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28may13
La banca pide la cabeza de Cebrián para refinanciar la deuda de Prisa
Banco Santander, La Caixa, Bankia y HSBC están dispuestos a echarle otro cable a Prisa, que se enfrenta a la enésima refinanciación de su abultada deuda al incumplir sus compromisos con sus acreedores. Eso sí, la ayuda no será gratis. De hecho, las entidades financieras han condicionado un nuevo aplazamiento de los pagos a la salida del presidente, Juan Luis Cebrián, a quien vence su contrato a finales de este año. El interés choca con los deseos del primer ejecutivo de la compañía, que ya ha dejado claro a su entorno que su intención es continuar al frente de la firma, incluso por otros tres años.
Fuentes financieras y otras internas del grupo confirman las pretensiones de la banca acreedora, que busca soluciones in extremis para un grupo que arrastra una deuda neta a la que no puede hacer frente de 3.100 millones. Por ese motivo, Prisa anunció en la presentación de los resultados del primer trimestre que antes del verano comenzará un nuevo proceso de negociación con la banca para alargar por tercera vez en tres años el vencimiento de sus créditos. Sólo en marzo de 2014 afrontaba pagos por encima de los 1.200 millones, inasumibles con lo que actualmente genera el negocio.
"La idea es mejorar el escalonamiento de los pagos en función de la evolución del negocio y de conseguir más flexibilidad", aseguraban sus gestores, abogando por una suerte de refinanciación a la carta. La banca espera que la propuesta inicial de Prisa llegue entre finales de junio y principios de julio para alcanzar "un acuerdo de largo plazo -y no de corto, como hasta la fecha-," que asegure el futuro del grupo y el cobro de la deuda. Pero la primera condición la han puesto los acreedores, que exigen que Cebrián deje el puesto de presidente, al que accedió en julio de 2012.
Prisa alcanzaba a finales de 2010 un pacto con las firmas de inversión y hedge funds incluidos en la sociedad estadounidense Liberty Acquisitions Holdings Corp. para recapitalizar el grupo de medios por importe de 650 millones de euros. El pacto incluía una "condición previa": obtener un acuerdo laboral con el factótum de Prisa. "Será de un plazo no inferior a tres años y contemplará otras condiciones pactadas de mutuo acuerdo entre Prisa y Cebrián", subrayaba. El trienio vence en los próximos meses, pero los principales bancos que orbitan en torno a Prisa ya saben que el presidente ejecutivo de la compañía no tiene intención de hacer las maletas.
"Juan Luis no se quiere ir. Y su autoridad en el grupo es tal que hace muy difícil que puedan sacarle los bancos, por mucho que tengan la sartén por el mango. Hay incluso quien sostiene que, en la actual situación, es insustituible en la casa. Es quien mejor puede manejarla", aseguran fuentes próximas al proceso. Cebrián, que percibió más de 13 millones de euros por su gestión en 2011, aseguraba durante el cortejo a Liberty que no pretendía perpetuarse en el cargo. "Necesitamos un cambio importante en la gestión.Yo puedo poner en marcha la mayor parte. El final del cambio es cambiarme a mí. Ese es el pacto", aseguraba en esas fechas en una entrevista con The Guardian. No parece considerar, sin embargo, que ese momento ha llegado.
El plácet del Gobierno
La salida del ejecutivo allanaría el camino para el grupo. Según las mismas fuentes, el 80% de los prestamistas de Prisa, liderados por Santander, La Caixa, Bankia y HSBC, están a favor de darle más tiempo para pagar e incluso a concederse nuevas líneas de financiación siempre y cuando Cebrián abandone la compañía. "No se le puede dar dinero nuevo a un directivo que ha sido incapaz de cumplir sus compromisos. Es lo lógico", expone un banco próximo a las conversaciones.
La salida del actual factótum de Prisa es la premisa que los bancos le han puesto encima de la mesa a Fernando Abril-Martorell, el consejero delegado del grupo que mantiene la interlocución con los acreedores. Según otras fuentes, el Gobierno, que en diciembre de 2011 bendijo la última refinanciación fallida, ya ha sido informado de este movimiento, que vería con buenos ojos.
Telefónica, accionista de Digital+ y financiador de Prisa, también está al corriente de las negociaciones. La operadora negoció en enero la compra de otro 25% de la televisión de pago, adquisición que se detuvo por las divergencias en el precio y porque César Alierta decidió aguardar a una propuesta global de reestructuración del grupo. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, estuvo al tanto de las conversaciones, ya que ni el presidente de la teleco ni los bancos querían dar un paso adelante sin el conocimiento de Moncloa dadas las tensas relaciones entre el Ejecutivo de Mariano Rajoy y el holding de los Polanco.
[Fuente: Por Agustín Marco y Daniel Toledo, El Confidencial, Madrid, 28may13]
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