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04oct06
El Poder Judicial y las ONG neomarxistas en el Perú.
Para entender el presente hay que hurgar en el pasado político de los hombres, en sus viejas ideologías, en esos fantasmas que los acompañan en sus actos de hoy, como sucede con la "izquierda caviar" y su papel en la supuesta defensa de los derechos humanos y su intromisión en la reforma judicial y asuntos de seguridad y defensa. Ellos fueron los verdugos de las FF AA y de los enemigos del toledismo. Esta primera parte de este ensayo los desnuda. Hay que leerlo. (NdR).
Mientras el Poder Judicial peruano atraviesa por una grave crisis y anuncia una nueva reorganización, tras descubrirse un caso de corrupción cometido por un vocal supremo provisional que terminó en la cárcel, es necesario conocer las redes de influencia y a sus operadores que acaparan una ingente cooperación internacional destinada al fortalecimiento de la vapuleada justicia peruana. Entonces, saldrá a la luz un entramado de ONGs neomarxistas, o de "izquierda caviar", que buscan hacer prevalecer su sesgada visión ideológica en áreas tan sensibles como la administración de justicia, derechos humanos, defensa nacional y seguridad ciudadana.
Los orígenes y mutaciones
Para comprender los hechos del presente hay que adentrarse en la historia, que nos ayudará a desentrañar el accionar de un sector izquierdista metamorfoseado en las instituciones democráticas de la actualidad, a fin de alcanzar sus objetivos estratégicos en función de su orientación ideológica y política, que incluye la desarticulación de organismos claves para la estabilidad y gobernabilidad del Perú.
Una comunidad ideológica neomarxista fue acogida por el gobierno de transición de Valentín Paniagua en el 2001, tras la caída de la administración Fujimori. Este grupo se caracteriza por haber militado en tres agrupaciones de extrema izquierda en los años sesenta y setenta: Vanguardia Revolucionaria (VR), Partido Comunista Revolucionario (PCR) y Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). A ellos se han sumado algunos ex dirigentes del Partido Comunista promoscovita.
La mayoría de estos personajes se identifican porque en sus años de formación universitaria fueron fervorosos propulsores de la lucha armada para destruir el orden establecido, incluso los tres primeros grupos (VR, PCR y MIR) abrazaron públicamente el maoísmo clásico de la República Popular China, durante los años de la cruenta revolución cultural de Mao Tse Tung.
Por consiguiente, han sido enemigos de la democracia representativa, a la que tildaban de "democracia formal", y radicales antagonistas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, a las que denostaban como "guardianes reaccionarios del orden establecido" y mera "prolongación represiva de los intereses del imperialismo estadounidense y sus amaestradas burguesías criollas".
Aquella Vanguardia Revolucionaria (VR) tuvo como primer secretario general a Ricardo Napurí y los demás líderes fundadores fueron Ricardo Letts Colmenares, César Benavides, Edmundo Murrugarra Florián y Jorge Villarán.
Una de las iniciales tareas de su proyecto fue captar a estudiantes de la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional de Ingeniería y la Universidad Agraria de La Molina principalmente, usando en muchos casos como cantera de reclutamiento a la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC), un movimiento universitario confesional fundado en 1941, afiliado al Movimiento Internacional de Estudiantes Católicos (MIEC), ambos reconocidos por la Santa Sede, pero que en aquellos tiempos era aprovechado como centro de congregación de algunos que se consideraban futuros "brazos intelectuales de la revolución".
En ese contexto serían ganados Javier Diez Canseco, Oscar Dancourt Masías, Agustín Haya de la Torre, Eduardo Figari, Juan Sánchez Barba, Víctor Torres, Alfredo Stecher, Alberto Gonzales, Sinesio López y Julio César Mezzich. Este último años más tarde se integraría a las huestes terroristas de Sendero Luminoso, a la cabeza de la facción Vanguardia Revolucionaria-Político Militar (VR- PM).
Gran parte de ellos apoyaron las guerrillas iniciadas durante 1965 en el Perú por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). La VR respaldó a los sediciosos y tuvo contacto con los dirigentes del MIR y el ELN. A tal punto llegaron sus lazos con la subversión marxista guevarista que uno de los dirigentes de la VR fue invitado por Luis de la Puente Uceda a "conferenciar" sobre la lucha armada a la base guerrillera de Mesa Pelada (Cusco).
Las esquirlas de los grupos marxistas
A fin de tener una idea más clara sobre las coordenadas ideológicas y la estratagema violentista de estos grupos, basta recordar que ante el fracaso del proceso subversivo del MIR, la VR sentenció lo siguiente: "Las guerrillas del MIR parecen no haber explotado correctamente el instrumento fundamental con el cual deben enfrentarse a las Fuerzas Armadas del poder burgués: el arma subjetiva, desmoralizarlos, cansarlos, no presentar frente, darles tiempo para que se corroan, ganarles la moral, descomponerlos internamente, esperar a que se pudran desde adentro".
Antes de continuar, una referencia importante: años más tarde, cuando estos grupos marxistas ya habían mutado, el periodista peruano Herbert Mujica Rojas los calificó con acierto, aunque solitariamente al principio, como "izquierda caviar" en el Perú, recordando la expresión formulada por el periodista francés Daniel Benoits acerca del sinuoso proceder de la clase política izquierdista en Francia hace unos 20 años.
Siguiendo el relato, de VR-PM se desprendió el Partido Comunista Revolucionario (PCR), liderado por Manuel Dammert Ego-Aguirre. A fines de los años setenta, en la VR (y por extensión el PCR y MIR) se fijan como objetivo "ante la crisis política de situación preinsurreccional" formar varios frentes que los diferencien de Sendero Luminoso y posteriormente del MRTA, que empezarían a comienzos de la década de los ochenta su accionar terrorista. El frente de la lucha legal, electoral, parlamentaria, municipal y en los medios de comunicación, el frente de la lucha de las masas populares organizadas y el frente de la lucha armada.
En los años setenta, además, la VR se integra al frente de Unidad Democrática Popular (UDP) y publica el semanario Amauta, codirigido por Oscar Dancourt y Fernando Rospigliosi. Después, ante la inviabilidad de la lucha armada de SL, participan en las elecciones de la Asamblea Constituyente que redactará la Carta Magna de 1979, aunque la VR luego la negó. Mientras, otros buscaron reciclarse en el régimen democrático, como el PCR de Manuel Dammert y la vertiente del MIR, base de operaciones de los futuros componentes de la denominada Comisión de la Verdad y Reconciliación: Carlos Tapia y Javier Ciurlizza, y del ex ministro de Justicia del gobierno de transición de Paniagua, Diego García-Sayán.
La danza con lobos
En 1986, las páginas de la revista Cambio, vocero del grupo terrorista MRTA, acoge la siguiente propuesta de Francisco Soberón a favor de un diálogo con los senderistas: "Hay violencia por parte de Sendero, pero se deben buscar los canales necesarios de diálogo para que exista la paz con justicia social que todos deseamos".
Se trata del mismo Soberón de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), quien antes fuera miembro del comité central de Vanguardia Revolucionaria (VR), así como agitador de movimientos campesinos en la época de la reforma agraria del gobierno militar izquierdista del general Juan Velasco Alvarado en los años setenta, ubicándosele luego en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados en el gobierno de Belaunde. En realidad, desde 1983 el sociólogo Francisco Soberón empezó a trabajar con Aprodeh, junto con un equipo de su misma tendencia ideológica marxista, compuesto por Martha Giraldo, Fernando Rospigliosi (a quien conocía desde la universidad), Manuel Piqueras y Liliana Panizo.
A tal punto llega la confianza y empatía entre ellos que incluso durante el gobierno de Toledo, en el 2001, la revista Ideele, de la ONG Instituto de Defensa Legal (IDL), se preguntaba: ¿Pero por qué si está Diego García-Sayán como ministro de Relaciones Exteriores y Fernando Rospigliosi en el Ministerio del Interior, deben haber organismos de derechos humanos?
Empero, la mutación no se detuvo: en la temática de los derechos humanos del mismo modo aterrizaron otros neomarxistas, como Sofía Macher (llegó a ser directora de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos) y su esposo Hans Landolt Pardo, ex integrante del Partido Comunista Revolucionario y actual conductor de un programa de entrevistas y reportajes en televisión por cable, financiado por la ONG IDL, donde él es director.
Tomando distancia
Recapitulemos: a inicios de los ochenta, los camaradas de Vanguardia Revolucionaria (VR), Partido Comunista Revolucionario (PCR) y Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) ya no veían a Sendero Luminoso (SL) como el aliado del "campo popular", sino que empezaban a tomar distancia, sobre todo cuando en la década crítica de los ochenta y principios de los noventa el violento accionar terrorista, mediante coches-bombas, asesinatos selectivos de militares y civiles, destrucción de infraestructura y apagones, alcanzaba a varios dirigentes de la izquierda.
Pese a que muchos tomaron distancia de la crueldad criminal de SL, dirigido por Abimael Guzmán, no lo enfrentaron como era debido y tuvieron un discurso ambiguo respecto del fenómeno terrorista, posiblemente debido a que les provocaba sentimientos encontrados, ya que SL en parte llevaba a la práctica lo que ex camaradas como Diego García-Sayán y Carlos Tapia (ambos del MIR) o Ronald Gamarra, entre otros, habrían proclamado en los claustros universitarios y las movilizaciones callejeras.
ONGs: Caballo de Troya en el Poder Judicial
Más bien estos dirigentes y militantes de izquierda afianzaron su visión y actitud negativa acerca de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, luego de haber sido cómodos y vacilantes espectadores de la batalla que se dio en el terreno de las armas entre el Estado peruano y las hordas senderistas.
Este es el momento del recodo y viraje estratégico. En efecto, un grupo se introducirá en el tema de los derechos humanos, con la misión de enfrentar a las Fuerzas Armadas en el nuevo escenario de conflicto (el terreno legal), para lo cual controlarán la Defensoría del Pueblo, en especial durante la precaria (no fue ratificado por el Congreso, ni renunció) pero extensa etapa de Walter Albán, también de procedencia marxista.
Completando la tenaza, operadores políticos vinculados a la actual izquierda neomarxista, o izquierda caviar, que venían actuando desde ONGs dedicadas a la promoción de los derechos humanos, asumieron posiciones de poder en el gobierno de transición 2000-2001 y, paralelamente, lograron copar la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).
A consecuencia de estos hechos, el Estado peruano se allanó al mandato de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de realizar nuevos juicios penales a los cabecillas y militantes terroristas previamente sentenciados y ya en prisión, al tiempo que representantes de la CVR hacían discretas conversaciones (que luego fueron conocidas por la opinión pública) con la cúpula de Sendero Luminoso encarcelada en el penal de la Base Naval del Callao (Lima), concertando facilidades para materializar el nuevo escenario judicial.
Esto fue posible gracias a que durante la gestión transitoria del presidente Valentín Paniagua Corazao lograron el manejo del Ministerio de Justicia con Diego García-Sayán (noviembre 2000-julio 2001), quien después extendió su poder al llegar a ser ministro de Relaciones Exteriores en el régimen de Toledo (julio 2001-julio 2002), con el secreto pero decisivo apoyo de Eliane Karp de Toledo y el contexto generado para sostener la feroz persecución política y la justicia jacobina contra los adversarios del toledismo, militares y policías que combatieron a SL y el MRTA, junto con ex integrantes del gobierno de Fujimori, tanto culpables como inocentes. (Continuará).
[Fuente: La Razón, Lima, 04oct06]
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