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03feb11
Las recusaciones planteadas por Garzón se vuelven en su contra
El Tribunal Supremo va a utilizar para su propio beneficio la intención de Baltasar Garzón de 'ensuciar' el proceso de la Memoria Histórica. El juez, imputado por prevaricación, planteó la recusación de cinco de los siete magistrados que deben juzgarle por su intención de investigar los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo a sabiendas de que no era competente para ello. Si el TS admitiera su petición, estos magistrados deberían abandonar la causa y serían otros quienes le juzgaran. Sin embargo, el alto tribunal puede aprovechar esta nueva estrategia de Garzón para retrasar aún más el proceso.
La intención del Supremo es esperar a que el juez se siente en el banquillo de los acusados por la causa de 'los cobros de Nueva York'. Para la opinión pública, es mucho más grave que un magistrado haya obtenido de manera ilegal, y aprovechando su condición de juez, una cuantiosa suma. La estrategia, según fuentes jurídicas, es que Garzón se enfrente primero a esta causa, que le puede debilitar mucho a los ojos de sus defensores, para ya entrar en otro proceso que se podría considerar como político.
Si se juzga primero el caso de la 'Memoria Histórica', se podría incurrir en el error de pensar que el Tribunal Supremo quiere sentar en el banquillo a Garzón por intentar descubrir a los criminales de la Guerra Civil. Esa es, por lo menos, la idea que sus seguidores pretenden transmitir. Sin embargo, no hay que olvidar que el ex titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, actualmente suspendido de manera cautelar, tiene otras dos causas abiertas.
Además de los presuntos cobros de la Universidad de Nueva York, institución a través de la cual el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, pudo haberle financiado, también tiene otro procedimiento por actuar presuntamente de manera ilegal en el 'caso Gürtel'. Garzón ordenó grabar las conversaciones de los tres presuntos implicados de la trama de corrupción con sus abogados desde la cárcel, destruyendo el legítimo derecho de defensa. Sea lo que fuere, Garzón ha conseguido que el Supremo estudie recusar a cinco de los magistrados y el Supremo a su vez consigue ganar tiempo.
El magistrado que ha instruido la recusación, Julián Sánchez Melgar, ha admitido a trámite el asunto al entender que puede haber indicios de que cinco de sus compañeros estén contaminados. Ahora bien, rechaza de plano la tesis del imputado de que los magistrados tenían algún tipo de interés directo o indirecto en el procedimiento.
La razón principal, tal y como defendió la propia Fiscalía, es que a lo largo de la investigación de la 'Memoria Histórica' han dictado tres resoluciones, y todas ellas rechazando la petición del imputado de archivar la causa. En un principio, los magistrados que componen un tribunal no pueden haber tenido conocimiento de la causa con anterioridad. Los ahora implicados sostienen que estas resoluciones no han supuesto en ellos una idea preconcebida de la culpabilidad del acusado. Excepto uno de ellos, Joaquín Jiménez, que ha admitido la recusación y se ha apartado voluntariamente del caso. Reconoce que la Sala recusada ha efectuado “inequívocos actos de instrucción”, dictando resoluciones que pueden “cuestionar su imparcialidad objetiva desde la perspectiva de cualquier observador externo”.
Uno de los recusados es el propio presidente de la Sala de lo Penal, Juan Saavedra. Por esta razón, será la Sala del 61, responsable de ilegalizar partidos políticos, la que decida si aparta a los magistrados. Los otros recusados son Adolfo Prego, Joaquín Giménez, Francisco Monterde y Juan Ramón Berdugo. Ahora, las partes tienen un plazo de diez días para presentar las pruebas que consideren oportunas.
[Fuente: Por C. Guindal, El Confidencial, Madrid, 03feb11]
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