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13mar06
Argentina y Uruguay acordaron hallar una solución en 90 días.
Como lo insinuaron después del abrazo que se dieron en público el viernes por la noche, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez se reunieron ayer, fuera de agenda, en la capital chilena y dieron un paso fundamental para destrabar el conflicto entre la Argentina y el Uruguay por las papeleras.
La tregua llegó tras un largo verano de tensión, de la mano de una declaración conjunta en la que ambos presidentes "exhortan" a los ambientalistas argentinos y a las dos empresas que construyen las plantas en el Uruguay (una española y otra finlandesa) a hacer "un gesto" que permita la reapertura de negociaciones entre ambos gobiernos.
El "gesto" —término que Kirchner y Vázquez coincidieron en subrayar en el breve contacto con la prensa— consiste en que los empresarios frenen las obras por 90 días y que, durante el mismo período, queden suspendidos los cortes de dos de los tres puentes que unen a ambos países.
Si las partes aceptan la propuesta —y ya hay señales en ese sentido— Kirchner y Tabaré retomarán personalmente las negociaciones en dos nuevos encuentros cuyas sedes fueron fijadas: el primero se haría en Anchorena (localidad uruguaya del departamento de Colonia) y el segundo en Mar del Plata. Allí deberían definir como se evaluará el impacto ambiental de las papeleras, motivo de la disputa.
La reunión de ayer se hizo a las apuradas y bien temprano, ya que los dos presidentes debían trasladarse antes del mediodía a Valparaíso —a 110 kilómetros de Santiago—, para asistir a la toma de posesión de la nueva presidenta chilena, Michelle Bachelet, en la sede del Parlamento. Después de todo, era el motivo que los hizo coincidir en Chile.
Charlaron desde las 8.30 hasta las 9, con sus cancilleres como únicos testigos, en un salón del piso 21 del Hotel Sheraton, donde se hospedan las delegaciones, al pie del cerro San Cristóbal.
Como lo reveló Clarín, la noche anterior, los dos presidentes habían transmitido su propio gesto de distensión, al estrecharse en un abrazo delante de los fotógrafos que documentaban las escenas previas a la cena ofrecida a los mandatarios por el presidente saliente, Ricardo Lagos, en el Palacio de la Moneda.
De las palabras que se cruzaron allí surgió el acuerdo para sentarse a solucionar el conflicto. Kirchner sorprendió al canciller Jorge Taiana y al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando esa noche les pidió que se aboquen a los detalles de la reunión.
Los dos funcionarios que integraron la comitiva venían trabajando en el caso, sin resultados a la vista. Taiana se encargó de la diplomacia formal, que llegó tarde al conflicto, y Fernández transitaba con dificultad los caminos de la diplomacia paralela.
Finalmente, el presidente argentino y su par uruguayo impusieron un estilo poco frecuentado: el de la diplomacia espontánea. Lo hicieron justo cuando la amistad política que construyeron hace tiempo estaba a punto de quebrarse.
La escalada de tensión entre los gobiernos no aflojó cuando, en su discurso del 1º de marzo, Kirchner le pidió a Tabaré que frene la construcción de las papeleras como gesto negociador. El uruguayo replicó que primero debían suspenderse los cortes de ruta del lado argentino.
La fórmula que encontraron ayer es pedir gestos "simultáneos" de los dos sectores en pugna. Aunque el término quedó para la formalidad del texto que redactaron Taiana y el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano. En público, Tabaré aceptó que las empresas anuncien primero la voluntad de suspender las obras a la espera de un levantamiento inmediato de los cortes de ruta en Entre Ríos.
Más tarde, el presidente uruguayo reveló las cartas que guardaba bajo la manga. "Tengo entendido que Botnia y ENCE (los nombres de las papeleras) están dispuestas a detener las obras", dijo. Aunque en declaraciones a periodistas de su país dio por seguro que "las papeleras se van a instalar en el Uruguay. Este es simplemente un paso para que los gobiernos podamos avanzar".
Kirchner fue más medido. "Soy optimista. Somos países amigos y presidentes amigos con una visión parecida", se limitó a comentar antes de abordar por la tarde el Tango 01 que lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Al mediodía, los dos presidentes habían vuelto a charlar amablemente en el Parlamento, mientras esperaban la ceremonia de traspaso del mando. Y volvieron a verse en el almuerzo ofrecido por Bachelet en la residencia presidencial de Viña del Mar.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 13mar06]
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