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02jun14
Abril-Martorell prepara su salida de Prisa después de su divorcio con Cebrián
Un final hace tiempo anunciado. Fernando Abril-Martorell no aguanta más. El consejero delegado del grupo Prisa prepara su salida tras el progresivo deterioro de sus relaciones con el presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián. Así lo aseguran a Vozpópuli fuentes del propio conglomerado mediático. Un nuevo fracaso en el historial del que un día fuera considerado uno de los ejecutivos españoles más prometedores. De mal en peor. Si sorprendió el anuncio de su fichaje como segundo de Cebrián en Prisa, una sociedad sin futuro y abocada al desastre por culpa de la mastodóntica deuda que ya entonces arrastraba, mayor sorpesa aún causó conocer la intenciones del fichado, que no eran otras que las de sustituir al propio Cebrián tras un corto periodo de rodaje. Eso era no conocer a Cebrián.
La historia ha terminado como tantos imaginaban. Tanto el destino del número dos del holding como la fecha definitiva de su adiós no están claros, aunque se conocerán en breve. El interfecto ya ha anunciado a sus más próximos que se va, ello tras haber contribuido decisivamente a reducir a escombros el gran imperio creado en su día por Jesús Polanco, con dos últimas operaciones de gran alcance: la refinanciación de la deuda acordada con fondos buitre y bancos y la venta de Digital Plus a Telefónica por 725 millones de euros.
Al decir de las fuentes, el consejero delegado del grupo mediático pretende oficializar su salida cuanto antes. Y ese cuanto antes significa en cuanto encuentre un nuevo empleo. ¿Tal vez el Banco Santander? Las relaciones entre Abril-Martorell y Cebrián se han ido deteriorando, en efecto, en los últimos meses. Sin ir más lejos, ambos habrían mantenido posturas distintas en las negociaciones mantenidas con Telefónica para acordar la venta de la plataforma de pago. El hijo del que fuera vicepresidente del Gobierno con la UCD ha venido deslizando la especie de que determinados accionistas de Prisa desean la salida de Cebrián, sobre todo por las malas cifras económicas que arroja su gestión, accionistas que obviamente desearían su sustitución por el actual número dos, algo del todo punto imposible, puesto que el presidente ha salido reforzado en los últimos meses en el seno del consejo de administración.
Mucho se ha hablado de las malas relaciones entre los dos mandamases de Prisa, en realidad uno solo, porque el otro no ha pasado nunca de ser un "mandao" de Cebrián. De hecho, la marcha de Abril-Martorell se había convertido en un rumor casi habitual. En varias ocasiones en los últimos meses, los portavoces del holding de medios han asegurado a Vozpópuli que dichos encontronazos eran "rumores", "filtraciones para hacer daño" y "mala literatura", insistiendo en que ambos tenáin una buena relación y se complementaban en sus funciones para sacar adelante a un conglomerado mediático que debe la friolera de 3.200 millones y se ha visto obligado a vender activos en las últimas semanas para sobrevivir. Sin embargo, las fuentes ahora consultadas insisten en que no hay marcha atrás y Abril-Martorell está de salida.
El último servicio
Aparte de las batallas personales, el grupo continúa con su política de reducir deuda con el dinero obtenido en las diferentes ventas de activos. Dos semanas atrás Prisa recompró deuda por valor de 120 millones de euros conseguidos tras vender un porcentaje de Mediaset. Una vez vendido el citado paquete en la empresa italiana y una parte de Santillana, solo queda cerrar los últimos flecos de la venta de Digital Plus a Telefónica. De hecho, según las mismas fuentes, la participación de Abril-Martorell en esta operación será algo así como su "último servicio" al grupo editorial que en su día fundara Jesús de Polanco.
Prisa y la operadora de telefonía están a punto de anunciar el cierre definitivo de la transacción. A finales de la semana pasadael presidente de Telefónica, César Alierta, afirmó durante la junta general de accionistas que esperaba cerrar el contrato con Prisa para la compra de su plataforma de televisión de pago. Una venta cifrada, como ya se ha dicho, en 725 millones y que puede provocar un cambio radical en la forma de hacer televisión en España. Una vez finiquitado este asunto, Abril-Martorell hará efectiva su salida. Su problema consiste en encontrar un nuevo puesto tan bien pagado como en Prisa, porque ciertamente será difícil encontrar un destino donde le paguen lo que en Prisa: en 2013 se embolsó 1,6 millones de euros por su labor. No hay que desesperar: la verdadera habilidad de Fernando Abril-Martorell ha consistido siempre en encontrar empleos sucesivamente mejor pagados, aunque, eso también, cada vez más irrelevantes.
[Fuente: Vozpópuli, Madrid, 02jun14]
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