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10sep14
La tasa de paro de los españoles con estudios superiores triplica la media de la OCDE
Solo cuando la formación profesional (FP) deje de ser la cenicienta del sistema se producirá la verdadera mejora cualitativa de la educación en España. Lo sabe la Administración, lo saben también los docentes y los padres de los alumnos, y lo reclaman, desde hace años, las empresas que contratan a estos alumnos cuando se gradúan. España tiene un problema estructural que podría solucionarse «aumentando el atractivo de la FP», aconsejó ayer Dirk van Damme, director del área de Innovación e Indicadores de Progreso de la OCDE.
Solo así, dijo el experto internacional, se conseguirá rebajar el más que preocupante porcentaje del 19% de jóvenes españoles de entre 15 y 29 años que siguen sin estudiar ni trabajar, los también llamados 'ni-ni', una cifra muy superior al promedio de la OCDE (que registra un 6%). Se trata, según Van Damme, de un «problema muy grave» en España, en Italia y en Turquía, pero que, al menos, «no va a peor».
Además, a diferencia de sus predecesores, quienes dejan de estudiar en estos momentos se enfrentan a una realidad «mucho más dura» de la que se encontraron los que lo hicieron antes de la crisis, cuando aún tenían posibilidad de lograr un empleo bien remunerado en el sector de la construcción, agregó la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio. La puesta en marcha este curso de la FP básica, aseguró Gomendio, permitirá «reducir» la preocupante tasa del 23,6% que registra el abandono educativo.
Con todo, la tasa de paro de personas con estudios universitarios o de FP de grado superior es, con un 14% sobre el total de la población activa, casi del triple que la media de los países que forman la OCDE, donde esta tasa es del 5%, según se desprende del informe 'Panorama de la educación 2014', presentado ayer por Van Damme y Gomendio.
No dominan lo básico
«Muchos jóvenes en España tratan de tener más estudios para protegerse del desempleo pero estos no les garantizan esta protección», advirtió Van Damme. «¿Por qué un mayor nivel educativo en nuestro país no ofrece los mismos beneficios ni en términos de empleabilidad ni de ventajas salariales como en otros países?», se preguntó, por su parte, la secretaria de Estado. Ella misma lanzó la respuesta: «Los estudiantes, a medida que superan las etapas educativas, no están consiguiendo un buen nivel de competencias básicas, fundamentales para encontrar un empleo».
Según la tesis del ministerio, los datos demuestran que el «esfuerzo» económico que ha hecho España en las últimas décadas para incrementar la escolarización en la etapa de infantil o en el acceso a la universidad «no se ha traducido en una adquisición de competencias importantes para el nivel salarial y el desempleo». «Por tanto, la asignatura pendiente es la mejora de la calidad en las aulas», reiteró Gomendio, que ya llegó a la misma conclusión tras la presentación, en diciembre pasado, de los resultados de la encuesta PISA, en la que participan alumnos de 15 años.
El informe indica que a pesar del avance que se ha producido en el nivel de formación en la población adulta española entre los años 2000 y 2012, existe una diferencia en la formación que alcanzan los adultos de más de un 20% en relación con otros países de la OCDE, tanto en la etapa obligatoria de primaria y ESO (del 24% de la media OCDE al 24% español) como en secundaria posobligatoria (22% frente al 44%).
[Fuente: El Periódico, Barcelona, 10sep14]
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