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24jul24


Argentina acelera la obra de una planta de licuefacción, una de las mayores en su historia


Se trata del puerto para la planta que permitirá licuar y así exportar el gas de Vaca Muerta. La obra, que requerirá una inversión de aproximadamente 30.000 millones de dólares, permitirá revertir el déficit de la balanza energética, alcanzando saldos exportables por 20.000 millones de dólares anuales, según estimaciones oficiales.

La industria hidrocarburífera argentina se encamina hacia un norte claro: convertir al país en un gran exportador de gas a partir de la explotación de los cuantiosos recursos yacentes en la formación Vaca Muerta (sur). La barrera que separa al sueño de la realidad es concreta: la multimillonaria inversión requerida para construir una planta de licuefacción para poder transportar el gas en barcos.

El proyecto, considerado como la "mayor obra de infraestructura de la historia nacional", es liderado por la firma local YPF junto a la malaya Petronas e insumiría inversiones por 30.000 millones de dólares. De concretarse, Argentina podría alcanzar en 2031 exportaciones anuales por la misma cifra --contabilizando también las ventas de petróleo al exterior--, según estimaciones oficiales

La iniciativa impulsada por el Gobierno de Javier Milei fue ideada durante la presidencia de Alberto Fernández (2019-2023) con el fin de revertir el déficit de la balanza energética, que históricamente redundó en una considerable sangría de divisas para el Banco Central.

La multimillonaria inversión complementaría al resto de desarrollos relativos a la industria hidrocarburífera tales como el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner --que permite el traslado del gas desde Vaca Muerta hasta la provincia de Buenos Aires (centro), la zona de mayor consumo a nivel nacional-- como las plantas compresoras, que permitirían duplicar la capacidad de transporte del recurso a través del ducto.

La ventana de oportunidad

"La inversión sería multimillonaria, pero lo más importante es poder exportar gas. Lo cierto es que la cifra inicial a desembolsar no es mucho mayor a lo que ya se invierte anualmente en Vaca Muerta, que es cerca de 7.000 millones de dólares", dijo a Sputnik Paulo Farina, exsubsecretario de Energía Eléctrica de la Nación y socio de la consultora Vis Viva.

Según el experto, los saldos exportables resultan auspiciosos para motorizar la atracción de capitales: "de acá a unos años podremos generar unos 15.000 millones de dólares anuales, aun en medio de la transición energética. Ese es el piso de cara a 2030: poder explotar las enormes cantidades de gas que son muy superiores a lo que podríamos consumir", señaló.

"La planta compresora va a duplicar la capacidad de traslado del gas. La planta de licuefacción abre la posibilidad de exportar el recurso. Ambas son herramientas fundamentales para consolidar a la industria hidrocarburífera nacional como un jugador de peso global", precisó el investigador.

Por supuesto, la inserción de Argentina como jugador en el mercado internacional hidrocarburífero depende de factores exógenos. Pese a disponer de Vaca Muerta, la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo no convencional, el país austral deberá disputar un lugar ante potencias de peso en el tablero global: "El mercado del gas natural licuado tiene muchos años, y en este tiempo se han consolidado tres jugadores de peso como Catar, Rusia y Estados Unidos. Habrá que adaptarse para lograr el ingreso a estas ligas", afirmó Farina.

La disputa política

Una de las principales disputas a saldar para la concreción de la obra es el lugar en el que se instalará. Hay dos candidatas: la ciudad de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires (centro), y Punta Colorada, localidad de la provincia de Río Negro (sur).

En esta última, la firma estatal YPF ya decidió construir un puerto de aguas profundas para montar allí una terminal de exportación del petróleo crudo de Vaca Muerta. En caso de avanzar con la planta de licuefacción de gas, la zona constituiría en un polo exportador aprovechando las inversiones ya aprobadas.

En el caso de Bahía Blanca, la ciudad bonaerense ya cuenta con un puerto, accesibilidad vial y la capacidad logística de transporte de energía eléctrica. Además, en la ciudad se ha desarrollado un polo petroquímico, el quinto más relevante de Sudamérica, que podría aprovechar el gas para ampliar su producción industrial.

Las diferencias también son políticas. El Gobierno de Milei ha expresado en reiteradas oportunidades que la puesta en marcha de la multimillonaria obra dependería de la adhesión al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), capítulo clave de la ley bases aprobada en el Congreso que garantiza sendos beneficios impositivos y cambiarios a los desembolsos superiores a los 200 millones de dólares.

Abiertamente opositor a la administración nacional, el gobernador bonaerense Axel Kicillof se ha manifestado abiertamente contra el RIGI, lo cual podría atentar en contra de que la obra se instale en su provincia. Para evitar perjuicios, el mandatario decidió enviar a la Legislatura local una iniciativa muy similar --denominada Proyecto de Fomento de Inversiones Estratégicas-- capaz de seducir a los capitales interesados en financiar la planta de licuefacción.

En este marco, Milei tomó partido y criticó abiertamente al gobernador peronista, a quien tildó de "expropiador serial". "En Buenos Aires tenés al lastre de Kicillof. ¿Le van a confiar a un comunista? Si hubiera querido hacer las cosas bien, se hubiera adherido al RIGI nacional", dijo en declaraciones radiales.

En respuesta, el mandatario bonaerense expresó en sus redes: "Enoja y, a la vez, entristece escuchar al presidente abordar un tema tan importante de manera tan superficial y grosera. Y, además, con tanta agresividad. No podemos naturalizar que quien conduce el Estado nacional y representa a nuestro país se maneje con tanta irresponsabilidad".

Consultado al respecto, Farina apuntó que "la discusión política es secundaria a la luz del potencial de Vaca Muerta. Tanto el RIGI impulsado por Milei como la alternativa propuesta por Kicillof apuntan a garantizar que haya inversiones en el sector".

"El RIGI era necesario: la discusión es de matices. No creo que fuera imprescindible dar tantos beneficios impositivos, cambiarios y aduaneros, pero lo importante es que finalmente se puedan concretar las inversiones. Este proyecto no va a explotar por el hecho de que haya una ley, sino por el enorme potencial que tiene la industria", remarcó el experto.

[Fuente: Sputnik Mundo, Moscú, 24jul24]

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