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22ene07
Detrás de la pena de muerte
Los hechos empiezan a mostrar con mayor claridad qué está en juego detrás de las maniobras -incluido el mitin organizado por el Apra en el patio del Palacio de Gobierno- con que Alan García trata de conseguir que se apruebe la pena de muerte.
La verdadera cuestión no son los violadores de niños, ni los terroristas, de los que Alan García dijo -en medio de lo peor de la violencia terrorista-, en el discurso inaugural del VII Congreso Nacional de la Juventud Aprista, realizado en Ayacucho, en mayo del 88: "debemos reconocer cómo Sendero Luminoso tiene militantes activos, entregados, sacrificados.
Debemos reconocer algo que ellos tienen y nosotros no tenemos como partido (.): mística y entrega (.). Esa es gente que merece nuestro respeto y mi personal admiración porque son, quiérase o no, militantes. Fanáticos les dicen. Yo creo que (.) es parte de nuestra autocrítica, compañeros, saber reconocer que quien, subordinado o no, se entrega a la muerte, entrega la vida, tiene mística" (Alan García dixit).
El tema de fondo es otro y los hechos empiezan a mostrar por dónde van los tiros. El día de hoy la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José, Costa Rica, inicia las audiencias sobre el asesinato de Saúl Cantoral. Saúl Cantoral fue secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú.
No era un senderista; era el máximo dirigente minero del país y luchó en defensa de los derechos de los trabajadores y contra el avance del terrorismo en las minas. Esto le valió ser amenazado y atacado tanto por los senderistas cuanto por los enemigos de los trabajadores mineros. El 13 de febrero de 1989 Cantoral fue secuestrado por dos individuos y asesinado.
Todas las evidencias apuntan al comando Rodrigo Franco, el escuadrón de la muerte que actuó durante la última parte del primer gobierno de Alan García. Rafael Pércovich, un ex integrante del comando, confesó el año 2003 que este grupo asesinó a Cantoral. El comando Rodrigo Franco, que esta semana será sentado en el banquillo de los acusados en Costa Rica, tiene una relación umbilical con el Apra. Quien quiera conocerla debe leer el libro de Ricardo Uceda Muerte en el Pentagonito (pp. 225-252, Bogotá: Ed. Planeta, 2004), donde se detalla las acciones de este grupo paramilitar y su fundación por Agustín Mantilla, entonces ministro del Interior de Alan García. La investigación de Ricardo Uceda está basada en abundante información, brindada por integrantes del comando y por testigos de su actuación.
El tema de fondo no es la pena de muerte para los terroristas y los violadores de niños. Alan García está intentando crear un pretexto para retirar al Perú de la jurisdicción de la Corte Interamericana, para asegurar la impunidad en crímenes como el cometido contra Saúl Cantoral y la masacre de los senderistas presos en El Frontón.
Es necesario enfrentar la manipulación de la opinión pública que se viene realizando y llamar las cosas por su nombre.
[Fuente: Por Nelson Manrique, Peru21, Lima, 22ene07]
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