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25oct17
Puigdemont renuncia a ir al Senado y su empeño en optar por la DUI lleva al Govern al borde de la crisis
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha declinado acudir al Senado para presentar sus alegaciones contra la aplicación del artículo 155, tal y como le había ofrecido la Cámara Alta. Hasta primera hora de la tarde, se pensaba que Puigdemont acudiría a la Comisión 'ad hoc' del Senado a las 17 horas del jueves, lo que obligaría a que el pleno del Parlament, previsto para las diez de la mañana, se suspendiera a mediodía para reanudarse el viernes. Ahora, el último giro del guión soberanista ha desbaratado todo el calendario y ha reforzado las expectativas sobre una Declaración Unilateral de Independencia, que nunca se descartó del todo, pero que ahora parece ya inevitable.
La primera llamada de atención sobre la posibilidad de que la proclamación de la república se produzca el viernes ha partido de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que había convocado una gran movilización delante del Parlament para este jueves, coincidiendo con el pleno en el que se va a debatir la respuesta a la aplicación del artículo 155 de la Constitución a Cataluña -la suspensión de todo el Govern, el control del propio Paralmento autonómico y la intervención de las competencias de la Comunidad- que aprobó el Gobierno central el pasado sábado. Pues bien, la ANC ha trasladado la convocatoria al viernes a mediodía con el reclamo de "celebrar la llegada de la república". Así lo ha hecho constar en mensajes de móvil y en su cuenta de Twitter, en la que ha alertado del cambio de fecha.
Puigdemont ha mantenido hasta el final la incógnita sobre si acudiría o no al Senado después de haberse mostrado dispuesto a comparecer, lo que ya constituía una novedad y una señal positiva sobre cierta predisposición a contrastar ideas y proyectos. Durante las últimas horas, se ha reunido casi de forma ininterrumpida con el llamado "estado mayor del procés", que tiene una composición flexible pero en el que siempre aparecen algunos de los elementos más radicales del independentismo como son los representantes de ANC y Òmnium, así como el conseller de Exteriores, Raül Romeva, o la portavoz de ERC, Marta Rovira, que amagó con su dimisión después de que Puigdemont suspendiera los efectos de la independencia en el pleno del 10 de octubre.
Este miércoles ha vuelto a convocarlos a todos y, según ha trascendido, han aflorado las tensiones entre los partidarios y los detractores de la independencia. A medida que se acerca el momento de la aprobación de las medidas que supondrán la intervención de la autonomía, aumentan los nervios ante las posibles consecuencias. Según cuenta 'La Vanguardia', eso es lo que habría llevado al borde de la renuncia al conseller de Empresa, Santi Vila, uno de los miembros del Govern que más se ha tenido que esforzar para convencer a empresarios de que no abandonaran la Comunidad argumentando que la situación aún podía reconducirse.
A la reunión han sido llamados todos los miembros del Govern, los 13 consejeros, el expresidente Artur Mas, el presidente de Junts pel Sí, Lluís Coromines, los número dos y tres del PDeCAT David Bonvehí y Marta Pascal, Rovira y la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Neus Lloveras.
Sobre la mesa se mantienen tres opciones: la proclamación de la república seguida de unas elecciones constituyentes, la declaración unilateral de independencia y, la tercera, unos comicios autonómicos anticipados sin más aditamentos. Aparentemente, aún no se ha llegado a ninguna decisión definitiva sobre cuál será la vía elegida. Mientras tanto, sigue la presión en la calle. Los llamados Comités de Defensa del Referéndum, auspiciados entre otros por la CUP, han convocado una concentración frente al Palau de la Generalitat para pedir que se declare la independencia y se aborte la idea de unas elecciones autonómicas.
Junqueras: "España nos obliga a declarar la nueva república"
La excusa oficial para no acudir al Senado es que el Gobierno central y la Cámara alta ya tienen decidida la aplicación del 155, por lo que la comparecencia el presidente de la Generalitat no cambiaría nada. El propio Puigdemont lo ha comentado en su cuenta de Instagram, en la que dice que no perderá el tiempo "con los que quieren arrasar el autogobierno de Cataluña" y termina su mensaje con toda una declaración de intenciones: "¡Seguimos!"
Al comentario de Puigdemont se añade lo que el vicepresidente, Oriol Junqueras, le ha dicho a la agencia Associated Press: "España no nos ha dejado otra opción que declarar una nueva república":
'Sotto voce', se comenta que Puigdemont no estaba dispuesto a propiciar una encerrona en 'terreno enemigo'. De hecho, no han ayudado las palabras captadas por una cámara de TV3 al líder del PP catalán y senador por designación del Parlament, Xavier García Albiol. "Nos vamos a reír", dijo Albiol a otro senador antes de constituirse la comisión de la Cámara Alta para tramitar las medidas sobre Cataluña aprobadas por el Gobierno.
El Senado había ofrecido a Puigdemont dos opciones: acudir a la Cámara alta para presentar sus alegaciones al 155 bien este jueves en comisión o el viernes durante el pleno que autorizará al Gobierno, gracias a la mayoría del PP, PSOE y C's, aplicar el artículo 155 de la Constitución. Puigdemont ha declinado ambas ofertas. La propia presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha comunicado este mismo miércoles a los grupos en la Cámara catalana la decisión del presidente de la Generalitat, motivo por el que el pleno del Parlament que debía comenzar a las diez de la mañana empezará a las cuatro de la tarde.
En lugar de responder a las medidas del Gobierno central con un debate parlamentario, el primero de este tipo que se habría celebrado sobre el órdago secesionista, los partidos que sostienen al Govern han decidido utilizar la herramienta más denostada por ellos mismos, que han tenido que sufrirla durante los últimos años al ver cómo sus iniciativas quedaban suspendidas o anuladas por el Tribunal Constitucional. Ahora, el PDeCat y ERC han recurrido al recurso de amparo ante el mismo tribunal para tratar de tumbar las medidas que se pretende poner en marcha al amparo del 155.
Los portavoces de ERC, Mirella Cortés, y del PDeCAT, Josep Lluís Cleries, han explicado que existen dos razones básicas por las que ambos grupos dan este paso. A saber, las irregularidades en la tramitación, que a juicio de los partidos independentistas suponen una vulneración de sus derechos como senadores, y que el propio paquete de medidas presentado por el Gobierno, que incluye la sustitución de cargos electos, no se ajusta a la Constitución.
"¿Significa esto que ustedes aceptan la autoridad del Tribunal Constitucional?", les han preguntado a los senadores durante la rueda de prensa que han ofrecido para presentar el recurso y Cleries ha respondido: "Significa que no tenemos otra vía a la que acudir". Es decir, se ha escabullido para no verbalizar la respuesta obvia: "Sí".
El Gobierno cree que Puigdemont no quiere el diálogo al que tanto apela
Por lo que se refiere a la renuncia de Puigdemont a comparecer, la respuesta del Gobierno no se ha hecho esperar. El portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, ha considerado que la decisión de no acudir al Senado evidencia que "no quiere hablar". "Está claro que el señor Puigdemont no quiere dialogar", ha enfatizado. El ministro ha subrayado que "cuando uno no viene a los sitios es porque no quiere hablar", "no quiere dialogar" y "no quiere atender a los requerimientos". De hecho, ha subrayado que ésa es la actitud que llevan viendo "desde el principio" porque ya en enero se le invitó a acudir a la Conferencia de Presidentes pero dejó "la silla de Cataluña vacía".
De la misma manera, ha recordado que antes del verano también se le invitó a acudir al Congreso de los Diputados, donde reside la soberanía nacional, para exponer su proyecto y buscar apoyos si lo que quería era "modificar el artículo 2 de la Constitución" y "hacer un pretendido referéndum de autodeterminación". Según ha añadido, entonces tampoco acudió a la Cámara Baja.
[Fuente: Por Pilar Gassent, República de las ideas, Madrid, 25oct17]
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