde según una testigo fue asesinado, aunque su cuerpo jamás apareció.
La fuerza de mar tampoco dijo nada sobre otro joven argentino detenido en Montevideo, presunto integrante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). De acuerdo al testimonio del marino desertor Daniel Rey Piuma, ese joven murió a causa de las torturas recibidas en Fusileros Navales (Fusna).
Represión Coordinada
El 20 de noviembre de 1977 comenzaron en Uruguay las detenciones masivas de militantes de los GAU y de personas que habían estado vinculadas a esa organización. Según se recuerda en el libro A todos ellos, de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, “en pocos días hubo más de cincuenta personas detenidas.
Estas detenciones continuaron en Argentina a partir del 20 del mes siguiente”. El interrogatorio bajo tortura de muchos de los prisioneros revela la existencia de una regional Buenos Aires de los GAU y los nombres de varios de sus integrantes, de acuerdo a lo que consta en el expediente 601 del Juzgado Penal de Primera Instancia. El entonces Jefe del S 2 (inteligencia), Capitán de Corbeta Jorge Troccoli, es designado por las fuerzas represivas como enlace con los militares argentinos para ocuparse del desmantelamiento de la regional.
Troccoli asume esa tarea junto a su mano derecha, el Sargento Manuel Zapata. Según el testimonio de uno de los detenidos en el Fusna incluido en A todos ellos, “a principios de diciembre (de 1977) Troccoli viaja con Zapata a Buenos Aires. Después de Navidad, cuando regresa dice: ‘los agarramos, pero no pude evitar que interviniera el Ejército’. Vuelve con declaraciones de detenidos escritas a mano, adjuntas a una pequeña ficha personal con la foto de ellos, las mismas que usaba el Ejército”.
Ambos torturadores de la marina uruguaya viajaron a Buenos Aires en diciembre de 1977 y regresaron a Montevideo en mayo de 1978. La ola represiva desencadenada contra los militantes de los GAU en Buenos Aires comenzó precisamente el 21 de diciembre del 77 y esas personas fueron vistas por otros secuestrados en distintos centros clandestinos hasta mayo de 1978. Su periplo incluyó los “pozos” de Quilmes y de Banfield y el llamado “chalet de Martínez”, pertenecientes al Primer Cuerpo del Ejército y al Servicio Penitenciario de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. De acuerdo a testimonios recabados por Familiares y otras organizaciones humanitarias, en sus interrogatorios participaron oficiales de la marina y del Ejército uruguayos. “Pasados los interrogatorios y torturas los devolvieron a Banfield hasta que, entre el 15 y el 16 de mayo de 1978, fueron trasladados definitivamente.
Existen indicios de que algunos de los detenidos en el pozo de Quilmes en diciembre hayan sido trasladados directamente a Uruguay en ese momento”, se señala en A todos ellos.
Esta última presunción es abonada ahora por el reconocimiento, por la Fuerza Aérea uruguaya, de la existencia de “al menos” dos vuelos entre Aeroparque y Carrasco con detenidos desaparecidos a bordo, según pudo saber Brecha. De ser así, familiares que buscaban a sus parientes en Argentina tienen razones para pensar que pueden haber desaparecido en Uruguay. Por ello mantienen la expectativa por los eventuales hallazgos que se puedan producir en las excavaciones en los batallones 13 y 14 y, naturalmente, por los nuevos datos que aporten quienes poseen información veraz y no la brindan.
Troccoli y Zapata son dos hombres clave. El ex Jefe del S 2 reconoció, en su libro La ira de Leviatán, editado años atrás, haber sido un torturador. Pero eludió siempre hablar de su permanencia en Buenos Aires entre diciembre de 1977 y mayo de 1978 y de las funciones que allí desempeñó.
Tampoco se dice nada al respecto en el informe que la Armada entregó al Presidente Vázquez.
Algunos de los desaparecidos detenidos en ese período en Argentina son Alberto Corchs Laviña, Elena Lerena Costa, Edmundo Sabino Dossetti, Alfredo Bosco Muñoz, Yolanda Iris Casco Gelphi, Raúl Borelli Cattáneo, Guillermo Manuel Sobrino Berardi, Gustavo Alejandro Goycoechea Camacho, Graciela Basualdo Noguera, José Martínez Suárez, María Castro Huerga, Aída Sanz Fernández, Gustavo Arce, Raúl Gámbaro y Julio D’Elía Pallares.
Renée Pallares, madre de Julio D’Elía, declaró ante la Comisión Investigadora Parlamentaria, en 1985: “A mi hijo lo sacaron del ‘chalet de Martínez’ y lo trasladaron a Uruguay junto a otros cinco uruguayos. Mi hijo tiene que haber venido a Uruguay, porque en dos oportunidades tuvimos noticias por personal de la Armada de que mi hijo estaba en la marina”.
Mara Martínez, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, dijo a Brecha que la Armada “tuvo la voluntad de ocultar o no buscó lo suficiente; o no procuró los elementos necesarios para saber dónde buscar”. Recordó que Tabaré Daners, el actual Comandante en Jefe de esa Arma, fue “en aquel momento el Juez sumariante del expediente de los GAU en Uruguay”. Unos treinta de esos detenidos fueron procesados por la justicia militar en presumarios que duraron 15 días. “Yo no sé si Daners tiene memoria, pero si hubieran investigado nombres como el de Alberto Corchs, Julio D’Elía, Raúl Gámbaro, Raúl Borelli, les hubiera saltado inmediatamente que estaban mencionados en un expediente de la marina. Sus declaraciones deben estar en Fusileros Navales o en inteligencia de la marina”, aseveró Martínez. Y agregó que la responsabilidad de la Armada se evidencia en la documentación oficial por la que se pide la captura de los GAU en 1977. “Sea en Argentina o en Uruguay que se hayan producido las desapariciones, la marina se tiene que hacer responsable porque de allí salió el pedido de captura.
Nos tienen que informar qué pasó, en qué fecha, qué hicieron con ellos, porque lo tienen que saber”, subrayó.
Sostuvo además que los eventuales traslados a Uruguay pudieron haber sido producto de un vuelo de la Fuerza Aérea, pero no sólo por esa vía: “La marina tenía helicópteros o pudieron utilizar cualquier transporte que pusiera a su disposición la Esma argentina, porque ese organismo tenía vínculo directo con el Fusna”.
Esta nueva presunción abre el camino para que los familiares de desaparecidos que no radicaron denuncias judiciales en Uruguay por creer que la búsqueda correspondía hacerla en Argentina, se presenten a los juzgados nacionales.
[Fuente: Semanario Brecha, Montevideo, Ury, 12ago05]
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