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14ene15


La mafia malinchista neoliberal de Honduras


Honduras, después del año 2009, precisamente del 28 de junio, dio un paso cualitativo en del proceso dialéctico histórico de la negación de la negación.

Una élite convertida en un grupo fáctico-mediático-financiero-militar, después de asaltar violentamente las riendas del gobierno que presidía Manuel Zelaya Rosales se transformó, como una fiera herida, de pronto, en un grupo feroz, hambriento y desquiciado que con voraz apetito insaciable copó todo el estamento gubernamental posible.

Era y es una especie de bestia agazapada vestida con traje de camaleón pasivo a la espera del momento propicio para cambiar de piel y convertirse en el monstruo inaudito que grotescamente, de un zarpazo, derrumbó la atalaya de un proyecto nuevo y original para el cambio necesario del rumbo histórico de la nación.

La ingenuidad y las ambiciones desmedidas de políticos abyectos, acompañadas por judaicas monedas de plata y privilegios empresariales, fueron los acicates de la ignominia política y moral nunca antes vista, o al menos del modo en que hoy podemos calificarlas, entregaron la nación a una nueva clase emergente, nacida de la coyuntura histórica, que traía en la frente los tres seises de la política maldición demoníaca en que hoy nos encontramos.

Este grupo de asquerosas manos, entrañas y pensamiento, asaltante de la estructura administrativa del Estado, puso en las manos de los traidores, las migajas transitorias de un falso poder político, a cambio de la entrega de las llaves del viejo estado liberal beneficiario que con todos sus defectos, aún resguardaba pequeñas y sólidas conquistas sociales.

Y así volvió a actualizarse en el país, la figura histórica de la Malinche, renegada y traidora de su pueblo originario, quien sirvió, en la noche de la conquista española, para que Hernán Cortés derrotara al pueblo azteca presidido por Moctezuma.

El papel de la Malinche consistió en poner al servicio de los españoles todo su conocimiento (incluso el lingüístico porque ella era políglota de los pueblos mesoamericanos) étnico-cultural sobre las costumbres, tradiciones, estrategias de la guerra, visiones de mundo indígena, etc., a fin de que los invasores europeos vencieran el poderío precolombino contemporáneo más connotado.

A partir de entonces, el malichismo ha sido una conducta inmoral (que se actualiza a lo largo y ancho de Latinoamérica en el seno de las corrientes más reaccionarias y conservadoras del capitalismo vernáculo) que los grupos de poder actual utilizan para consolidarse como la fuerza económica y política, proclive a la configuración de una mafia de individuos y empresas políticas, financieras, que se han repartido la nación como si fuera un vulgar pastel de piñata barata en una reunión social determinada.

El malinchismo tiene como fundamento traicionar con vileza su historia, su pueblo, su dignidad y es precisamente el grupo fáctico, mediático y económico perteneciente al Partido Nacional (cachureco) quien detenta, hoy en el poder absoluto casi, los caracteres históricos inmorales que pertenecen al susodicho malinchismo.

Con estos caracteres, perfiles y cualidades, este grupo político se ha organizado en debida forma como una mafia --al más puro reflejo de aquellas delincuencias ítalo norteamericanas de los años 30s.40s. 50s y subsiguientes--, hoy amoldada a un modelo correspondiente con la clica que los forajidos prisioneros de América del Norte en nuestros países, introdujeron con sucursales en América Central, a fin de configurar un sub estado que administra paralelamente enormes cantidades de dinero, mediante el narcotráfico, la extorsión, el secuestro y el asesinato por encargo (en la región centroamericana se le conoce como sicariato).

Aupados y apoyados por el gobierno norteamericano, la clica perteneciente al Partido del gobierno actual en menos de cinco años ha copado totalmente las estructuras del estado y ha transformado tales instancias adecuándolas al modelo neoliberal que exige el imperio, pero a su conveniencia de grupo mafioso.

La frase "voy a hacer lo que tenga que hacer", es una frase perteneciente a un grupo delincuencial, malinchista y neoliberal, de pura raigambre inhumana, expoliadora hasta la saciedad.

Los tres poderes del Estado han sido subsumidos de manera gradual por el presidente Juan Orlando Hernández, quien los ha convertido en un tridente dictatorial sin paralelo alguno en la historia más reciente de Honduras. Esta dictadura disfrazada, maquillada y encubierta, en la que impera la decisión despótica, es respaldada paso a paso por la supervisión imperial.

El estado ha sido convertido en un esqueleto jurídico propicio a los intereses foráneos transnacionales y a los beneficios del grupo financiero (bancos Ficohsa y demás adláteres), del grupo político (Partido Nacional), del grupo fáctico (élite empresarial golpista), del grupo mediático (medios televisivos, radiales, escritos), del grupo militar (cúpula del estado mayor de las Fuerzas Armadas y las nuevas policías), etc.

Todo este andamiaje ha sido concebido y puesto en práctica silenciosamente bajo el lema gobernaremos 50 años, cuyo solo slogan publicitario constituye el anuncio de una dictadura duradera de medio siglo.

Es por ello que el presidente actual del país, arribado al poder mediante el más descarado y sucio fraude electoral, fue respaldado por la embajadora de Norte América, Lisa Kubiske, quien en su momento coadyuvó en la realización de los movimientos ajedrecistas humanos, militares, financieros, e institucionales de toda naturaleza posible, dispuestos muy particularmente en el Tribunal Supremo Electoral, con el fin de lograr el objetivo más desorbitado, irracional, aventurero y desquiciado que grupo político junto a personajes protagónicos hayan elucubrado y concretado en esta corta y trágica historia de apenas seis años de existencia.

El cinismo, la desfachatez, la compra venta, la burla, la represión, el descaro, forman parte de la pléyade que el corifeo presidente actual de la nación, ha manejado como políticas de un gobierno que ha atacado a la clase obrera, la clase media, los campesinos, y hasta los trabajadores de la economía informal, utilizando para tal fin agresivas medidas de des estructuración del código laboral, los sindicatos, los contratos colectivos, los colegios magisteriales y sus estatutos, y especialmente todo aquello que haya significado "estado liberal beneficiario".

Toda mafia tiene una jerarquía escalonada y su conducción es clandestina, cerrada, sus decisiones son siempre tomadas para expandir, profundizar, eliminar o aliarse a otras parecidas que tengan el mismo rango de importancia. Asumen el concepto de territorialidad delictiva y operan en calidad de piratas que van asaltando puertos, ciudades, países.

Prosiguiendo un muy bien elaborado plan de largo alcance y plazo, concebido durante en el lapso del gobierno de Manuel Zelaya Rosales, la mafia política económica y militar, conspiró fuertemente durante dos años consecutivos asesorados por el Departamento de Estado norteamericano, la Cía y teniendo como voceros a los sucedáneos embajadores imperiales, configuró un grupo conservador, ultraderechista, inmoral, apátrida, capaz de asesinar, masacrar, perseguir y destruir toda oposición que enarbole ideas políticas contrarias a su proyecto que últimamente ha sido publicitado como retención del poder en 50 años.

El imperio que ha perdido de su completa hegemonía en Centroamérica a dos países, tiene debidamente programado, junto a este grupo mafioso y asaltante de la institucionalidad estatal, la retención del poder hasta donde las fuerzas políticas opositoras lo permitan. La re elección, el continuismo y la dictadura constituyen el eje transversal de ese géiser del mal que han instaurado en contra de un pueblo que resiste, lucha y se desangra en contra de este proyecto malhadado, funesto y criminal.

La frase haré lo que tenga que hacer deviene de la política imperial norteamericana que hace lo que debe hacer para mantener en el mundo una férrea y sangrienta intervención en todos aquellos países que forman parte de su necesidad petrolera, armamentística o simplemente financiera.

El actual presidente nacional, JOH, cumple más que a cabalidad todas las instrucciones titiriteras, porque además de despojar al país de la primordial soberanía, va introduciendo otros elementos distractores, pero, a la vez, succionadores de procesos de dignidad que se había alcanzado con el estado liberal beneficiario referido a la dignificación del trabajo obrero, campesino, magisterial, profesional, etc.

Salido de las casillas de la imprudencia social, ha sometido al pueblo mediante leyes injustas e inhumanas, a una hecatombe integral, pues los hospitales no suplen medicamentos a los enfermos; el recurso docente y estudiantil de la educación ha sido perseguido con una saña propia del más ingrato de los enemigos; los campesinos no optan a la tierra y los que la poseen son despojados de ellas para devolverlas a sus antiguos terratenientes; a los obreros se les ha arrebatado el código laboral y todas aquellas conquistas consignadas en los contratos colectivos; los jueces y el poder judicial practican el prevaricato oficial sistematizado; la presidencia y su función ejecutiva ha concentrado el poder total del país; las finanzas públicas están siendo trasladadas a la mafia banquera; se estén entregando territorios amplísimos en calidad de infraestructura de las ciudades modelos que tienen sus propias leyes ajenas a la jurisprudencia nacional; se está sustituyendo a la policía nacional por la policía militar, que de ser declarada fuerza militar constitucional arrebatará a las fuerzas armadas esa potestad exclusiva; ha convertido el nepotismo en un sistema de gobierno de ultra confianza política; existe una alta tasa de desempleo que se ha maquillado, enmascarado y manipulado mediante la creación del empleo horario, que ha sustituido al empleo de tiempo completo y medio, con ello ha despojado a los nuevos trabajadores de pago de jubilaciones y del seguro social.

Esta breve descripción se enriquece sobremanera con la magnífica carta --misma que se adjunta al final de este documento-- que le ha enviado el Presidente Manuel Zelaya Rosales al secretario de las Naciones Ban Ki-Moon, en donde pone al descubierto la desastrosa y dictatorial gestión política y administrativa de JOH, en el breve período de un año de gobierno, con pretensiones continuistas ya enunciadas en este mismo trabajo.

Esta mafia malinchista y neoliberal prosigue apuntalando un sistema político grupal, emitiendo leyes antipopulares, antipatriotas y ejecutando disposiciones que cada día más envilecen al pueblo hondureño, al que tienen por pasivo, indiferente, masoquista, a ratos idiota, en otros momentos desmemoriado y vano, por cuyas venas no es la sangre que circula sino el acomodo y la desidia.

Solamente por ello se atreven a des soberanizar la patria, a desmontar toda posible conquista social de los obreros, los campesinos y de las clases más deprimidas, para luego entregar recursos estatales y naturales a una empresa privada coludida con el imperio en todas las maneras imaginables.

Esta empresa capitalista neoliberal ha cobrado su inversión en el golpe de estado a un precio irracional porque ha recibido gratuitamente toda la riqueza guardada en el seno de la república cuyo monto es ilimitado. La empresa privada nacional, ligada a las transnacionales, ha servido de sustento vital a los tres últimos regímenes más corruptos, saqueadores y pusilánimes que haya conocido nuestra historia reciente.

Cada día que pasa se aseguran más las tuercas, tornillos, clavos, sogas, hierros, con la única finalidad de despojar de una vez y para siempre al pueblo de todo cuanto posee, para que el día de mañana cuando inevitablemente recupere lo perdido, no quede nada por resarcir, retomar y re establecer.

Su política mafiosa consiste en tomarlo todo para que al perder su poder ahora omnímodo, nada vuela a las manos del dueño legítimo original. Saben perfectamente que en su momento caerán como simples y vulgares delincuentes que serán juzgados por tribunales populares y que todo aquello mal habido habrá de volver a sus antiguos propietarios.

La historia es sumamente ejemplar, y más temprano que tarde, la mafia malinchista neoliberal deberá rendir cuentas a una justicia popular y toda su burbuja iridiscente se desinflará como una pompa de jabón común.

La mafia malinchista neoliberal no será eterna, porque su política de saqueo, despojo, pillaje, usurpación no es pétrea hasta el fin de los confines. Caerá como una torre de soberbia, acicateada por la honestidad, la lealtad, la honradez, los valores de la patria liberada.

Todo ello sucederá un día del cual poseemos su certeza, la cuenta que corresponde sanar en esta herida nocturna y tremebunda, habrá de ser el día de la liberación nacional, cuando las banderas flameantes tengan el color de la sangre acribillada.

Será el día del refundación nacional, el día de la derrota del proyecto imperial.

[Fuente: Por Galel Cárdenas, Tegucigalpa, 14ene15]

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