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08jun16
Puigdemont se someterá a una cuestión de confianza en septiembre tras el veto de la CUP
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado que en septiembre se someterá a una cuestión de confianza en el Parlament para comprobar si dispone de una mayoría suficiente como para seguir gobernando, después del veto de la CUP a los Presupuestos. El anuncio se ha producido inmediatamente después de que la cámara catalana rechazara, con los votos de la CUP y del resto de la oposición (72 contra los 62 de JxSí), la admisión a trámite de las cuentas de la Generalitat. Y después de que el 'president' certificara la ruptura del pacto de estabilidad con la formación anticapitalista que le permitió llegar al poder en una intervención durísima de 15 minutos.
"Ustedes han decepcionado a millones de personas. Entre sus votantes, hay gente que hoy no lo está pasando bien", ha dicho Puigdemont, que ha solicitado intervenir desde la tribuna de oradores para exponer las consecuencias que se derivarán del bloqueo presupuestario propiciado por quienes teóricamente eran los socios que debían dar estabilidad al Govern. En un tono contrariado, Puigdemont ha constatado que su gobierno "ha perdido la mayoría necesaria" para llevar a cabo sus planes y que han cambiado las "condiciones" previstas en el acuerdo firmado en enero con la CUP. "No tengo ningún interés en alargar injustificadamente el mandato. Yo quiero hacer la independencia", ha dicho Puigdemont, que ha acusado a la CUP de "deslealtad".
En las filas de JxSí ha sido evidente la decepción ante un comportamiento que, a juicio de sus dirigentes, no respeta el principio básico del pacto: que la CUP nunca votaría con las fuerzas de la oposición que impulsaran iniciativas para tumbar al Govern. De ahí que "traición" y "deslealtad" sean los conceptos más utilizados para definirlo. "Hace unos meses, un presidente de la Generalitat, confiado en la palabra de la CUP, dio un paso al lado. Hoy, otro presidente da un paso adelante, porque más vale eso que una rendición", ha dicho el portavoz de Junts pel Sí, Jordi Turull en alusión a la marcha de Artur Mas, que renunció a intentar ser investido de nuevo 'president' ante la resistencia de los anticapitalistas a apoyarle.
La intervención del 'president' desde la tribuna ha formalizado lo que ya se sabía desde primera hora de la mañana, que el pacto de estabilidad era papel mojado. Así lo ha reconocido el propio Puigdemont en la reunión que ha mantenido a primera hora con los diputados JxSí antes de empezar el pleno para debatir y votar las enmiendas a la totalidad que toda la oposición ha presentado a los presupuestos. En dicha reunión, el jefe del Ejecutivo catalán ha afirmado que la ruptura del pacto de estabilidad supone "un punto de inflexión (en la hoja de ruta hacia el Estado catalán) y tendrá consecuencias".
Pero Puigdemont también ha dicho que JxSí no se venderá a nadie y que sigue trabajando por la independencia, dando a entender que no descarta la búsqueda de una alternativa al apoyo de la CUP, indispensable para que esa fuerza política pueda sacar adelante iniciativas legislativas y, en definitiva, seguir gobernando. El rechazo de los presupuestos supone, de momento, que el Govern no podrá disponer de los 1.100 millones más que estaban previstos en el capítulo de gastos y que no se podrán revertir recortes para atender a las necesidades sociales de los ciudadanos. Eso es lo que ha advertido el vicepresidente económico, Oriol Junqueras, durante la presentación de las cuentas que unas horas después han sido rechazadas.
Iceta felicita a Puigdemont y abre la puerta a un pacto JxSí-PSC
Al perder el apoyo de los diez diputados de la CUP, JxSí se queda seis escaños por debajo de la mayoría absoluta del Parlament (68 de un total de 135) y esto estrecha bastante su margen de maniobra para impulsar cualquier iniciativa legislativa. Puigdemont tiene ahora dos opciones: acercarse al PSC (16 diputados) o a Catalunya sí que Es Pot, la versión catalana de Unidos Podemos (11 escaños) para acuerdos puntuales. Será determinante, de todas formas, lo que ocurra en las elecciones generales del próximo 26 de junio. Tanto es así que el presidente del grupo parlamentario del PSC, Miquel Iceta, ha felicitado a Puigdemont por someterse a una cuestión de confianza y le ha dicho que podrá "contar" con su partido si apuesta por "un nuevo pacto con el resto de España", por la "estabilidad" y por el "buen gobierno". El líder del PSC ha asegurado que la ciudadanía merece "más sinceridad, más realismo y más eficacia", y que él mismo ya había llegado a la conclusión de que la cuestión de confianza era la única salida para el Govern ante el veto a sus presupuestos.
No cabe duda de que si en el Gobierno central se produjera un vuelco político hacia la izquierda, cambiaría la relación con el Govern. Es significativo que en los últimos días se haya escuchado al portavoz en el Congreso de Democràcia i Llibertat, Francesc Homs, respaldando la creación de una comisión parlamentaria para debatir el encaje de Cataluña en el Estado español, un eslabón de la cadena hacia la independencia que los soberanistas daban por sobradamente superado no hace mucho.
Para rechazar los Presupuestos, la CUP alega que el Govern se equivocó en la forma de tramitarlos, ya que no los quiso negociar con ellos antes de llevarlos al Parlament y esto ha acabado siendo un escollo insalvable. En su reunión con el grupo parlamentario de JxSí, Puigdemont ha dedicado parte de su intervención a negar este relato, y ha asegurado que hubo hasta "16 reuniones formales" con la CUP para abordar el contenido de las cuentas antes de llevarlas al Parlament. Las palabras del jefe del Ejecutivo catalán han dejado claro que la legislatura quedaba "tocada" como ya admitió el martes por la noche la portavoz del Govern, Neus Munté, aunque Puigdemont ha apelado a mantener la unidad de JxSí, que encabezan ERC y CDC.
Roces y suspicacias entre Puigdemont y Junqueras
También ha tomado la palabra el conseller de Economía, Oriol Junqueras, que ha buscado desdramatizar la situación, entendiendo que el proceso soberanista continúa hacia adelante pese a este escollo. Así, otras fuentes parlamentarias presentes en la reunión, han asegurado que han visto un Puigdemont con un tono muy duro contra los anticapitalistas, mientras que Junqueras ha optado por una crítica más moderada al veto 'cupaire' o cupero, como se diría fuera de Cataluña.
Las relaciones entre Puigdemont y Junqueras no siempre han sido fáciles y ese es un elemento que habrá que valorar si el 'president' pierde la moción de confianza, si no prospera la búsqueda de un relevo dentro de su grupo parlamentario y si no hay más remedio que ir a unas nuevas elecciones. Junqueras, por ejemplo, destapó la caja de los truenos cuando planteó un incremento del IRPF para las rentas altas en el proyecto de los presupuestos, lo que fue rechazado de plano por sus socios de Convergència. Y no hay que olvidar las suspicacias que produjo en la parte convergente del Govern el encuentro secreto que el vicepresidente mantuvo con el líder socialista, Pedro Sánchez, durante su visita a Barcelona para entrevistarse con el 'president'.
Al dejar la moción de confianza para después del verano Puigdemont gana tiempo para ver qué pasa el 26-J, en primer lugar; limar asperezas con ERC de cara a una posible reedición de JxSí -el rechazo a las cuentas se produce a 24 horas de que empiece la campaña de las elecciones generales, por lo que la unidad de JxSí deberá medirse cuando se hayan celebrado los comicios y con los resultados en la mano- en segundo lugar y en tercero y último completar la refundación de Convergència antes de que los catalanes tengan que volver a votar. Es la primera vez en la historia del Parlament desde la restauración de la democracia que un Govern no puede aprobar los Presupuestos que lleva a la Cámara.
[Fuente: Por Pilar Gassent, República de las ideas, Madrid, 08jun16]
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