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10ago11
El nuevo socio de Prisa ficha a Rato como asesor para su 'think-tank'
Nicolas Berggruen, el nuevo socio de los Polanco en Prisa, no escatima esfuerzos a la hora de incorporar nombres ilustres a su flamante think-tank. Y uno de sus últimos fichajes ha sido el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, que se suma como asesor a un proyecto que cuenta en sus filas con hasta cuatro consejeros del grupo de medios y en el que ya trabajan figuras de peso como Felipe González. El denominado 21st Century Council es el primer foro que lanza el Nicolas Berggruen Institute (NBI) y constituye su apuesta para tomar el relevo de instancias “obsoletas” como la Comisión Trilateral o la Conferencia Bilderberg.
Paradójicamente, la antigua Caja Madrid, ahora la cotizada Bankia, es uno de los principales acreedores de Prisa. El grupo de medios asumía a finales de 2007 un crédito para afrontar la opa por el 100% de Sogecable; una operación por la que se formaba un club de bancos financiadores compuesto por HSBC, La Caixa, BNP, Banesto, Natixis y la propia Caja Madrid. El importe total del llamado préstamo puente se elevó hasta los 1.950 millones de euros, montante que disparó la deuda total de Prisa hasta los 5.000 millones de euros. Desde entonces, la compañía quedó a expensas de sus bancos y de sus medidas de gracia para aplazar los vencimientos. La última refinanciación alcanza hasta el año 2013, aunque la partida no ha acabado.
Y es que Juan Luis Cebrián, consejero delegado de Prisa, ya avanzaba en la última Junta General de Accionista que la intención del grupo es “renegociar plazos, condiciones y vencimientos” con sus bancos acreedores. Aunque el Nicolas Berggruen Institute y su 21st Century Council se definen como un foro de reflexión “independiente” y no vinculado a “partido político alguno”, sí aseguran tener como objetivo “forjar una red global de relaciones personales” que debatan y busquen influir en las decisiones de gobierno y moldear la opinión pública “a través de la persuasión moral y la voz de la razón y la experiencia”. La opinión de Rato pesará ahora en ese esfuerzo.
El 21st Century Council se establece en cuatro niveles. En el primero se integran líderes globales, como el propio González, Gerhard Schroeder, Fernando Enrique Cardoso o Pascal Lamy, entre otros. Un segundo nivel acoge a pensadores globales, con figuras como Francis Fukuyama, Amartya Sen, Joseph Stiglitz o Nouriel Roubini. Finalmente, se introducen otros dos grupos: agentes de cambio y asesores, último plantel éste en el que trabajarán mano a mano Cebrián y el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). La intención declarada del organismo es efectuar dos reuniones anuales en diferentes ciudades del mundo.
Las ‘liasons’ entre Prisa y el NBI
Berggruen ha sido la principal tabla de salvación de Prisa. El financiero y su partenaire, Markin E. Franklin, eran la cabeza visible de Liberty Acquisition Holdings Corp., el vehículo inversor que inyectó a finales del año pasado 650 millones de euros en la empresa y permitió a la familia Polanco cumplir con las exigencias de la banca para refinanciar la deuda hasta 2013. A cambio, los accionistas históricos perdían la mayoría y Berggruen y Franklin entraban en el Consejo de Administración de la sociedad. Su incorporación a Prisa parece haber establecido una suerte de puente aéreo entre el grupo de medios y el citado think-tank, ya que muchos nombres se repiten.
De hecho, la remodelación del Consejo de Prisa efectuada a finales del pasado año suponía la salida de consejeros vinculados al fundador de la casa, Jesús Polanco, y la entrada en el cónclave de figuras como Ernesto Zedillo o Alain Minc, además del propio Berggruen. Los tres están en el 21st Century Council. Cebrián sería el cuarto consejero que forma parte del proyecto del financiero. No son las únicas liasons. Corría mediados de mayo y Prisa anunciaba a bombo y platillo la incorporación de Ariana Huffington al Consejo del diario El País. La empresaria de medios también está presente como agente de cambio en el NBI. Todo queda en casa.
El interés de Berggruen por explorar nuevas fórmulas de gobierno enlaza con su sensibilidad para los negocios y la gestión de su patrimonio. Como publicó en su día este diario, el financiero es un homeless en sentido estricto. Vendió su finca de Nueva York y su mansión de Florida, ya que prefiere residir en hoteles de todo el mundo. No quiere cargas materiales más allá de su colección de arte. Del mismo modo, apuesta por sustituir el value investing por el values investing. Según aseguraba en 2008 en el Wall Street Journal, su holding estaba “poniendo millones de dólares en proyectos que espera eleven su fortuna al tiempo que alivian problemas sociales”. Un paso más hacia la eco-inversión.
[Fuente: Por D. Toledo, El Confidencial, Madrid, 10ago11]
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