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02oct05
Se produce un acuerdo entre PDVSA, Repsol y Enarsa.
Las decisiones políticas para que avance la integración petrolera entre Venezuela y Argentina están tomadas. Eso quedó demostrado en Brasilia, entre jueves y viernes, con una ronda de acuerdos que pueden cambiar el mapa energético local. Pero los detalles técnicos están por venir y la mayor parte de los negocios lanzados son, por el momento, expresiones de voluntad.
El jueves, Néstor Kirchner y Hugo Chávez anunciaron el desembarco de la petrolera estatal venezolana PDVSA en la Argentina a través de dos acuerdos: uno implica la compra de las 130 estaciones de servicio y una refinería de Rhasa en 92 millones de dólares, negocio en el que la estatal argentina Enarsa tendría el 50%; el otro abarca la compra, también, de las 172 bocas de expendio de Sol, controlada por la estatal uruguaya Ancap. El viernes, con la presencia de Chávez y el presidente de Repsol-YPF, Antonio Brufau, se dio un segundo paso: Repsol y PDVSA intercambiarían áreas petroleras en la riquísima cuenca venezolana de Orinoco por petróleo argentino (hasta el 10% de la producción de la española), además de que Repsol garantizará por un año provisión de crudo para la red PDVSA/Rhasa/Sol.
Hay dos ejes que sostienen esta batería de anuncios. 1) La voluntad de Chávez de expandir PDVSA hacia el sur del continente (ver pág. 24). 2) La estrategia de Repsol-YPF, que busca crecer vía asociaciones para evitar ser adquirida por un tercero (en estos días hubo temor en la cúpula de la española por las versiones de compra hostil por parte de la inglesa BP. La española también definió que su perfil ideal de socios son empresas estatales. Y, además, su última Asamblea de Accionistas recomendó diversificar riesgos; léase, poner menos huevos en la canasta argentina y buscar negocios en otros países.
Las voluntades para los acuerdos están claras, pero al leer los textos de los mismos quedan dudas sobre su implementación. "El detalle técnico, la letra fina de los acuerdos va a demorar", dijo un empresario que participó de la discusión. En el caso de los convenios de Repsol con PDVSA se fijaron 45 días de plazo para lograrlo, pero prorrogables al menos por otro período igual.
La velocidad con que se hizo la convocatoria explica parte de esa indefinición: Brufau fue avisado de la firma el martes, y voló de improviso; el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, estaba en Ecuador al margen de la negociación; Kirchner definió ir a Brasil recién a comienzos de semana, cuando le dijeron que estos convenios estaban avanzados.
Algunos puntos que faltan cerrar:
- No se sabe aún cómo implementar el intercambio de petróleo argentino por áreas en Orinoco. Las propios hombres que deben concretar el acuerdo dudan si PDVSA será socia en los campos petroleros de Repsol en Argentina, si tendrá un contrato de compra de fluido, o cómo se instrumentará. "Tampoco pueden ponerle una cifra, porque se dice hasta 10% de la producción de Repsol, o sea 27 millones de barriles anuales, pero primero hay que fijar cuánto vale ese petróleo, y cómo valorizar las reservas venezolanas para el intercambio", añaden en el sector.
- La empresa mixta entre Repsol y PDVSA que explotaría petróleo en el Orinoco debe ser aprobada por el Parlamento venezolano, dicen los técnicos.
- PDVSA anunció que comprará las estaciones de Sol en la Argentina. Pero el gobierno uruguayo (dueño de Sol) dice que se asociará con los venezolanos, no que las venderá. Enarsa, además, analizó tiempo atrás esa adquisición, pero había cortado las negociaciones. Y Repsol-YPF también había estado mirando la red para quedarse con ella.
- Se anunció la compra de la red de Rhasa, junto con la destilería que tienen en Campana, en las que Enarsa sería socia. La estatal argentina, sin embargo, hasta la semana pasada había descartado esa operación, y estaba trabajando en la línea de armar su propia red de estaciones de servicio: ya entrevistaron a 150 propietarios de bocas para incorporarlos a esa hipotética cadena.
- Enarsa no pondría su 50% de los 92 millones de dólares que costaría la red de Rhasa: lo pondría PDVSA y la argentina se lo devolvería con las utilidades. Sin embargo, los empresarios del sector ven eso hoy inviable: "El litro de combustible deja unos 10 centavos de margen bruto, y con eso o se pierde o se empata, nunca alcanza pa ra pagar esas cifras", dicen.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 02oct05]
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