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11jul17
Ocho bodas en siete siglos entrelazan a las Casas Reales española y británica
Cuando la Reina Isabel II de Inglaterra reciba este miércoles en Londres a Don Felipe, no sólo verá en su invitado al Rey de España sino también a un miembro de su familia al que conoce desde niño, como conoció también a sus padres y a sus abuelos, y con los que siempre ha mantenido relación, por encima de los avatares de la política. Todos ellos tienen un antepasado común, que es la Reina Victoria de Inglaterra, pero en el caso de Don Felipe el lazo con esta Monarca es triple.
Por línea paterna, Don Felipe es bisnieto de la Reina Victoria Eugenia, nieta a su vez de la Reina Victoria; pero por línea materna la relación es mucho más fuerte, ya que tanto el bisabuelo materno (Guillermo II de Alemania) de Doña Sofía como su abuela paterna (Sofía de Prusia) eran nietos de Victoria. Y este lazo se refuerza aún más si tenemos en cuenta que el marido de la legendaria Reina británica, Alberto de Sajonia, también era tatarabuelo de Doña Sofía.
Todos estos parentescos se deben a los enlaces matrimoniales de los últimos 200 años, y la relación entre las Familias Reales española y británica se remontan a hace más de ocho siglos, antes de que la dinastía Borbón se estableciera en España y la Hannover en Gran Bretaña.
Antepasadas del Rey
A lo largo de la historia, cuatro Infantas españolas contrajeron matrimonio con cuatro Reyes de Inglaterra y otras cuatro Princesas inglesas se casaron con Monarcas españoles. Don Felipe desciende directamente de estas cuatro Princesas británicas.
La primera de las bodas fue la de Leonor Plantagenet y Alfonso VIII de Castilla en el año 1170. La hija del Rey Enrique II de Inglaterra tenía diez años cuando fue enviada a España para casarse en Tarazona con Alfonso. El matrimonio, que tuvo diez hijos -entre ellos, el sucesor, el Rey Enrique I de Castilla-, reposa en el Monasterio de Las Huelgas de Burgos.
La segunda boda, en 1191, fue la de la Infanta Berenguela de Navarra con el Rey Ricardo I de Inglaterra, conocido como Ricardo Corazón de León. Berenguela se casó con el Rey en Chipre y ambos viajaron juntos a Palestina, donde el Rey de Inglaterra luchó en las Cruzadas. El matrimonio, que no tuvo descendencia, se distanció y Berenguela murió sinhaber pisado nunca Inglaterra.
El tercer matrimonio unió en 1254 a Leonor de Castilla con Eduardo I de Inglaterra. El objetivo de esta boda era sellar la paz entre ambos reinos. Leonor acompañó a su marido a las Cruzadas y a la conquista de Gales y tuvo quince hijos, entre ellos a Eduardo II de Inglaterra.
La cuarta boda, en 1393, unió a la Princesa Catalina de Lancaster con Enrique III de Castilla. El matrimonio tuvo tres hijos, María, Catalina y Juan, que se convirtió en el Rey Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica.
El quinto enlace es el de Juana de Navarra y Enrique IV de Inglaterra, que contrajeron matrimonio en 1403, ambos en segundas nupcias. Aunque los dos tenían hijos de sus anteriores matrimonios, no tuvieron descendencia común.
El sexto matrimonio unió en 1509 a Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, con Enrique VIII, quien la repudió y encerró en el Castillo de Kimbolton para casarse con Ana Bolena. De los seis hijos que tuvo Catalina, solo sobrevivió una, María, que acabó convertida en Reina de Inglaterra.
La séptima boda, en 1554, fue la de Felipe II con la Reina María de Inglaterra, más conocida como María Tudor. Felipe II fue Rey de Inglaterra durante los cuatro años que duró su matrimonio con la Reina María de Inglaterra, que era hija de Enrique VIII y de Catalina de Aragón. La boda se celebró en la catedral de Winchester el 25 de julio de 1554, dos días después de que los novios se vieran por primera vez. Él tenía 27 años y ella 38. Tras dos falsos embarazos, María murió a los 42 años de edad sin dejar descendencia, y Felipe II se casó con Isabel de Valois.
Tuvieron que pasar cuatro siglos y medio para que las dos Familias Reales volvieran a emparentar, lo que sucedió en 1906, con el matrimonio de Alfonso XIII y la Princesa Victoria Eugenia de Battemberg. Ambos se habían conocido durante el viaje de Estado que realizó al Reino Unido el joven Rey español, un soltero de oro para todas las Princesas en edad casadera. Un viaje del que ABC informó con detalle a través de las crónicas que transmitía su enviado especial, Azorín.
Visitas privadas o en barco
Además de bodas, a lo largo de la historia varios Reyes españoles viajaron a Londres invitados por Monarcas británicos, como hicieron Felipe el Hermoso en 1506 y Carlos I en 1522, aunque la primera visita oficial -en el concepto actual- la efectuó Alfonso XIII en 1905. El primer Rey de Inglaterra que pisó suelo español fue la Reina Victoria en 1889, que visitó en privado a la Reina Regente María Cristina en San Sebastián. En 1907 Eduardo VII devolvió la visita oficial, pero los actos transcurrieron en el mar, a bordo de la «Numancia», frente a las costas murcianas, porque se declaró una epidemia de fiebre tifoidea que impidió el desembarco. Hubo que esperar hasta 1988 para que un Monarca británico, Isabel II, realizara el primer viaje oficial a España.
Estas relaciones históricas también dejaron una huella visible que todavía hoy se puede apreciar en la gran Corona que utilizó la Reina Victoria para su entronización y que Isabel II sigue usando en ceremonias de pompa excepcional. Es el rubí de gran tamaño, que procedía supuestamente de la Alhambra, que Pedro de Castilla regaló en 1367 a Eduardo de Plantagenet, «el Príncipe Negro», para agradecerle su apoyo en la batalla de Nájera contra su hermano Enrique de Trastámara.
[Fuente: Por Almudena Martínez-Fornés, ABC, Madrid, 11jul17]
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