EQUIPO NIZKOR |
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19feb03
Contundentes testimonios contra el Estado de Guatemala ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El Estado asumió una actitud pasiva tras ver frustrada su intención de evitar el juicio.
Helen Mack pide a la Corte Interamericana nombrar a un observador del proceso que aún está pendiente en Guatemala, respecto de la sentencia contra Godoy, Oliva y Valencia.
Contundentes testimonios contra el Estado de Guatemala, por su responsabilidad en el asesinato de Myrna Mack, se presentaron ayer ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la primera jornada del juicio que concluirá el jueves 20 de febrero.
El juicio, que debía iniciar a las 9:00 horas, empezó alrededor de las 17:15 horas, debido a que el Estado insistía en que las audiencias fueran suspendidas. Los representantes del Estado, Ricardo Alvarado Ortigoza y Cruz Munguía, adujeron que ya el Estado había reconocido su responsabilidad institucional en el retardo en la administración de justicia. Esto les parecía suficiente, por lo que demandaban anular la fase de testimonios y peritajes, para llegar a la negociación de las reparaciones.
Sin embargo, la Corte Interamericana desestimó la solicitud del Estado tras escuchar la posición de la familia Mack Chang y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; y procedió a escuchar los testimonios de Lucrecia Hernández Mack, hija de Myrna Mack; monseñor Julio Cabrera, obispo de Jalapa; Virgilio Rodríguez Santana, y Helen Mack, peticionaria ante el Sistema Interamericano en el caso Mack.
Los testigos rindieron declaración y fueron profusamente interrogados por los jueces interamericanos, así como por los abogados de la familia Mack y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Mientras tanto, los representantes del Estado guardaron silencio, no hicieron preguntas y se limitaron a escuchar a los testigos. Para Helen Mack esta primera jornada fue totalmente satisfactoria.
Las claves de la responsabilidad institucional.
Durante su testimonio ante la Corte Interamericana, Helen Mack reveló las claves de la responsabilidad institucional del Estado en el asesinato de Myrna Mack y en la posterior denegación de justicia.
Resaltó que, en el proceso penal doméstico (el proceso en Guatemala), quedó demostrado que un agente del Estado Mayor Presidencial asesinó a Myrna Mack y por este hecho fue condenado a 25 años de prisión (sentencia emitida contra Noel Beteta en 1993), y citó lo que ya se ha probado en el juicio contra los autores intelectuales (2002), aunque esa sentencia aún está pendiente de ser revisada en segunda instancia.
Adujo también el encubrimiento y la obstrucción a la justicia que ha tenido lugar mediante la aplicación del secreto de Estado, pues a pesar de que jueces y fiscales solicitaron información en reiteradas ocasiones al Ministerio de la Defensa, siempre se denegó la entrega con la excusa de que se trataba de material clasificado. Asimismo, citó el papel jugado por el Estado Mayor Presidencial y cómo ha quedado demostrado que tuvo motivos, recursos y oportunidad para asesinar a Myrna.
En el caso de las amenazas que han caracterizado el caso Myrna Mack en Guatemala, hizo ver que incluso Ricardo Alvarado Ortigoza, uno de los representantes del Estado en este juicio interamericano tiene constancia de esto, pues en su calidad de Procurador Adjunto de los Derechos Humanos de la época recibió personalmente las denuncias de intimidación que se estaban realizando contra un médico forense.
Por esto, Helen Mack cuestiona al Estado al negar su responsabilidad institucional en esta materia, pues todo ello forma parte ya de los procesos judiciales seguidos en Guatemala. Helen pidió a la Corte Interamericana considerar estos hechos en aras de defender el derecho a la verdad y a la justicia.
Por lo demás, hizo una exposición sobre la denegación de justicia y la lucha contra la impunidad que se ha desarrollado alrededor del caso Mack a lo largo de casi trece años. Por todo lo considerado, Helen Mack pidió a la Corte emitir condena contra el Estado de Guatemala.
Helen Mack aprovechó para solicitar a la Corte Interamericana que considere la posibilidad de nombrar a un observador del proceso penal que se sigue en Guatemala contra los autores intelectuales del crimen de Myrna. Específicamente, para que observe el desarrollo de las diligencias de apelación de la sentencia emitida en octubre del año pasado por el Tribunal Tercero de Sentencia, la cual será analizada en segunda instancia en una audiencia programada para el próximo 26 de febrero.
Testimonios sobre la violación al derecho a la vida de Myrna Mack.
Durante la primera jornada del juicio, la Corte también escuchó otros testimonios contundentes y convincentes, según el criterio de los abogados involucrados en este litigio contra el Estado.
Lucrecia Hernández Mack, hija de Myrna, rindió un testimonio conmovedor respecto de los daños y los sufrimientos ocasionados por el asesinato de su madre.
Monseñor Julio Cabrera, actual obispo de Jalapa y quien en la época del asesinato era obispo del Quiché, declaró sobre la vida de Myrna, su trabajo con los desplazados y el seguimiento de que era víctima en los días previos al crimen. Narró el drama de la población desarraigada y el sufrimiento que les ocasionaba la persecución del Ejército al considerarlo parte de la insurgencia.
El testigo Virgilio Rodríguez Santana, ex vendedor de periódicos, exiliado en Canadá, refirió a la Corte todo lo relacionado con el operativo de vigilancia y seguimiento que miembros del Estado Mayor Presidencial montaron contra Myrna Mack.
19 de febrero de 2003
Fundación Myrna Mack.
DDHH en Guatemala
Este documento ha sido publicado el 19feb03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights