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21mar02


La censura y la autocensura sobre la represion franquista es la causa del silencio informativo del Diario El Pais.


La propuesta de exigir al diario El País aclaraciones de por qué no publicó ninguna información acerca de las primeras pruebas de ADN que se hacen de una fosa común de la guerra civil nos pareció un tanto arriesgada pero necesaria. Desde una perspectiva periodística creemos que no hay duda de que un hecho como ese es una noticia y que puede además enfocarse desde diferentes perspectivas: la historia humana de un hombre de 87 años al que se le van a tomar las muestras de saliba; la perspeciva científica, cómo se realizan las pruebas del ADN mitocondrial; la histórica, quienes eran los hombres de esa fosa y qué paso en la noche del 16 de octubre de 1936; la costumbrista; qué ocurre en un pueblo que ha convivid o 64 años con una fosa común y de repente llega una familia y la abre, etc...

Nosotros enviamos un correo electrónico a bastantes personas solicitando que dirigieran esa pregunta a la sección de sociedad del periódico. Algunas de esas personas nos han remitido la respuesta, digamos oficial, de la publicación. El País dice que en septiembre ya publicó un extenso reportaje (media página) sobre la apertura de una fosa común y que su edición andaluza se hizo eco de la noticia de la prueba de ADN que iba a realizar la Universidad de Granada.

La respuesta tiene una pequeña trampa. En primer lugar, el reportaje de Vicednte Moreira, un niño de la guerra que recuperó los restos de su madre, no tiene nada que ver con nuestra pregunta, que iba referida claramente a el primer ADN de la guerra civil, por tanto esa es "otra" información. La segunda parte de la respuesta tampoco sirve, puesto que nosotros nos dirigimos a la edición nacional del diario y no a la de Andalucía.

Una de las personas que recibió nuestro correo electrónico nos dijo que él no veía grandes conspiraciones. Nadie había nombrado la palabra conspiración en el mensaje; lo que podemos presuponer es que tiene que ver con la línea editorial, que no es una forma de conspirar sino de gestionar y dirigir la información de un medio. Basta recordar que cuando se cumplieron 25 años de la muerte de Franco el periódico El País sacó un suplemento al que tituló: "Aquella lejana dictadura". La elección del adverbio ajetivado "lejana" es una clara muestra de línea editorial y un intento de alejarla todavía más. Lejana no puede ser cuando viven miles de sus víctimas y no la olvidan.

Para lo que creemos que sirve una acción de este tipo es para conocer esas lineas editoriales, a menudo difusas y esquivas; y que en nuestro país no suelen ser delgadas líneas rojas. Esta asociación conversó durante media hora con una persona de producción del programa Hoy por hoy que se emocionó al conocer la historia y afirmó que seguro que se trataría en el programa.

Estamos esperando. Y eso que el director de la SER, el señor Gavela, pertenece a una familia del Bierzo duramente perseguida.

Por eso pensamos que la línea editorial del Grupo Prisa es rechazar el franquismo, evidentemente, describir lo que fue, pero no acercarse a noticias que puedan removerlo o que pueden ir dirigidas a una reivindicación o reparación histórica. Digamos que es un "ver, pero no tocar" el franquismo.

A menudo los periodistas se autocensuran en temas de este tipo. No se autocensura Luis del Olmo, otro eminente berciano, cuando le dice a su secretaria que nos comuniqué por teléfono que Luis está interesado por el tema, que no va a entrevistar a nadie y que si tiene tiempo comentará la noticia en el programa. "Si tiene tiempo" un hombre que habla cinco horas diarias por la radio.

La autocensura de los profesionales de los medios se origina con choques contra muros y decisiones de no volver a intentarlo.

Otros se adaptan a los muros y se convierten en guardianes. Como Fernando Olmeda, presentador del telediario de fin de semana de Tele 5, quien como subdirector de informativos de Telemadrid censuró un "Treinta minutos" sobre las fosas del franquismo para demostrar que pese a sus antecedentes políticos era capaz de ser más fiel que su amo. Cómo olvidar cuando uno de los responsables del 30 Minutos nos llamó, después de habernos comunicado cómo se montarían las imágenes y la participación que podríamos tener, para decirnos que les gustaba el tema pero su cadena no tenía política de pagar (un programa que entonces emitía Tómbola). Pero la cosa es más curiosa porque lo que iban a pagar por el material gráfico eran 125.000 pesetas, una cantidad capaz de tambalear cualquier presupuesto. Cuando a la persona del programa se le dijo que se le cedían las imágenes gratuitamente respondió que un tema rechazado en la reunión ya no se volvía a tratar. Que conste que también tienen ahora congelado el reportaje sobre "Los niños perdidos del franquismo" que han comprado a la televisión catalana y que ya veremos si se emiten en Telemadrid.

Pero nuestro via crucis mediático no acaba ahí. Ha sido largo e intrincado. En noviembre de 2000 un equipo de Tele 5 viajó al norte de León para entrevistar a Isabel González, una mujer de 85 años que quiere sacar a un hermano y a un cuñado de una fosa donde se encuentran 37 personas. Grabaran más fosas y entrevistaron a más gente. Querían emitir el 20-N un amlio reportaje sobre los residuos del franquismo. Pero apenas tres días antes nos llamaron de Tele 5 para informarnos de que estaban muy ocupados con la noticia del accidente en un túnel de esquí en Austria (había ocurrido cinco días antes) y que el reportaje se iba a retrasar, pero que eso permitiría hacerlo más amplio. Todavía lo están ampliando un año y medio después, por lo que pensamos que quizás la proxíma campaña de Tele 5 va a ser "doce meses una causa" y que la van a dedicar monoráficamente al tema. Lo cierto es que ese 20-N caía en lunes y el viernes siguiente el Consejo de Ministros, sabiamente, concedía casualmente unas cuantas licencias de radio digital. La convocatoria, cuando se celebraban 25 años de monarquía, era: "A ver quién saca los pies del tiesto y luego quiere una licencia".

Nosotros todavía soñamos con periodistas que sean capaces de defender su independencia desde la profesionalidad. Sabemos que es difícil pero hay gente en medios públicos que se ha atrevido a decirle a su jefe después de recibir las instrucciones de cómo hay que tratar a tal partido que se las entreguen por escrito. Soñamos con una país donde la emisión de un reportaje sobre las fosas comunes de unos hombres que defendían una democracia y fueron injustamente asesinados no asuste a los editores de telediarios ni a los programadores de documentales. Soñamos con que existan unos medios donde se pueda hablar todo y de todo sin que exista un comisariado político que selecciones y discrimine. Soñamos, como soñaban los trece hombres de la fosa de Priaranza, con una sociedad civil madura, que no se comporte infantilmente; hay que hablar de lo que hace falta hablar y sin tapujos. La Red y algunos medios impresos están sembrados de los llamados "confidenciales" porque no se pueden convertir en norticias. Es muy triste. Nos queda esta pequeña audiencia del correo electrónico. Ojalá se multiplique.

Gracias por la lectura y la atención.

Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
21 de marzo de 2001

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