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07feb20


Carlos García Juliá, uno de los asesinos de la matanza de Atocha, ingresa en Soto del Real


Carlos García Juliá, uno de los autores de la matanza de Atocha de 1977, ha llegado a primera hora de la mañana al aeropuerto de Madrid extraditado por Brasil después de que, tras varias décadas prófugo, fuera arrestado en Sao Paulo en 2018.

Nada más aterrizar, en torno a las 5:30 horas, García Juliá, escoltado por agentes de la Policía Nacional, ha sido conducido directamente a la cárcel de Soto del Real (Madrid) donde se le realizará una liquidación de condena que fije cuántos años de prisión le quedan por cumplir tras haber huido de España cuando obtuvo la condicional. En principio, todavía le quedan por cumplir en prisión 3.855 días de los 193 años a los que fue condenado.

García Juliá embarcó en un vuelo comercial de Iberia que despegó poco después de las 16.00 hora local (19.00 GMT) rumbo a la capital española desde el aeropuerto internacional de Guarulhos, en la región metropolitana de Sao Paulo, al que llegó acompañado por el cónsul de España en Sao Paulo, Ángel Vázquez.

Según informa este viernes la Dirección General de la Policía, tres agentes, adscritos a Interpol, se desplazaron a Brasil para realizar los trámites de entrega de las autoridades brasileñas y han sido los encargados de custodiar a García Juliá en el vuelo.

El antiguo militante de Fuerza Nueva, nacido en 1955, tenía 24 años cuando cometió la matanza. Fue condenado a 193 años de cárcel el 29 de febrero de 1980 por cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio en el despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras, en el número 55 de la calle Atocha de Madrid.

Su condena fue limitada al máximo de 30 años previsto entonces por la ley y en 1991 se le concedió la liberad condicional.

Obtuvo después la autorización para viajar a Asunción y trabajar allí, con la condición de presentarse mensualmente en la Embajada de España en Paraguay, pero incumplió lo previsto, por lo que se le declaró prófugo en agosto de 1996.

El condenado desapareció e inició entonces un periplo de fugas por Latinoamérica. Su última pista antes de ser arrestado en Brasil se perdió en Bolivia, donde vivió un tiempo y había sido encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico.

Cuando en el año 2000 llegó la solicitud de extradición de la Audiencia Nacional a Bolivia, García Juliá ya se había fugado aprovechando un permiso penitenciario.

Tras dos décadas en paradero desconocido y gracias a las pesquisas de la Policía Federal Brasileña en colaboración con la Policía Nacional y el apoyo de las respectivas Oficinas Centrales de Interpol en Madrid y en Brasilia, el 31 de agosto de 2018 se ubica al prófugo en Sao Paulo.

Se descubre que había entrado en Brasil en 2009 y que tenía identidad venezolana falsa. Fue detenido el 5 de diciembre de 2018 en Barra Funda, un barrio céntrico de clase media de São Paulo, donde vivía trabajando como conductor en una empresa de VTC.

Al oponerse el reclamado a la extradición, el procedimiento se dilató trece meses por los sucesivos recursos y apelaciones hasta que la Corte Suprema de Brasil autorizó el pasado mes de agosto su extradición a España.

[Fuente: República de las ideas, Agencias, Madrid, 07feb20]

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