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31dic12
Muere Moisés Broggi, el último gran icono del independentismo catalán
El doctor Moisès Broggi, icono del independentismo catalán, murió esta madrugada a los 104 años de edad. A pesar de su longevidad, Broggi fue un activista hasta el último momento: en las elecciones generales de 2011 se atrevió a encabezar la lista al Senado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), una iniciativa más simbólica que otra cosa y con la que quería plasmar su compromiso político. En realidad, él mismo había advertido que, debido a su edad, pensaba dimitir inmediatamente, aunque al final no obtuvo los votos suficientes para salir elegido. Además, un accidente doméstico le mantuvo apartado de toda la campaña electoral.
En las municipales de mayo del año pasado también cerró la lista republicana de Esquerra de la ciudad de Barcelona. A pesar de todo, desde el año 2009 militaba en el partido Reagrupament, que había fundado el ex consejero de ERC Joan Carretero. Para entonces, ya hacía muchos años que había abandonado la militancia en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), partido al que se afilió en los años 70.
Moisès Broggi había formado parte de las Brigadas Internacionales como jefe de un equipo quirúrgico. Allí fue uno de los ideólogos de los hospitales flotantes y los quirófanos móviles, que evitaron muchas de las muertes de soldados que se producían en el frente por el retraso en ser atendidos. El primero de ellos se puso en marcha en Navacerrada y la mortalidad de los heridos bajó a la mitad.
Después de la guerra civil, estuvo represaliado, hasta el punto que el régimen franquista le despojó de todos sus cargos. Es más: le formó un consejo de guerra en el que le salvó el comandante que lo presidía, hermano de una aristócrata a la que Broggi había ayudado durante la guerra y a la que permitió escapar. En vez del paredón, al entonces joven médico le prohibieron ocupar un puesto oficial durante 10 años, por lo que se dedicó a la medicina privada y así conoció a la flor y nata de la burguesía catalana.
El propio Ernest Hemingway lo retrató en su libro Por quién doblan las campanas, en el que le tilda de "pequeño valeroso médico". Ambos eran compañeros de hotel en Madrid, junto a otros corresponsales de guerra (como John Dos Pasos) y médicos destinados en el frente.
Con la llegada de la democracia, comenzaron a lloverle cargos honoríficos y reconocimientos de todas las instituciones oficiales. En 1980, fue nombrado presidente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y poco después le concedieron la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat, así como la medalla de oro del Ayuntamiento de Barcelona. En el 2009, también recibió la medalla de oro de la Generalitat. En el 2010, inauguró el hospital de Sant Joan Despí, cercano a Barcelona, que lleva su nombre, un privilegio del que pocos científicos puede presumir.
Con motivo de su muerte, todos los partidos e instituciones políticas catalanas han glosado su figura. Reagrupament, el partido en el que militaba, rescató ayer las conversaciones que mantuvo con Joan Carretero en noviembre del año pasado, así como un pequeño artículo que el médico había escrito en aquella ocasión para el boletín del partido. "La unión con España no sólo es una rémora, sino que nos lleva a la ruina (...) La sentencia del Tribunal Constitucional del año pasado [se refiere a la sentencia sobre el Estatuto] fue una condena a la extinción institucional de nuestro pueblo (...) Es preciso que todos los que amamos el país nos impliquemos en la resolución de esta dominación de España", escribía entonces.
[Fuente: Por A. Fernández, El Confidencial, Madrid, 31dic12]
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