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26jul13


Las 'muletas' para vender Novagalicia y Catalunya Banc costarán 10.000 millones


Las ayudas que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrá que aportar para la venta de Novagalicia y Catalunya Banc rondarán los 10.000 millones de euros, según las primeras valoraciones que se manejan en los cuarteles generales de los principales bancos del país. Santander, BBVA y La Caixa han reconocido su participación en ambas subastas, pero ninguno va a 'remendar de viejo' a la hora de reclamar al Estado que facilite una buenas 'muletas' para apoyar el saneamiento y reconstrucción de ambas entidades nacionalizadas.

Los grandes banqueros del país han aceptado el guante tendido por el FROB a primeros de mes cuando la entidad dependiente del Banco de España anunció su intención de colaborar con fondos públicos en la reprivatización de Novagalicia e, inmediatamente después, de Catalunya Banc. Los portavoces autorizados por el Ministerio de Economía reconocieron incluso que estas subastas no podrían resultar fallidas, lo que rápidamente se interpretó como un incentivo añadido, en forma económica claro está, para facilitar la acumulación de ofertas competidoras.

La llamada 'doctrina Goirigolzarri', entendida como la virtud de pedir ante el vicio de dar, se ha consolidado como una práctica común entre aquellos que han sido reclutados por el Gobierno para salvar los restos del naufragio financiero. Con mayor o menor legitimidad para exigir nuevas ayudas, tanto Emilio Botín como Francisco González e Isidro Fainé consideran que el FROB tendrá también que echar el resto si quiere que Novagalicia y Catalunya Caixa emprendan con ciertas garantías el camino de la reconversión trazado en Bankia.

"Lo que no tiene sentido es que el Estado abra el grifo a tope para unos y luego lo quiera cerrar para otros", aseguran fuentes del sector que reconocen también la preparación de las propuestas preliminares para la compra de Novagalicia o, en su defecto, de Catalunya Banc. La subasta de la caja gallega pondrá a prueba la 'generosidad' del Gobierno a la hora de reconocer esquemas de protección de los activos (EPA), riesgos de reputación corporativa, cobertura de preferentes y ayudas directas como las que han impulsado otras operaciones equivalentes en el sector financiero.

Un 'dulce adicional'

Un factor que el Gobierno tiene que despejar también es el tratamiento de los activos fiscales diferidos (DTA por sus siglas en inglés). El Ministerio de Hacienda está trabajando en la búsqueda de soluciones que permitan el aval del Estado sobre estos derechos bancarios sin que ello provoque un quebranto contable en las cifras del ya de por sí abultado déficit público.

El FROB tendrá mucho terreno ganado si los eventuales compradores obtienen compensaciones económicas por pérdidas que luego pueden contabilizar a modo de créditos fiscales en su propio core capital. Los activos fiscales diferidos constituyen un 'dulce adicional' que puede alimentar decisivamente el apetito sobre los dos bancos nacionalizados.

Novagalicia y Catalunya Banc no han parado de recibir dinero del Estado desde su configuración como bancos nacidos de la fusión de sus respectivas cajas de ahorros regionales. La entidad gallega se ha 'tragado' ya cerca de 10.000 millones de euros, incluyendo inyecciones da capital, aportaciones de liquidez vía Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y venta de activos tóxicos al banco malo de la Sareb. La catalana ha consumido todavía más recursos, hasta 13.000 millones de euros, por lo que entre ambas totalizan 24.000 millones de euros en números redondos, superando las ayudas de 23.500 millones recibidas por el grupo BFA-Bankia.

[Fuente: Por José Antonio Navas, El Confidencial, Madrid, 26jul13]

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