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20dic14
La obsesión del monarca emérito es salvar a Felipe VI o sea a la institución monárquica
El 20 de diciembre, sábado, la Infanta Elena cumple 51 años. Y según sus allegados, no tiene ánimo para grandes celebraciones, ya que la decisión del juez Castro sobre sentar o no a su hermana, la Infanta Cristina, en el banquillo, que probablemente se haga pública en vísperas de Nochebuena, pende estos días sobre su familia como una espada de Damocles. No parece que vaya a repetirse la divertida celebración del año pasado de su medio siglo de vida, un concurrido almuerzo en un restaurante de cuchara cercano al palacio de La Zarzuela al que asistieron gran número de amigos, muchos de ellos relacionados con el mundo de la hípica, su gran pasión. No faltaron su grupito de incondicionales: los condes de Ventosa, Rita Allendesalazar y su marido, José María Álvarez de Toledo, coronel de la Guardia Real, su instructor de equitación Felipe Zuleta, también guardia real, su prima María Zurita, hija de la Infanta Margarita, y el ex jefe de su secretaría, Carlos García Revenga, que es para la Infanta casi como un hermano.
Ellos se han convertido en su 'segunda familia', algo valioso en un momento en el que Elena de Borbón afronta con dolor la quiebra que el escándalo Nóos ha provocado en los suyos. 'Sufre mucho por ver a su familia rota, de hecho rememora con gran añoranza la época en que ella y sus hermanos, el Príncipe y la Infanta Cristina, eran solteros y pasaban las vacaciones juntos en Mallorca', revela un miembro de su círculo, que indica 'seguramente por este motivo no quiere ver ni en pintura a Iñaki Urdangarin, y con la Reina Letizia su relación no pasa de correcta y punto, quizá les asocia al inicio de las trifulcas familiares que tanto han distanciado a los hermanos. Sin embargo, y aunque tiene buena relación con su madre, la Reina Sofía, cada día esta más unida a su padre, Don Juan Carlos, al que idolatra y obedece sin rechistar'.
En estos momentos, la obsesión del monarca emérito es dar todo su apoyo a su hijo Felipe VI para sacar adelante la Corona de los momentos convulsos que atravesó al final de su reinado. 'Don Juan Carlos se está volcando y Doña Elena hace lo que diga su padre. Si le pide que vaya a un funeral va, si tiene que entregar premios, lo hace, y hasta de comer sapos sería capaz con la mejor de sus sonrisas', asegura el citado personaje.
Uno de las consignas de Don Juan Carlos es aparecer lo menos posible en los papeles, especialmente en la prensa del corazón, para evitar polémicas. Algo que su primogénita se ha tomado tan al pie de la letra que hasta ha relegado su gran pasión, que es la hípica.
Según dicha fuente, aunque sigue entrenando en el club de campo y tiene un estupendo caballo, Kant, ha dejado de participar en los concursos hípicos de más renombre para evitar a los 'paparazzi'. 'Recientemente no ha acudido al Madrid Horse Week ni a Casas Novas en A Coruña. Se ha decantado por competiciones de perfil más bajo, como Mijas u Oliva, en Valencia, donde no acude la prensa rosa. De hecho, aunque estaba inscrita en el Equestrian Tour de la Costa del Sol, imputaron a su hermana Cristina y declinó participar'.
Quizá también influye la cuestión económica, ya que antes, por ser miembro de la Familia Real, la invitaban a participar en muchos concursos para dar caché, pero como hermana del Rey no es lo mismo e inscribirse en estos torneos es muy caro y en Madrid ascendía a 4.000 euros. Además de perder este tipo de privilegios, Elena de Borbón, eliminada de la agenda oficial, también ha perdido su asignación por asistir a actos institucionales, que el año pasado fue de 25.000 euros. Sigue manteniendo, sin embargo, su trabajo como directora de proyectos sociales y culturales en la Fundación Mapfre donde, según se ha publicado, su sueldo se acerca a los 200.000 euros brutos anuales.
A cambio de estos 'sacrificios', Don Juan Carlos protege mucho a su primogénita, porque la ve muy sola afrontando su existencia, especialmente la educación de sus dos hijos, ya que la relación con su ex, Jaime de Marichalar, no es muy fluida. El mayor, Froilán, a sus 16 años, es un adolescente rebelde al que le cuesta estudiar y de hecho está interno este curso en el colegio Sagrada Familia de Sigüenza. 'Su madre le adora, pero no puede con él, además Froilán es uña y carne con su padre, Jaime de Marichalar', revela el antes citado miembro del círculo de la duquesa de Lugo, que asegura que su gran refugio es su hija Victoria Federica, de 14 años, que este curso ha seguido estudiando en un internado inglés y vuelve a casa por las fiestas de Navidad. 'Madre e hija se llevan de cine, la Infanta no sólo la llama por teléfono todos los días, sino que cuando puede se escapa a verla a Inglaterra'.
Otro de sus grandes apoyos ha sido el jinete Luis Astolfi, su gran amor de juventud, a quien en los últimos tiempos le unía una relación de 'más que amistad', que finalmente no ha llegado a cuajar. 'Ella tenía pánico de dar qué hablar y Luis estaba todavía tocado por su divorcio, quizá tampoco estaba preparado para una relación formal. Ahora siguen siendo amigos, pero de compartir risas cuando coinciden en Sevilla o en Madrid, sentimentalmente estan bastante alejados', asegura este allegado, que insiste en que la Infanta Elena es a, sus 51 años, una mujer libre. 'Se carcajea cuando le atribuyen aventuras amorosas, su prioridad son sus hijos, su trabajo y mantener la lealtad a su padre. Fuera de esto se siente feliz montando a caballo, vistiendo ropa cómoda en vez de los modelitos que le agenciaba Marichalar y disfrutando de cosas sencillas, tanto que a veces se escapa por Madrid en bicicleta de incógnito'.
[Fuente: Por Consuelo Font, El Mundo, Madrid, 20dic14]
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