El Sur de Bolívar se ha convertido en un paradigma de las políticas internacionales -tanto de los Estados Unidos como de la Unión Europea- para y en Colombia. La prueba más evidente es que tanto el Plan Colombia, diseñado como lucha contra el narcotráfico por el Departamento de Estado, como las inversiones previstas en los presuntos proyectos de desarrollo financiados con fondos europeos y liderados financieramente por el aporte del Gobierno español, están dedicados
es esta región colombiana.
El Sur de Bolívar ha sido históricamente una región donde las políticas de control social y político han llevado la marca de graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, las cuales permanecen en la total impunidad; la guerra civil colombiana ha marcado también a ese territorio
rico en materias primas de todo tipo, y cuya población civil ha estado, y está, fuera de toda protección por parte del Estado colombiano.
La lucha por el control de las zonas auríferas - que se encuentran bajo explotación de mineros individuales y sujetas a unas formas de extracción que siguen el patrón de explotación hispánica
de la plata, desaparecido a mediados del siglo XIX - se han mantenido fuera del poder de policía del Estado, e incluso del control que podría suponerse a minerales que constituyen una reserva de riqueza con la que financiar el desarrollo de Colombia.
Esperamos que este documento sirva como herramienta de trabajo a aquéllos colectivos y activistas que se acercan a la compleja realidad colombiana, especialmente desde la Unión Europea, cuya política exterior ha asumido una gran responsabilidad en el conflicto armado de ese país que, hoy más que nunca, necesita acercarse a la paz y la reconciliación con justicia, como única forma de poner fin a 40 años de guerra civil.
