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12oct17
S&P alerta por primera vez que Cataluña podría entrar en recesión si sigue el desafío
Las advertencias de los organismos internacionales hacia Cataluña no hacen más que crecer. Hasta ahora nadie valoraba la posibilidad de que la región entrara en recesión a no ser que se consolidara una independencia real. Sin embargo, ahora S&P abre la puerta a que la región entre en recesión, esto es, viva al menos dos trimestres consecutivos de caída de su producción, incluso sin que se produzca la independencia. La agencia de calificación considera que la fuga de empresas tiene un efecto importante sobre la región que no conviene menospreciar, ya que supone un lastre para la confianza de los diferentes actores económicos.
Así, si las tensiones entre la Generalitat y el Gobierno de España no se relajan, el escenario para Cataluña sería muy complicado: "Cataluña tendría el mayor impacto, posiblemente podría conducir a una fuerte desaceleración o tal vez una recesión". Hasta ahora nadie contemplaba que la región podría caer en recesión, dada la tendencia tan dinámica que vive su economía, pero si las tensiones financieras se complican, podría ocurrir, explica S&P.
Este escenario sería todavía más posible si la Generalitat tuviese problemas financieros dado el clima de tensión con el Gobierno. Por ejemplo, si se complica la "refinanciación completa y a tiempo de la deuda de Cataluña de corto plazo o se reduce la efectividad del apoyo financiero del Gobierno central a Cataluña". Esto significaría que la región caería en impago, un hecho que dispararía la tensión en los mercados financieros. Pero la agencia continúa narrando un escenario preocupante: "Cataluña podría verse forzada a retrasar los pagos con los proveedores o, tal vez, incluso con sus propios trabajadores públicos, poniendo los servicios públicos en riesgo". Si se produce este escenario, "podría fácilmente acelerar la recesión económica y aumentar más los enfrentamientos políticos".
Lo más peligroso de este escenario que plantea S&P para Cataluña y para España es que esta situación podría desencadenarse en el contexto actual de tensión política. No sería necesario que Cataluña se independizara para ver todos estos problemas. Esto no significa que este sea el escenario central de la previsión de S&P, pero es un futurible que no se puede descartar. La Generalitat tiene que hacer frente en el próximo mes a un vencimiento de préstamos con los bancos por valor de 290 millones de euros y, al tratarse de deuda de corto plazo, no puede refinanciarlo con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). En el caso de que no consiga abonar esta cuantía, o tenga que detraer recursos de otras partidas, todo podría precipitarse.
S&P considera que en el caso de que el president, Carles Puigdemont, confirme que ha realizado una declaración unilateral de independencia, el Gobierno activará el artículo 155 de la Constitución Española para terminar convocando nuevas elecciones autonómicas en la región. En este contexto, la incertidumbre política podría llevar a una "sostenida caída en la confianza de las empresas y consumidores y una potencial interrupción de los negocios", señala la agencia.
En su opinión, Cataluña no se independizará, no solo por la dificultad de separarse de España, sino también porque necesitaría el reconocimiento de otros Estados a su declaración, y la agencia cree que no tendría el respaldo de muchos países y ninguno de Europa. En cualquier caso, la escalada de la tensión entre los dos gobiernos en las últimas semanas hace que la evolución del riesgo crediticio sea "menos prececible", explica S&P.
Por ejemplo, señala que las tensiones podrían afectar al ritmo de crecimiento del conjunto de España, haciendo imposible que alcance las previsiones que actualmente maneja la agencia. A pesar de que reconoce que el riesgo político no parece haber "afectado significativamente a la evolución macroeconómica", si llega a producirse, afectará al 'rating' de España, que actualmente es BBB+ y con perspectiva positiva. En el caso de Cataluña, no descarta nuevas rebajas de la calificación, ya que la tiene en "revisión negativa".
Las tensiones políticas también podrían terminar afectando a los bancos con más exposición a Cataluña, que son Sabadell y CaixaBank. S&P reconoce que su posición de liquidez todavía es cómoda, pero tienen que mantener la confianza de los depositantes y contener la salida de capitales. "Están manteniendo el contacto con los clientes para reducir las potenciales preocupaciones u ofrecer soluciones para aquellos que quieran guardar sus ahorros fuera de Cataluña", explica la agencia. Si la situación de incertidumbre se mantiene, "podría representar un riesgo potencial para las operaciones de los bancos en Cataluña", sentencia S&P, que por el momento no anticipa recortes del 'rating' de ninguno de ellos.
[Fuente: Por Javier G. Jorrín, El Confidencial, Madrid, 12oct17]
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