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28jun18
La Generalitat admite un centenar de actos violentos de los CDR
Después de meses negando el carácter violento de los Comités de Defensa de la República (CDR), la Generalitat admite oficialmente que las protestas protagonizadas por estos grupúsculos independentistas autoorganizados han motivado ya la apertura de más de un centenar de diligencias judiciales. Así lo reconoce el consejero de Interior del Govern, Miquel Buch, en una respuesta remitida al diputado de Ciudadanos en el Parlament Matías Alonso y a la que ha tenido acceso EL MUNDO. Según el documento, datado a 5 de junio, los juzgados catalanes han ordenado 109 diligencias relacionadas con «las acciones de los autodenominados Comités de Defensa de la República». En la mayor parte de los casos se persigue «un presunto delito de desórdenes públicos» y todavía se continúa investigando «a efectos de identificar a los autores de los posibles hechos delictivos para proceder a su detención».
En la relación de diligencias abiertas detalladas por el Departamento de Interior de la Generalitat destacan los cortes de tráfico realizados por los CDR el pasado 8 de noviembre para pedir la libertad de los líderes independentistas presos. Sólo durante la bautizada como «huelga de país», los Mossos abrieron 75 atestados penales.
El documento firmado por Buch también se refiere a la concentración ante el Parlament con motivo de la frustrada investidura de Carles Puigdemont del pasado 30 de enero. En esa ocasión, no únicamente quedan registradas diligencias por desórdenes públicos, sino por «un presunto delito de atentado, resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad».
Entre los altercados denunciados también resaltan los que tuvieron lugar el pasado 23 de febrero, cuando miembros de los CDR bloquearon el acceso principal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para reclamar la liberación de los «presos políticos», las concentraciones del 25 de marzo ante la Delegación del Gobierno en Barcelona para protestar contra la detención en Alemania de Carles Puigdemont o la concentración que se produjo el 9 de abril para boicotear la presencia del Rey en la capital catalana cuando acudió a hacer entrega de los despachos judiciales a la nueva promoción de jueces.
Todas las diligencias remitidas por el consejero de Interior a Ciudadanos se abrieron durante la aplicación del 155, cuando los Mossos d'Esquadra permanecían bajo el control del Gobierno central. Ahora, la intención de Torra es relajar la actividad policial contra los CDR. El presidente de la Generalitat ha admitido que sus familiares participan en estos grupos de presión callejera y defendido sus protestas como «acciones de movilización que se han hecho siempre». Torra se comprometió a cambiar la política de Interior hacia los CDR alegando que el nuevo Govern «tiene que ser capaz de encontrar soluciones para que las cosas que han pasado bajo el 155 no puedan volver a pasar de ninguna manera». El primer movimiento en este sentido fue apartar a Ferran López, el jefe de los Mossos que relevó a Josep Lluís Trapero tras su cese.
Cabe recordar que los grupos parlamentarios independentistas, es decir Junts per Catalunya, ERC y la CUP, así como Catalunya en Comú impidieron que el Parlament condenase la violencia ejercida por los CDR al tumbar una proposición apoyada por los partidos constitucionalistas que defendía: «La violencia jamás puede ser considerada un instrumento legítimo de reivindicación y no existe justificación alguna para sus autores. Por este motivo, el Parlament condena enérgicamente los actos violentos en los que han desembocados las recientes concentraciones convocadas por la ANC, Òmnium y los llamados Comités de Defensa de la República. Los asaltos violentos a instituciones, los destrozos de mobiliario urbano, el corte de carreteras que afecta a miles de catalanes y los ataques contra los cuerpos policiales de los últimos días son propios de comportamientos antidemocráticos que deben recibir el rechazo unánime de las instituciones democráticas».
[Fuente: Por Víctor Mondelo y Germán González, El Mundo, Madrid, 29jun18]
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