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21mar09
Maquis: Polémica por la exhumación de la fosa en la que yace un vilcheño.
Se los conoce como "los 8 de Benagéber". Fueron asesinados en 1947 y enterrados en un hoyo en el cementerio de este pueblo valenciano. Hoy, 42 años más tarde, familiares de tres de ellos han solicitado la exhumación. Pero la sobrina de uno de los dos maquis que yacen en la fosa se opone, a menos que un juez levante acta de un crimen que no prescribe.
Cuando el 4 de enero, una voz al otro lado del teléfono anunció a Sebastiana Ortega que familiares de tres de los "ocho" que yacen en la fosa de Benagéber querían constituir una plataforma para solicitar la exhumación de los restos, se le cayó el mundo encima. El "miedo" se confundió con la "desazón" y su fortaleza se quebró por un instante. Todos los años de "larga búsqueda" hasta encontrar a su tío, Manuel Torres, pasaron por su mente, y la primera frase que acudió a su boca fue: "Respeto el dolor de los familiares, pero no estoy de acuerdo". "No, si no hay un juez que levante acta", aclaró.
El tío de Sebastiana, Manuel Torres Hervás, tenía apenas 18 años cuando se enroló en la marina. "Un mes más tarde, se declaró la Guerra Civil", lamenta la mujer. Cuando acabó el conflicto, y sin muchas alternativas, Manuel se entregó en Bizerta a las autoridades francesas, que lo pusieron en manos de los franquistas y lo condenaron a muerte. Pero le conmutaron la pena y fue enviado al Valle de los Caídos, "como uno más de los esclavos del franquismo que debían redimir penas, levantando la gigantesca tumba del dictador", denuncia Dolores Cabra, secretaria general de la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE). Logró huir y, una vez prófugo, "żdónde podía ir?". "Sólo a la guerrilla", contesta su sobrina. Y se unió a la de Aragón. Desde allí, como publicó el diario "Levante", enviaba cartas clandestinas, que firmaba como Manuel Prieto, y que su familia escondía bajo las tejas. Pero, en julio de 1946, se perdió su rastro. Sebastiana y su madre, Isabel --hermana de Manuel--, no lo descubrirían hasta 1996, gracias al programa "Quién sabe dónde". Reposaba en una fosa común abierta en el cementerio de Benagéber, el 26 de marzo de 1947. Asesinado por la Guardia Civil. Estaba junto a otro maqui herido, al que no quiso abandonar a su suerte. Yacía en un hoyo en la tierra en el que fueron enterrados el mismo día seis represaliados más. Las mujeres pusieron una lápida en el lugar. "Sentimos que ya podíamos descansar", dice Sebastiana. Ahora, esta exhumación las mantiene en vilo. Sebastiana critica: "No quiero que lo ultrajen. Y si exhuman que lo hagan con un juez. Fueron crímenes contra la humanidad y como tales no prescriben. No son simples restos arqueológicos, como quieren hacer creer".
El alcalde: "Seguiré la Ley"
Ajustándose al artículo 13, de la Ley de la Memoria, en el que se indica que, "en caso de conflicto entre familiares o asociaciones, como es el caso que nos ocupa, la exhumación deberá ser ponderada por la Administración competente, que, tras dar audiencia a los familiares directos --Sebastiana no lo es--, decidirá la exhumación de forma motivada", el alcalde de Benagéber, Rafael Darijo, remitió, ayer, a la Delegación del Gobierno en Valencia, el expediente de exhumación. Una vez que los familiares reciban la carta, tendrán 10 días para inteponer recursos.
Gregorio Dionis, presidente del grupo Nizkor de derechos humanos, que representa a Sebastiana, denuncia: "Puede autorizar el desentierro. Pero sólo tienen el permiso de tres familiares, así que podríamos considerarlo inválido". Añade: "No es un desenterrimiento. Esto es una operación de imagen de Moncloa".
[Fuente: Nuria López Priego, Diario Jaén, Esp, 21mar08]
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