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11dic12


El Gobierno reestructura la empresa oficial de imagen exterior


Nueva ola de despidos en una empresa pública. El Consejo de Administración de Acción Cultural Española (AC/E), la empresa pública que se dedica a la promoción cultural de la marca España dentro y fuera del país, presentó el 30 de noviembre un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 38 de los 97 trabajadores de la compañía, lo que supone reducir la plantilla en un 40%. Este organismo, cuyo accionista único es la Dirección general del Patrimonio del Estado, lo preside desde marzo María Teresa Lizaranzu, esposa de Álvaro Nadal, el jefe de la Oficina Económica del presidente del Gobierno en Moncloa. Lizaranzu compatibiliza el puesto no remunerado con su cargo de directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, al que accedió en enero de 2012, mes y medio después de que el PP ganara las elecciones.

En el plan de adelgazamiento de la compañía, Lizaranzu no ha incluido a ninguno de los cuatro miembros que conforman el equipo directivo, todos con salarios superiores a los 100.000 euros brutos anuales. La empresa tampoco ha prescindido de los dos chóferes que están a disposición de la directora general, Elvira Marco, y de la directora de producción, Pilar Gómez: Juan José A. S. y Julián B. M., cuyos salarios ascienden a 40.200 y 37.661 euros brutos anuales. El coste de personal en 2011 superó los cinco millones de euros. Para 2012, la asignación presupuestaria es de 7,5 millones de euros, un 75% menos que el presupuesto recibido en 2011.

La AC/E nació en abril de 2010 de la fusión de las tres sociedades estatales destinadas a la promoción y difusión de la cultura española tanto dentro como fuera de España: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), SEACEX y Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI). Tras la fusión solo se suprimieron tres puestos. Desde entonces, los responsables de gestionar la empresa fusionada no han unificado los diferentes horarios, sueldos, dietas y vacaciones de los empleados, que han mantenido sus salarios según las diferentes sociedades de las que proceden y sin responder a ningún criterio homogéneo. Dos años después, la empresa justifica este ERE como "la culminación del proceso de fusión de las tres sociedades" que "coexistían" y que "daba lugar a importantes diferencias dentro de la plantilla".

Cuando el Consejo de Ministros dio luz verde al ERE en AC/E, la empresa solicitó un informe a una consultora externa para diseñar las directrices del plan de viabilidad en el que se dejó en evidencia que sobra gente porque faltan iniciativas estatales para internacionalizar la cultura española. En el análisis que diseñó People Matters, en conjunción con los datos que le facilitó la dirección de la compañía, se pone de manifiesto que la plantilla estaba sobredimensionada, sobre todo en las principales actividades de soporte (servicios jurídicos, comunicación y relaciones institucionales, económico-financiero, recursos humanos, sistemas de información, servicios generales, gestión documental y control de almacenes y secretaría) y, en menor medida, en sus actividades operativas y nucleares (asociadas a la actividad principal). Fuentes de la compañía aseguran a este medio que "ha sido necesario realizar una reorganización de la sociedad para crear una estructura única que pueda cumplir con los objetivos que tiene encomendados".

El análisis, al que ha tenido acceso El Confidencial, recomendaba una "importante reducción de plantilla" de hasta el 76% de los trabajadores. Un recorte que la empresa no propone para la dirección, "concentrada en cuatro puestos", lo que supone un "esfuerzo de racionalización" respecto al organigrama anterior a marzo de 2012", cuando ya se recortaron un 5% los salarios. En el mismo estudio, se insinuaba también que era necesaria la redistribución de los trabajadores para que hubiera menos empleados en el área administrativa y más en la de proyectos, pero tras el ERE apenas ha cambiado el número proporcional de empleados en una y otra área.

Un fichaje directivo dos meses antes del ERE

El citado informe recoge el puesto de nueva creación "pendiente de configurar". Era el fichaje del diplomático y poeta Miguel Albero, el director de Casa de América, que fue nombrado director de programación de AC/E, con un salario de 110.000 euros, dos meses antes de ejecutar el ERE que se ha llevado por delante a casi la mitad de la plantilla. Los responsables de elaborar el informe no creían necesario prescindir de alguno de los cuatro puestos de alta dirección, pese a que algunos de los afectados criticaron que no se haya reducido el número de directivos en la misma proporción que el de empleados. La compañía, por su parte, justifica el fichaje de Albero con que el organigrama de AC/E tras la fusión "comprendía un equipo de siete personas: presidente, gerente y cinco directores". Ahora, la presidencia de AC/E es "un cargo no remunerado, pero con responsabilidad patrimonial" y el equipo directivo está integrado por tres puestos: la dirección general, la dirección de programación y la dirección financiera y de recursos humanos. La compañía reconoce que la dirección de programación que ostenta Albero "gestiona también el área de comunicación y relaciones institucionales, que se ha fusionado en un solo departamento".

En el proceso de negociación de las condiciones tanto de los despedidos como de los trabajadores que mantenían sus contratos, la empresa se resistía a aplicar una bajada de sueldo a los directivos, como recoge el texto que la propia empresa entregó al comité de empresa el 31 de octubre para negociar el acuerdo de despidos. Finalmente, cedieron a aplicarse una rebaja del 15%, un recorte mucho más moderado que los 55 trabajadores que han conseguido mantener sus puestos, que a partir del 1 de enero verán menguar sus nóminas entre un 5% y un 46%.

[Fuente: Por Ana García, El Confidencial, Madrid, 11dic12]

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