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República de las Filipinas - Oficina del Presidente

PANEL DEL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE LAS FILIPINAS PARA LAS CONVERSACIONES CON EL CPP - NPA - NDF

DECLARACIÓN DEL PANEL PARA LA PAZ DEL GRP


CON MOTIVO DE LA FIRMA DEL PRIMER ACUERDO GENERAL SOBRE RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS Y AL DERECHO INERNACIONAL HUMANITARIO

La Haya, Holanda, 16 de marzo de 1998


El espíritu de la Paz ha prevalecido.

Nos ha llevado casi cuatro años, desde nuestro primer encuentro, llegar a este momento en que firmamos nuestro primer acuerdo sustantivo y general sobre respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, el primero de cuatro acuerdos que constituirán nuestro acuerdo de paz definitivo. A lo largo del tortuoso camino, hemos sorteado muchos obstáculos para alcanzar lo que, en determinados momentos, parecía una meta inasible. Pero, a pesar de las diferencias y con la gracia de Dios, hemos perseverado y hoy, el Espíritu de la paz y la solidaridad ha prevalecido. Es un día de orgullo para el pueblo filipino en el año de nuestro centenario.

Este acuerdo que firmamos hoy cubre un amplio espectro de derechos humanos y podemos estar realmente orgullosos de sus abundantes disposiciones haciéndose eco de la legítima preocupación de nuestro pueblo por los derechos humanos. Esperamos que nuestro orgullo de hoy se verá colmado cuando el pueblo sienta una mejora de las condiciones de los derechos humanos como consecuencia de su aplicación.

El primer fruto de este acuerdo debe consistir en una significativa reducción, o mejor aún, una suspensión total de las hostilidades, pues ambas partes redireccionan sus energías, pasando de las ofensivas aniquiladoras que cada una dirige contra la otra, a la promoción y protección de los derechos humanos y el emprendimiento de reformas, particularmente para los sectores desfavorecidos. Es su derecho humano inherente vivir y trabajar en paz. El valor de este acuerdo que firmamos hoy se vería disminuído en gran medida si no intentamos respetar este derecho humano principal, el derecho a la vida y a ganarse la vida.

Nuestro conflicto armado, que data de 29 años, ha provocado más bajas civiles que las de nuestras fuerzas armadas juntas. Una generación entera de Filipinos pobres de las zonas rurales no han conocido lo que significa vivir en paz. Se estima que cinco millones de nuestros niños han sufrido daños psicológicos, muchos de ellos físicos, en las zonas de conflicto.

Así que, aunque nos regocije este acuerdo, hagamos votos de que no permitiremos que nuestro pueblo siga llevando la carga de nuestro conflicto armado.

Dotemos pues de espíritu y fuerza a nuestro acuerdo de derechos humanos y usémoslo como arma para hacer la paz, para expeler el odio y la violencia y traer confianza, de modo que juntos podamos sembrar las semillas de un nuevo régimen de paz y justicia. No podemos, no debemos, descansar hasta el día en que logremos esto.

Del mismo modo que nos felicitamos mutuamente, hagamos lo posible para abordar cuanto antes las reformas sociales, económicas y políticas y alcanzar estos acuerdos, para así llegar a nuestro acuerdo de paz definitivo. Si bien es verdad que estas reformas son necesarias para traer una paz duradera, no es menos cierto que toda reforma se consigue mejor en tiempos de paz. Es entonces cuando todos nuestros esfuerzos, materiales y humanos, pueden verse destinados en su totalidad al establecimiento de tales reformas, cuyo fruto debe consistir en un desarrollo equitativo que traiga una paz justa y duradera.

Damos las gracias a todos aquéllos que han contribuído al proceso de paz, a nuestros trabajadores por la paz, socios en la paz y defensores de la paz. Felicitamos al Panel del NDF dirigido por el Sr. Luis Jalandoni y a sus miembros y consultores, incluyendo al veterano Consultor Político Prof. Jose Ma. Sison. Saludamos a nuestros Recíprocos Comités de Trabajo sobre DH/DIH, dirigidos por el Abogado Rene Sarmiento y el Sr. Fidel Agcaoili, y, a sus miembros, por el buen trabajo desempeñado. Doy las gracias especialmente a los miembros de nuestro Panel por su dedicación a la causa de la paz: el Congresista Jose Yap, Secretario Silvestre Bello III, Abogado Rene Sarmiento, Sra. Zenaida Pawid, los integrantes de nuestro Comité de Trabajo Fr. Joaguin Bernas SJ y Abogado Sedfrey Candelaraia, y nuestro trabajador staff llevado de la mano de la Directora Ejecutiva Ma. Carla Munsayac.

Y dámos las gracias a nuestro principal artífice de la paz, el Presidente Fidel V. Ramos, por su infatigable apoyo y estímulo, y por el incalculable apoyo de todo su Gabinete, dirigido por el Secretario Ejecutivo Alexander Aguirre. Agradecemos al Portavoz de Venecia su apoyo moral, manifiestado hoy aquí mediante su presencia. Agradecemos al OPAPP, encabezado por el Embajador Manuel Yan, su sabio asesoramiento, e igualmente al Diputado Nabil Tan. Dámos las gracias al Embajador Rodolfo Sánchez, a la Sra. Teresita Barzana y al personal de la Embajada filipina. Agradecemos su asistencia a los Obispos de CBCP y NCCP. Por último, agradecemos a los medios de comunicación su cobertura, sin la cual el apoyo de nuestro pueblo no hubiera sido posible. Pido disculpas por mi ausencia, causada por mi participación en otra misión de paz en Zamboanga del Norte en apoyo a la comunidad Sibutad, que sufre de la situación generada como consecuencia de las minas.

MABUHAY ANG PILIPINO!

Howard Q. Dee, Presidente del Panel del GRP


Traducción no oficial del documento original en inglés y edición electrónica del Equipo Nizkor, 20ago99

Filipinas: Acuerdos de Paz

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