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14ene20
Los Verdes consideran que Puigdemont es nacionalsocialista y le invitan a compartir grupo con la N-VA y Vox
No tener familia política en el Parlamento Europeo es el camino más corto a la irrelevancia política en Europa. La Eurocámara es un escenario privilegiado para Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, y para Toni Comín, 'exconseller', que han asumido sus escaños este pasado lunes. Pero no tienen grupo político y eso les ha condenado a la última fila del gallinero de la Eurocámara.
Puigdemont y Comín han pedido ya entrar en la ALE, donde también están otras formaciones como el BNG gallego, el SNP escocés, Bildu o la propia Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Pero el objetivo final de ambos políticos catalanes es ser admitidos en la familia política de Los Verdes, que comparte filas con ALE, pero para poder sentarse con ellos no basta con la luz verde de los nacionalistas, sino que necesita el aprobado también del sector ecologista, que cuenta con la enorme mayoría de eurodiputados.
En una rueda de prensa celebrada en Estrasburgo, Philippe Lamberts, copresidente de Los Verdes/ALE, ha tildado de "incongruentes" a los líderes independentistas porque "son dos miembros que, de forma constante se han alineado" con la N-VA, un partido independentista flamenco de corte de extrema derecha, que han sido sus grandes aliados en Bélgica.
Lamberts ha señalado que le parece poco coherente pedir unirse a un grupo, los ecologistas, "cuyos valores son opuestos a los de sus mejores amigos belgas". "Para nosotros su adhesión sí plantea un problema", ha señalado el colíder ecologista, que sabe que en el sector de la Alianza Libre Europea (ALE), un partido que aglutina formaciones nacionalistas que comparte bancada en la Eurocámara con Los Verdes, sí que es favorable a que se unan a ellos.
"La lógica debería dar pie a que estas dos personas participaran en el grupo en el que están sus mejores amigos de Bélgica", ha señalado Lamberts, en referencia a la N-VA, que se sitúa en el grupo de los Conservadores y Reformistas, una familia política en la que también se encuentra Vox.
En busca de una familia
No tener familia significa no tener influencia, reducir la red de contactos que son clave para los planes de internacionalización del 'procés', además de reducir el músculo para tus peticiones y reclamaciones. Tener grupo es, además, crucial si quieres incluir algún asunto en la agenda del pleno, algo que intentarán hacer de forma continua para buscar que la Eurocámara aborde debates que visibilicen el pulso entre el Estado y la Generalitat. Por último, tener una familia europea pude resultar importante a la hora de la verdad sobre el suplicatorio que podría acabar con sus inmunidades como eurodiputados.
Puigdemont y Comín ya han pedido el ingreso en la Alianza Libre Europea (ALE), un partido que aglutina a las principales fuerzas nacionalistas e independentistas europeas, como el BNG gallego, el SNP escocés o la propia Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Pero el objetivo final de ambos políticos catalanes es ser admitidos en la familia política de los Verdes, que comparte filas con ALE. Para poder sentarse con ellos, no basta con la aprobación de los nacionalistas, sino que necesitan el aprobado también del sector ecologista, que cuenta con la enorme mayoría de eurodiputados.
La formación de Puigdemont formaba, hasta hace poco más de un año, parte de la familia liberal, de donde fue expulsada a petición de Ciudadanos tanto por sus casos de corrupción como por su impago de la cuota y su deriva independentista, y desde entonces su formación está fuera de juego. Su expulsión descarta la opción de unirse a las filas liberales, donde se sienta una de sus aliadas dentro del Parlamento Europeo, la eurodiputada vasca Izaskun Bilbao, del PNV.
Reticencia de los Verdes
Durante estos días en Estrasburgo, el grupo verde discutirá la petición de Puigdemont y Comín, a la que no se opone la eurodiputada de ERC, Diana Riba, pero que sí cuenta con las importantes reticencias de otros sectores de la formación, como, por ejemplo, Ernest Urtasun, eurodiputado de En Comú Podem. No solo eso: hay muchos otros grupos y perfiles que, si bien sí se sienten implicados con el caso de Oriol Junqueras, que ya fue eurodiputado de la formación ecologista, no sienten ninguna simpatía hacia el expresidente de la Generalitat.
La alemana Ska Keller, líder de la formación en la Eurocámara, sigue este debate cada vez con más distancia. Aunque es verdad que siempre ha pedido la libertad de Junqueras, su mensaje se ha ido rebajando cada vez más. Este lunes, Keller no llevaba uno de los carteles amarillos con los que una parte de su grupo pedía la liberación de Junqueras, y la alemana ni siquiera ha estado tuiteando sobre la situación del antiguo vicepresidente de la Generalitat.
Varias fuentes señalan que el debate está completamente abierto, y no se atreven a señalar cuál será la conclusión de un debate cuya intensidad y duración son todavía desconocidos. Lo que sí se sabe es que Puigdemont y Comín lo apuestan todo por entrar en una familia que es relativamente poderosa y que se presenta como su mejor y, seguramente, única opción.
La NV-A, sus aliados flamencos, que fueron a recibirlos el día en que recogieron sus acreditaciones y que siempre han defendido al líder catalán durante su tiempo en Bélgica, podrían ser unos buenos huéspedes dentro de la Eurocámara. Pero el problema es que los independentistas flamencos comparten grupo, los Conservadores y Reformistas, con Vox, el partido de extrema derecha liderado por Santiago Abascal.
La otra dirección que podrían tomar es la de la Izquierda Unitaria europea, grupo en el que se enmarcan Bildu y Unidas Podemos. Es una formación de extrema izquierda, con posturas económicas diametralmente opuestas a las de los posconvergentes y, más allá de las diferencias ideológicas en el resto de la agenda política, cuenta con partidos que son contrarios al derecho de autodeterminación que defienden los dos eurodiputados independentistas.
En el asunto de la autodeterminación, los Verdes/ALE ofrecen la opción más cómoda: comparten grupo con otras formaciones independentistas y, en general, la dirección de la formación ecologista no se mete demasiado en ese asunto y respeta la autonomía de los partidos independentistas. Además, tiene otras ventajas: es una formación grande, que da más fuerza a su mensaje y aumenta las probabilidades de meter puntos en la agenda, además de abrir la posibilidad de que se ajuste más la votación sobre sus suplicatorios.
[Fuente: Por Nacho Alarcón, El Confidencial, Madrid, 14ene20]
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