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30jul09
La Resistencia en la Encrucijada: ¿Negociación con los golpistas o derrocamiento de Micheletti?
Declaración del Partido Socialista Centroamericano
Ya se cumplió un mes del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Manuel Zelaya y la resistencia popular contra el gobierno espurio de Roberto Micheletti, lejos de aminorar, se mantiene y se generaliza a nuevos sectores sociales que se incorporan a la lucha. Las manifestaciones, huelgas, tomas de carreteras, puentes y edificios públicos, se han producido casi a diario en todo el país pero de manera espontanea, fragmentadas, pero sistemáticas en el tiempo.
Imperialismo: Golpear para negociar
Los golpistas están más débiles que nunca, aquejados por la presión de la resistencia popular, aislados nacional e internacionalmente. En la actualidad, sin el camuflado apoyo de los Estados Unidos, los golpistas no podrían mantenerse un solo día más en el poder.
A pesar de la condena formal de Estados Unidos al golpe de Estado y de reconocer a Manuel Zelaya como el legítimo presidente de Honduras, poco a poco la administración de Barack Obama ha desplegado su estrategia de trazar un paralelismo entre Manuel Zelaya y los golpistas, colocando un signo de igual entre ambos bandos, argumentando que han violentado el orden constitucional, llamándolos la “reconciliación”. Para tal efecto, ha propiciado un proceso de negociación política encabezado por Oscar Arias, presidente de Costa Rica, con el objetivo central de constituir un gobierno de coalición o de Unidad Nacional entre las fuerzas golpistas y Manuel Zelaya.
En diferentes oportunidades, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hemos afirmado que el golpe de Estado en Honduras tenía una naturaleza preventiva, es decir, estaba diseñado para reagrupar a la derecha y golpear la mesa antes de la negociación. Los golpistas están utilizando dos vías para llegar a un mismo objetivo.
En primer lugar, los golpistas aparecen dispuestos a negociar muchos de los puntos del “Acuerdo de San José” elaborado por Oscar Arias, aunque se muestran reacios al retorno de Manuel Zelaya a Honduras. Este estira y afloje no es casual, ya que los golpistas exploran la posibilidad de resistir hasta la convocatoria de las elecciones de Noviembre de este año. Para ello necesitan cansar y desmoralizar a las masas en lucha.
Carlos López Contreras, canciller del gobierno espurio, ha declarado que "Las elecciones están en marcha y su convocatoria precede a los hechos (del 28 de junio). En cinco meses habrá nuevo presidente, nuevos diputados. Todo comienza de nuevo el 27 de enero del próximo año (…) Una vez comience la campaña electoral habrá un contexto totalmente distinto y una vez que la campaña entre en marcha la obsesión con el señor Zelaya va a ir desvaneciéndose".
En segundo lugar, ante un posible fracaso de la primera opción, los golpistas también tienen el objetivo de amarrar políticamente a Manuel Zelaya desde adentro de un posible gobierno de coalición o de Unidad Nacional. Antes del golpe de Estado, los golpistas controlaban casi todos los poderes e instituciones del Estado (Congreso Nacional, Corte Suprema de Justicia, Fiscalía, etc.) menos la Presidencia de la Republica. Con la propuesta de gobierno de coalición o de Unidad Nacional, los golpistas pretenden recuperar credibilidad y legitimidad democrática, calmar a las masas en resistencia, controlando y liquidando políticamente a Manuel Zelaya desde adentro de ese posible gobierno, a escasos meses de terminar su mandato, coartando de manera definitiva la posibilidad de su permanencia en el poder y en la política hondureña.
División de la burguesía y crisis de las fuerzas armadas
Las movilizaciones de la resistencia popular han tenido la virtud de agudizar las contradicciones dentro de la burguesía hondureña, la que al comienzo había cerrado filas contra el presidente Manuel Zelaya, apoyando incondicionalmente el golpe de Estado. Algunos sectores comienzan a plantear tímidamente la necesidad de reinstalar a Manuel Zelaya en el poder, con el objetivo de terminar con las movilizaciones de resistencia.
De igual manera, comienzan a aflorar las primeras fisuras dentro del Ejército y la Policía. Existe un creciente descontento entre la joven y baja oficialidad y la cúpula del Ejército que comienzan a dividirse ante la agudización de la crisis política.
En un comunicado con fecha 24 de Julio, en un intento por reacomodarse ante la crisis, la jefatura de las Fuerzas Armadas reafirmó “Que como institución respaldamos una solución a la problemática que atraviesa nuestro país, mediante un proceso de negociación en el marco del Acuerdo de San José. Así mismo, reiteramos nuestro apoyo irrestricto a los resultados de la misma, conforme a nuestra Constitución y demás Leyes”.
En la Policía esta división se manifestó en la reciente huelga de un sector por el no pago de los salarios. Estas fisuras en los órganos represivos del Estado debe ser aprovecha por la resistencia, por eso el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los soldados a no obedecer las órdenes de sus superiores, a conformar comités de soldados para luchar contra el golpe de Estado, negándose a disparar o reprimir al pueblo, destituyendo a la alta oficialidad. De la misma manera, llamamos a los policías a no reprimir al pueblo, a desobedecer las órdenes de sus superiores, a organizarse en sindicatos para luchar junto al pueblo por la defensa de sus derechos.
El pantano de la Negociación
Con la falsa ilusión de obtener un mayor respaldo diplomático, el presidente Manuel Zelaya cayó en la trampa de la negociación política tejida por el imperialismo norteamericano y los golpistas, que promete restaurarlo en el poder, a cambio de hacer concesiones políticas y renunciar a la aspiración de convocar a una Asamblea Constituyente.
Esta orientación de Manuel Zeleya y sus seguidores al interior de Honduras, de privilegiar la negociación por encima de la movilización popular, o de convertir la movilización popular en un instrumento de presión en la negociación, tiene a la resistencia en un estado de postración.
El gobierno de los Estados Unidos pretende mantener un equilibrio de fuerzas entre Manuel Zelaya y los golpistas, inclinándose de manera coyuntural a favor de uno o de otro, con tal de que ninguno de los bandos se imponga sobre el otro. Estados Unidos no ha cortado la ayuda económica y militar al gobierno de Micheletti, se limita a revocarle visas diplomáticas a algunos de sus principales funcionarios, al mismo tiempo que Hugo Llorens, embajador en Tegucigalpa, se reúne privadamente con Manuel Zelaya en Managua, negociando las condiciones de su retorno al gobierno.
El fracasado Acuerdo de San José ha sufrido una revitalización en la reciente cumbre de Tuxtla, realizada en la provincia de Guanacaste, Costa Rica, en la que un sector de presidentes latinoamericanos apoyaron una salida negociada a la crisis originada con el golpe de Estado en Honduras.
Los golpistas tienen la estrategia utilizar las negociaciones para desgastar a las masas en resistencia, para conducirlas posteriormente a la trampa de unas elecciones anticipadas, convocadas por los propios golpistas. Cambiar algo para que no cambie nada. Las negociaciones en Costa Rica, lejos de ayudar a salir más rápidamente de los golpistas, están sirviendo para crear falsas expectativas, están contribuyendo a la desmovilización y la desmoralización del movimiento de masas.
En Honduras se juega el futuro de Centroamérica
Salvo el caso de Costa Rica y recientemente Panamá, el conjunto de los países centroamericanos está siendo gobernado por fuerzas o partidos que se autodenominan de izquierda. El golpe de Estado en Honduras intenta frenar esa dinámica y cambiar la correlación de fuerzas en el istmo centroamericano.
Toda la derecha centroamericana ha apoyado el golpe de Estado, incluidos, por supuesto, los liberales nicaragüenses, jefeados por Eduardo Montealegre, quienes están desarrollando una campaña reaccionaria por la expulsión de Manuel Zelaya de su refugio en la ciudad de Ocotal, en el norte de Nicaragua. En contraposición, la repuesta de la izquierda centroamericana ha sido muy débil.
En ese sentido, el resultado de la lucha contra el golpe de Estado en Honduras, su triunfo o su derrota, tendrá una influencia decisiva en el desarrollo de la lucha de los trabajadores en el periodo inmediato. Por eso el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a las centrales obreras, a los sindicatos y demás organizaciones populares de Centroamérica a desarrollar una jornada de lucha que contemple un paro regional, bloqueo de carreteras, para solidarizarnos con nuestros hermanos de Honduras.
¿Por qué no cae Micheletti?
Si el gobierno de Micheletti no ha sido derrocado, no se debe a la supuesta fortaleza de los golpistas, sino a la debilidad de la conducción política del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, una alianza que agrupa a sectores del liberalismo, a las centrales obreras, la Coordinadora de Resistencia Popular (CNRP) y demás organizaciones del movimiento popular.
Sectores del Partido Liberal afines al presidente Manuel Zelaya han impuesto la dinámica de la negociación a toda costa dentro del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, subordinando políticamente a la izquierda, desmoralizando con ello a las masas que luchan y que arriesgan sus vidas ante la salvaje represión del ejército y la policía.
Existe una enorme contradicción entre ésta conducción política que aspira llegar a un acuerdo político con los golpistas que permita la reinstalación pacifica del presidente Manuel Zelaya, y la radicalización de las bases obreras y populares.
En cualquier lucha se puede producir alguna negociación con los enemigos, pero nunca debe poner el peligro los objetivos de la lucha. Una cosa es negociar la rendición de los golpistas, y otra muy diferente es convertir la negociación en el eje de la lucha, tal como lo está haciendo el presidente Manuel Zelaya.
Sin descansar ni dividir la lucha unitaria contra los golpistas, el Bloque Popular, las centrales obreras y la CNRP deben prepararse y convertirse en una alternativa de poder, propia de los trabajadores, independiente, única manera de garantizar el triunfo sobre los golpistas.
La CNRP y las centrales obreras deben constituirse en gobierno provisional
En Honduras hay dos poderes que luchan entre sí: por un lado, el gobierno cívico-militar de Micheletti que se apoya en el Ejército y la Policía, y por el otro lado, el frente de organizaciones de trabajadores, campesinos y jóvenes que luchan en las calles contra el golpe de Estado. La actitud inconsecuente de una parte de la dirigencia, que confía en las negociaciones con los golpistas, ha debilitado la construcción de una alternativa de poder basado en las organizaciones del magisterio, la CNRP y demás organizaciones del movimiento popular.
Al levantar y anteponer como consigna central el regreso de Manuel Zelaya al gobierno, una parte de la dirigencia de la resistencia ha perdido de vista que lo más importante es concentrar todos los esfuerzos en el derrocamiento de Micheletti, ya que el retorno del presidente Zelaya sería una consecuencia natural de una huelga general triunfante. Han colocado la carreta delante de los bueyes.
En el frente de organizaciones obreras y populares que luchan contra el golpe de Estado hay dos campos políticos: los que privilegian las negociaciones y quienes luchamos por el derrocamiento de Micheletti.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a la CNRP, colegios magisteriales centrales obreras y resto de las organizaciones populares a postularse como una alternativa de poder, conformado un gobierno provisional que convoque a la huelga general, única camino para derrotar a los golpistas.
Un programa y una política para triunfar
El triunfo sobre los golpistas pasa obligatoriamente por la urgente convocatoria de la huelga general, el levantamiento popular, el derrocamiento de Micheletti y la inmediata convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, libre, soberana e independiente, que reorganice Honduras en beneficio de los más pobres.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los sectores en lucha que no acepten los acuerdos entre la burguesía, los sectores golpistas y los violadores de los derechos humanos.
Debemos exigir que se aplique todo el peso de la ley a los autores intelectuales y materiales del golpe de Estado: Micheletti Bain, Romeo Vásquez Velásquez, Marcia Facusse, Mirna Castro, Elvin Santos, Pepe Lobo, Billy Joya Amendola, Ramón Custodio, Rafael Ferrari, entre otros. Todos deben ser severamente juzgados, condenados y castigados por un Tribunal Popular.
Digamos no a la amnistía. Los crimines no pueden quedar impunes, la muerte de nuestro mártires deben ser inflexiblemente sancionadas.
Ante la represión de Ejército y de la Policía tenemos que reclamar nuestro derecho legítimo a la autodefensa. Hasta al momento, se registran centenares de heridos y golpeados, y el asesinato selectivo de activistas o dirigentes populares. Es por ello que debemos conformar brigadas de autodefensa contra la represión.
El Frente Nacional de Resistencia junto a las centrales obreras no solo debe declarar la huelga general, sino también tomar el control de las fabricas y de los centros de producción. La experiencia de la última semana nos ha demostrado el profundo temor de la burguesía y la oligarquía golpista por la pérdida del control de sus bienes. Un golpe de esa naturaleza, los dejaría sin fuerzas y nos daría el control de la actividad productiva del país.
Frente a las pretensiones del gobierno de los Estados Unidos de conformar un gobierno de reconciliación y de dialogo nacional, sintetizado en el acuerdo propuesto por el mediador Oscar Arias, integrado por funcionarios golpistas y Manuel Zelaya Rosales, debemos hacer valer nuestra propia propuesta de la clase trabajadora.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) propone que sean los sectores en lucha, es decir, las distintas organizaciones populares que luchan en contra del golpe de Estado que conformen un gobierno transitorio o provisional. Tan solo para después instalar una asamblea Nacional constituyente amplia, representativa, popular y democrática, para que el pueblo decida democráticamente su futuro.
Para finalizar, queremos hacer un amplio llamado a las organizaciones populares del Salvador, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica a que se sumen a lucha que están librando los trabajadores de Honduras. Llamemos a la unidad más amplia, no nos dejemos arrastrar por las campañas xenofóbicas levantadas por la burguesía de la región, luchemos por la integración de la patria centroamericana.
¡Por la Unidad de los trabajadores de Centroamérica!
¡Por un gobierno transitorio compuesto por los dirigentes populares!
¡Por el derecho a la autodefensa!
¡Por una Asamblea Nacional Constituyente, Libre, Soberna e Independiente![Fuente: Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA), Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), Centroamérica, 30jul09]
Informes Golpe de Estado en Honduras
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