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13oct13


El PP y el PSOE reafirman su apoyo a la Monarquía en el estreno de Don Felipe


El Príncipe de Asturias "representa pero no sustituye" al Rey, como repiten en la Casa para restar importancia al bache institucional que ha provocado la baja de Don Juan Carlos en los actos oficiales, pero el Partido Popular y el PSOE se han aplicado en este trance para reafirmar su apoyo a la Monarquía constitucional. El desfile militar y la recepción en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional registraron la más nutrida concurrencia de dirigentes de ambos partidos de los últimos años. El Gobierno y la oposición casi en pleno, la mayoría de los presidentes autonómicos de ambas formaciones (más el de Coalición Canaria y de UPN) acudieron a la cita de Don Felipe sin distinción de tendencias.

En las tribunas de la parada militar y en los salones del Palacio Real se mezclaron desde Alfredo Pérez Rubalcaba y su portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, a la nueva figura del PSOE y su militante con más poder institucional: Susana Díaz. Lo mismo hizo Mariano Rajoy con todos sus ministros (salvo Luis de Guindos, que estaba en el G-20), más los barones y baronesas de su partido, que se encontraron con sus ex jefes al acudir a la recepción. Desde el ex vicepresidente del Ejecutivo, Rodrigo Rato, hasta el ex presidente del Gobierno José María Aznar, que reaparecía en este tipo de actos por primera vez desde que dejó el poder en 2004.

Aznar explicó su presencia sin ningún eufemismo, volvía por el mismo motivo por el que estaban todos los demás aunque no lo dijeran: "La situación es grave, hay que defender la Monarquía constitucional, la democracia y la unidad de España". Tampoco quiso faltar en el Día de la Fiesta Nacional la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, aunque esta vez tuvo que sentarse en tribuna de invitados para ver el desfile, con diputados y senadores, y sin poder saludar a las principales autoridades.

La nutrida presencia de populares y socialistas, incluidos los presidentes de los gobiernos autonómicos de ambos partidos, constataba la situación del pacto constitucional de 1978. Los comunistas, hoy núcleo de Izquierda Unida, y los nacionalistas catalanes de CiU, entonces firmantes de la Constitución, se han dado de baja. Un año más, no acudió ningún dirigente nacionalista ni de IU. Sí que se sumó a la celebración la presidenta de UPyD, Rosa Díez. La representación de los partidos que sí celebran la Fiesta Nacional, el centroderecha, la izquierda socialista, UPyD y los regionalistas suman de todas formas casi el 85% de los escaños del Congreso.

Además de acudir al estreno del Príncipe de Asturias como presidente de un gran acto institucional como es el desfile del 12 de octubre, los dirigentes populares y socialistas aprovecharon para charlar entre ellos. Rubalcaba no paró de hablar antes y durante la parada con su compañero de tribuna, el portavoz del Grupo Popular en la Cámara baja, Alfonso Alonso. Entre los presidentes autonómicos, sin distinción de origen partidario, resultó muy acogida la nueva presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Consciente de la sombra que hace a su jefe de filas en los últimos días con un discurso discrepante sobre la labor de oposición del PSOE en el que además apela a las esencias nacionales del partido, en el Palacio Real decidió irse pronto.

Don Juan Carlos (siguió desfile y recepción por la televisión) estuvo presente en los actos sin estar y Don Felipe cumplió al pie de la letra el guión de representante provisional del Rey. El desfile militar estuvo salpicado de detalles de protocolo que dejaban evidencia de los problemas que le pueden acarrear al Príncipe de Asturias que su figura y papel institucional no estén reglados por ley en el caso de que la baja del Monarca se alargue. En la recepción, el hecho de leer un mensaje en nombre de Don Juan Carlos dejó todo más claro. Con sus frases sobre que "hay que celebrar lo que nos une, que es mucho" y "tenemos un futuro compartido de concordia y progreso para todos", convenció y tocó el gran problema nacional por el desafío independentista en Cataluña.

El himno nacional abreviado, las banderas de las unidades que no se tienen que inclinar o la ausencia de los "viva España" de los jefes de las unidades que no se tienen que gritar fueron novedades en el desfile obligadas por el hecho de que no era el Rey quien presidía el desfile. Sin embargo, Don Felipe contó, por asistencia de políticos, con el mismo o mayor respaldo que Don Juan Carlos en las últimas ediciones de los actos del Día de la Fiesta Nacional. Eran conscientes de que tocaba reafirmar el apoyo a la Monarquía constitucional en pleno bache por los problemas de imagen y la baja del Rey por la nueva operación de cadera.

No se pudo comprobar el grado de calor del público con el heredero de la Corona asistente. Se mantiene el modelo y el lugar instaurado para la parada en la etapa del gobierno socialista, la plaza de Neptuno, con el fin de que no se abucheara a José Luis Rodríguez Zapatero: los espectadores se tienen que quedar a 200 metros de la tribuna principal.

[Fuente: Por Ángel Collado, El Confidencial, Madrid, 13oct13]

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