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08ene16
Temen que regresen los sicarios a Quetzalcoatlán, dicen deudos al sepultar a cinco de los asesinados
De los seis hombres asesinados este miércoles en Quetzalcoatlán cinco fueron sepultados ayer en el panteón de Zitlala, a 2 horas de su comunidad, por unos cuantos familiares y con resguardo de dos policías municipales.
Los deudos expresaron miedo de que los sicarios que irrumpieron este miércoles regresen a su localidad y los maten.
Exigieron el resguardo de la Policía Federal y el apoyo del gobierno federal para su alimentación.
Ayer en un grande y desolado auditorio municipal permanecían en el suelo las cinco sencillas cajas de madera cubiertas de un montón de flores de cempasúchil, con unas veladoras al frente.
Ahí estaban los cuerpos de los señores Julián y Andrés de 65 y 63 años de edad, Gerardo Lara Zapoteco de 25, Salvador Flores Tlatempa de 20 y de Reinaldo Marabel Lara de 15.
A Salvador Flores Tlatempa lo sepultaron en la vecina comunidad de Tlapehualapa porque de ahí es su mujer.
Los poco más de 100 pobladores de Quetzalcoatlán (la otra mitad se emplea en los campos de Sinaloa) no tienen ni panteón. Apenas una escuela primaria.
Alejados de su tierra que los vio nacer, crecer y ser asesinados cuando aún no amanecía, los cuerpos fueron despedidos con un ritual.
Los sicarios "llegaron antes de que amaneciera, los agarraron y los mataron", relataron los deudos.
Sus pocos familiares les colocaron sus pertenencias y amuletos en un pequeño morral de palma, además sus huaraches de palma para su partida y les rezaron largamente en su lengua materna. También se repartió mezcal para los asistentes.
En esa localidad olvidada por todos, menos por el programa de pantallas planas del gobierno federal, la gente se dedica a cortar palma la venden y es usada como techo en las viviendas.
También son agricultores, venden guajes y quelites cuando hay y otate para camas, paredes y escobas.
Los familiares de las víctimas revelaron que desde hace meses los habían amenazado de muerte.
Contaron que desde septiembre el acceso a la comunidad de Tlaltempanapa a donde iban a comprar alimentos quedó cerrado por retenes de personas con armas de alto poder. Aseguraron que tienen miedo de regresar.
"Queremos resguardo de la Policía Federal y, ¿si nos matan a los que quedamos?".
También claman por ayuda alimentaria.
El comisario Benigno Marabel Tlatempa dijo en entrevista que el gobierno municipal les dio alimentación y 600 pesos para los gastos funerarios.
A unos kilómetros de entrar a Zitlala en el paso por Acatlán, soldados del Ejército y policías de las Fuerzas Estatales instalaron un retén para revisar minuciosamente cada vehículo y a sus tripulantes, tomaron fotografías a los conductores del transporte público y privado. El filtro se esfumó antes de las 4 de la tarde.
Según información de funcionarios del gobierno municipal, el helicóptero del gobierno estatal sobrevoló el municipio en unas cinco ocasiones.
[Fuente: Por Luis Daniel Nava, El Sur de Acapuldo, Zitlala, 08ene16]
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