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03feb21
Alemania abre la puerta a las vacunas rusa y china
El asunto ya se ha tratado en Bruselas. Algunos países de la UE desearían establecer un pasaporte de vacunación que permita a los ya vacunados moverse de nuevo con libertad entre territorios, un privilegio que le sería negado a quien todavía no hubiera recibido la vacuna. La canciller Merkel, sin embargo, no está de acuerdo con eso. Sin citarlo expresamente, ayer rechazó cualquier privilegio que diferencie a las personas vacunadas de las que no lo están. «Mientras no esté claro si las personas que han sido vacunadas pueden infectar o no a otras personas, no es posible tratarlas de manera diferente», dijo en una entrevista concedida a la cadena de televisión pública alemana ARD. «Otra cuestión sería cómo tratar a las personas que, cuando la oferta de vacunación haya sido ya muy grande y en un contexto de vacunación voluntaria, no quieran ser vacunadas», dijo pensando en el largo plazo, «entonces surge la pregunta de si habría que hacer diferencias según el criterio: está bien, si no quieres la vacuna, es posible que no puedas hacer ciertas cosas».
Apenas un día después de la cumbre de vacunación alemana, una videoconferencia en la que la canciller Angela Merkel se reunió con representantes de todos los laboratorios implicados en la fabricación de las vacunas, se prestó a las preguntas sobre el estado de la campaña de vacunación y a explicar nuevamente la estrategia de su Gobierno, adaptada al retraso en la entrega de las dosis. «No podemos tener un calendario de vacunación rígido», dijo. «Las vacunas se producen bajo alta presión y las predicciones exactas sobre las cantidades exactas no se pueden hacer con mucha anticipación, de manera que tenemos que modelarlo, tenemos que adaptarlo dinámicamente», explicó sobre el concepto flexible del reparto de dosis. «A finales del verano, todos deberían haber recibido ya una oferta de vacunación. Si se aprobaran más vacunas, esta fecha podría avanzar. Pero también existen riesgos», fue su única promesa.
Merkel abrió la puerta al uso en Alemania de la vacuna rusa Sputnik V, de la que ayer se dieron a conocer los resultados frente a la infección por coronavirus. Según los resultados de la última etapa de un ensayo clínico publicado en la revista «The Lancet», la vacuna rusa Sputnik V tiene una efectividad del 91,6%.
«Todo el que obtenga una autorización de la Agencia Europea del Medicamento serán totalmente bienvenido», señaló Merkel, después de haber hablado sobre esa posibilidad personalmente con el presidente ruso Vladimir Putin. La canciller elogió los «buenos datos científicos» publicados por sus fabricantes. Igualmente se dejó entrever una postura abierta al fármaco desarrollado en Pekin al subrayar que un país como «Serbia está vacunando más rápido que el resto de Europa con la vacuna china».
La canciller reiteró que «quedan por delante ocho o diez semanas de escasez de vacunas» y también dejó claro que «la pandemia no está en absoluto bajo control». A pesar de la disminución del número de infecciones, Merkel no dio a los ciudadanos alemanes esperanzas de una rápida relajación de las restricciones. Al contrario, pidió a la población «esperar todavía un rato», aunque espera debatir todas las opciones en la próxima reunión con los presidentes de los Bundesländer, que tendrá lugar el próximo 10 de febrero. «La población debe abordar el problema con la actitud consciente de que el virus puede ser derrotado si no le dan las condiciones para infectar a más personas. Eso significa mantener la distancia y tener mucho cuidado. Si seguimos haciendo esto por un tiempo, las cosas mejorarán».
Pero aunque el 21 de septiembre espera que la campaña de vacunación haya logrado sus principales objetivos, Merkel no cree que esa fecha señale el final de la guerra contra el coronaviurs. «Necesitamos un camino a largo plazo», ha dicho al respecto, «las cifras están bajando, lo cual me alegra, especialmente que la incidencia por 100.000 habitantes en siete días esté ya en 90, por debajo de 100, esto demuestra que las restricciones funcionan, pero todavía queda mucho para llegar a una situación en la que las oficinas de sanidad tengan el control». «No se trata de esperar a que todo el mundo esté vacunado para volver a cierto grado de normalidad», ha incidido, recordando cómo, tras la primera ola, se logró llegar a cierta apertura durante el verano. «Ahora tenemos el gran riesgo que suponen las mutaciones y ante el que tenemos que seguir siendo muy cuidadosos. Ojalá que hasta la reunión del 10 de septiembre consigamos datos fidedignos sobre ese riesgo, pero hay que mantener la prudencia».
El Instituto Robert Koch de Berlín ha reportado en las últimas 24 horas 6.114 nuevos contagios en Alemania y 861 fallecidos, con una incidencia de 90 casos por cada 100.000 habitantes en 7 días. La cifra de fallecidos desde el inicio de la pandemia asciende a 57.981.
[Fuente: Por Rosalía Sánchez, ABC, Madrid, 03feb21]
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