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05ago09
La "ingenieria contable" del banco de España permite a La Caixa y Santander manipular los resultados de provisiones
Que los bancos y cajas de ahorros están ayudando todo lo que pueden y más a los promotores inmobiliarios para que no quiebren es cosa más que sabida. No lo es tanto una nueva práctica que va más allá y que empieza a hacer furor en el sector: financiar a los promotores para que terminen las obras que tienen a medias, aunque no se vendan los pisos. Esta actuación, aparentemente absurda, tiene muchísimo sentido: aprovechar la 'ayudita' que Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha otorgado al sector con el cambio de los criterios contables del Banco de España.
La semana pasada, el mayor banco y la mayor caja de ahorros de España -Santander y La Caixa, respectivamente- firmaron sendos acuerdos con la Asociación de Promotores de España (APCE) que preside José Manuel Galindo (quien consideraba "imposible" una crisis inmobiliaria en España hace sólo unos meses). Dichos acuerdos consisten en un compromiso de las entidades financieras para que los promotores quebrados que les deben dinero puedan terminar las viviendas que tienen a medias; la imposibilidad de vender los pisos y, en consecuencia, de devolver el dinero que deben a los bancos, es lo que les ha obligado a incurrir en impago y a parar las obras. Pero ahora tendrán el dinero que necesitan para acabarlas.
Esta situación kafkiana tiene una explicación: le interesa a la banca, como no podía ser de otra manera. Explicación que viene del cambio de los criterios contables que aprobó el Banco de España hace unas semanas para relajar la apuradísima situación de nuestro sistema financiero. Dicho cambio consiste en que los bancos ya no tendrán que provisionar el 100% de los inmuebles que garantizan préstamos morosos, como hasta ahora, sino sólo el 30% (es decir, que el supervisor cree que los pisos nunca caerán por debajo del 70% de su valor en el boom).
Pero hay un requisito muy importante para poder aplicarse esta norma de provisionar sólo el 30% en vez del 100%: que la vivienda esté terminada. Si está a medias, se sigue aplicando el criterio anterior, es decir, el de provisionar el 100% del crédito fallido. La pregunta es sencilla: ¿Qué le interesa más a la banca, provisionar el 100% o poner el dinero necesario para que se acaben las obras y poder provisionar el 30%? La respuesta es igualmente sencilla: la segunda.
Evitar más provisiones como sea
Echando cuentas, poner un poco más de dinero es peccata minuta a cambio de poder ahorrarse el 70% de toda la promoción en provisiones. Sobre todo ahora que los márgenes esplendorosos de la banca en el primer semestre se van a venir abajo en cuanto se traslade la bajada de tipos a las hipotecas y que va a llegar la temida segunda oleada de morosidad, la de las familias normales que se han quedado en el paro.
No hay tiempo que perder, y los primeros que los han visto claro son las entidades que presiden Emilio Botín e Isidre Fainé. Esto es un negocio y el pragmatismo se impone: igual que ahora resulta más interesante comprar deuda pública que prestar a familias y empresas la liquidez ilimitada que inyecta el BCE, también interesa refinanciar la deuda de los ladrilleros en quiebra para que no entren en concurso. Y ahora, interesa darles más todavía con tal de que terminen las obras.
Es importante resaltar que no importa si los pisos se venden o no (en la actualidad no se vende ni uno, como es bien sabido). Para el Banco de España, el criterio determinante no es la venta de los pisos, sino únicamente que estén terminados. Algo que ha sido muy criticado en el sector, al igual que otro elemento cuanto menos llamativo: que esta relajación de provisiones se aplique al suelo rústico pero no al recalificado.
Impacto de hasta 5.000 millones
La firma de análisis AFI hace un cálculo del impacto que eso puede tener en las cuentas del sector. Parte de la hipótesis de que la mayoría del préstamo promotor no supera el 70% del valor de las viviendas. En ese caso, si se finaliza el 75% de las promociones actualmente clasificadas como morosas -que representaban en marzo unos 25.000 millones de euros, con unas provisiones dotadas en torno a 7.700 millones-, los bancos liberarán unos 5.000 millones de exceso de provisiones. Una cifra que representa casi el 20% de las provisiones existentes a marzo de 2009. Ahí está la verdadera razón de estos acuerdos con la APCE.
La nueva normativa del Banco de España tendrá otras dos consecuencias adicionales, según distintas fuentes del sector: las entidades ya no tienen tanta necesidad de quedarse con activos inmobiliarios para detener el explosivo crecimiento de la morosidad; y puede haber una avalancha de nuevas tasaciones de inmuebles que respaldan hipotecas morosas, para que las provisiones bajen más todavía.
[Fuente: Cotizalia, Madrid, 05ago09]
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