Información | ||
Derechos | Equipo Nizkor
|
13ene16
Moral Santín alega que perdió dinero por usar la black con la que dilapidó 456.522 euros
El que fuera consejero de Caja Madrid en representación de IU asegura en un recuso ante el juez Andreu que los elevados gastos con su 'visa opaca' no cubrieron los gastos que le supuso a él su "notable dedicación" a la entidad financiera.
Todo vale para defenderse en el caso de las 'tarjetas black'. Incluso, asegurar que el uso de una de esas polémicas 'visas opacas' le terminó costando dinero al titular de la misma. Eso es lo que asegura el que fuera consejero de Caja Madrid en representación de IU, José Antonio Moral Santín, en el recurso que acaba de presentar ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, Fernando Andreu, para pedir su sobreseimiento en la causa. En dicho escrito, al que ha tenido acceso Vozpópuli, el directivo llega a afirmar que los 456.522 euros que gastó con su 'plástico' (fue el segundo que más dilapidó) no sólo no supusieron "perjuicio económico o daño alguno" para la entidad financiera, sino que al contrario, "el perjuicio sencillamente ha resultado ser para el consejero no-ejecutivo" en referencia a él.
Su abogado defensor llega a asegurar en dicho recurso que si "Caja Madrid hubiera proporcionado a mi representado las infraestructuras, equipamientos y apoyo técnico y administrativo necesarios y hubiese satisfecho o reintegrado los gastos justificados en el desempeño de su actividad, el coste repercutido para Caja Madrid habría sido muy superior a la cantidad dispuesta a través de la tarjeta". Una conclusión a la que que llega, asegura, con "un simple cálculo comparativo de costes" entre esos cerca de medio millón de euros y el valor estimado que hubieran tenido dichos servicios para la entidad financiera si los hubiera pagado ella directamente. En este sentido destaca que con la entrega de la 'black', aquella evitó pagar "gastos de uso y amortización de bienes como el automóvil, el uso sistemático de espacios y equipamiento del propio domicilio o los 'costes de oportunidad' en que incurre el consejero como consecuencia de su dedicación".
Moral Santín insiste en su escrito en varias ocasiones que él consideraba su tarjeta black "como un medio de pago de gastos de representación de libre disposición" que no tenía que justificar y que, por tanto, el dinero que disponía con ella tenía la consideración de "remuneración". En este sentido, recalca que en su opinión "operaba de facto como una cantidad a tanto alzado de la que cada consejero no-ejecutivo disponía libremente", que perseguía "compensar al menos los gastos en que incurría el consejero en el desempeño de su función e incentivar los esfuerzos y dedicación a la entidad". Por ello, considera "irrelevante entrar en el detalles de los gastos específicos que sorportaban los consejeros con sus tarjetas VISA". Para él, lo único importante era saber si el titular cumplía "adecuada y eficientemente sus cometidos como consejero". Moral Santín considera que él sí, ya que llega a adjudicarse una "probada actitud diligente" en esa función.
"Extracción de efectivo"
A lo largo del escrito, de 31 folios de extensión, el exconsejero en representación de IU no menciona en ninguna ocasión la cantidad gastada con ella, pese a que esos 456.552 euros suponen la segunda más alta después de la dilapidada por Ildefonso Sánchez Barcoj, número 2 de la entidad financiera con Miguel Blesa y Rodrigo Rato, y auténtico muñidor del sistema. Eso sí, dedica una parte del recurso a intentar justificar el porqué de su querencia a extraer con su 'black' dinero en efectivo de los cajeros automáticos, a los que acudía una vez a la semana para hacerse con el máximo que le permitía la polémica 'visa'. Para ello, echa mano de "la estipulación quinta del contrato de la tarjeta", que en su opinión "establecía como la principal función de la tarjeta la extracción de efectivo y, con carácter secundario, el pago de bienes y servicios". En este sentido destaca que era así porque la "naturaleza" de la misma no era otra que servir "como medio de pago de una remuneración".
De hecho, añade que, precisamente por esa condición, Caja Madrid no podía rechazar ningún gasto, "salvo que se tratara de cargos falsos, duplicados o erróneos". "Por tratarse de una remuneración no había que remitir los justificantes a ningún departamento ni había procedimiento para ello y, ni siquiera, había que conservar los justificantes", asegura antes de afirmar que "incluso Caja Madrid rechazaba la entrega" de los mismos. En su opinión, el control de la tarjeta 'black' que él disfrutó se ceñía al tope de gasto "que se hacía de forma automática pues la tarjeta se bloqueaba automáticamente al llegar al límite". Por ello, Moral Santín insiste en calificar su 'visa' de "legal" y con "una indiscutible justificación empresarial", además de "amparada por la legislación de cajas de ahorros" y los estatutos de la entidad. "No eran opacas ni ocultas", recalca antes de asegurar que él "consignó correctamente esta remuneración en su declaración de IRPF".
Por último y como han hecho otros imputados, el exconsejero de la entidad pone en duda la validez de los datos contenidos en las hojas Excel que recogen los gastos de las tarjetas. Llega a decir de este documento, clave en todo proceso, que "no puede ser fiable ni fidedigno" ya que ha sido elaborado 'ad hoc' por Bankia, "quien no era titular de la información" sobre los cargos hechos en la época de Caja Madrid, que es cuando él ejerció de consejero. Además, aunque admitió en su declaración haber utilizado la 'visa opaca' de la que era titular, ahora dice no reconocer "ninguna de las operaciones" que figuran en el célebre listado ya que insiste que éste "puede incluir operaciones sin firma, o con firma falsificada, o con la firma de otra persona, aparte de errores, duplicidades y falsedades". Por ello, considera "necesario que conste en la causa los recibos, boletas certificadas, facturas o justificantes originales de los cargos de la tarjeta", algo que el juez ya ha pedido y la entidad financiera dice que no se encuentran en sus archivos. Es su último argumento antes de pedir el sobreseimiento justo cuando más cerca está del banquillo.
El 'fan' de los cajeros automáticos
La relación de gastos de José Antonio Moral Santín incorporado al sumario de las 'tarjetas black' muestra dos rasgos llamativos. En primer lugar, por ser el segundo consejero que más dinero desembolsó gracias a los polémicos 'plásticos'.
Nada menos que 456.522 euros, sólo por detrás del 'número 2' del banco, Ildefonso Sánchez Barcoj. Pero también por su 'afición' a extraer dinero en metálico de cajeros automáticos.
En total, retiró 367.800 euros con una metódica cadencia: una vez cada semana acudía a hacerse con el máximo que le permitía la 'visa' en cada periodo.
Así, desde enero de 2003 hasta finales de 2004, la práctica totalidad de los reintegros eran de 300 euros. A partir de 2005 la cantidad subió hasta los 500 euros, el nuevo límite que entonces le fijó la entidad.
En julio de 2007, los montantes ascendieron a los 600 euros y así se mantuvieron hasta diciembre de 2012. El resto del dinero dilapidado por Moral Santín con su 'black' lo fue en restaurantes y hoteles, principalmente en Madrid y de lujo. No obstante, también hizo gastos fuera de la capital. Así, abonó casi 1.000 euros en tres días en un Golf Beach Aparthotel de Girona y numerosas facturas en restaurantes de El Bierzo (León), de donde es oriundo.
[Fuente: López Fonseca, Vozpópuli, Madrid, 13ene16]
This document has been published on 14Jan16 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |