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19sep10


El FMI teoriza con el fin del dólar como divisa internacional


Cuando tras la Segunda Guerra Mundial las potencias occidentales acordaron en la conferencia de Bretton Woods el uso del dólar como moneda de intercambio internacional, sabían que sería el paso definitivo para la consolidación de Estados Unidos como primera potencia económica mundial.

Setenta años después, una severa crisis financiera internacional amenaza con cambiar las reglas de juego de la economía, y la misma institución que elevó al dolar como moneda de referencia mundial, el FMI, plantea ahora en un informe puramente teórico su sustitución por una nueva divisa internacional, el Bancor, que refleje las condiciones reales del comercio internacional.

Analistas y expertos económicos se muestran escépticos ante la idea de que la divisa estadounidense como moneda 'mundial' tenga los días contados. El director de servicio de estudios de IEE, Gregorio Izquierdo, asegura que "el problema del dólar es que refleja sólo las conveniencias de la principal economía del mundo". Sin embargo, muestra sus reticencias ante este tipo de informes: "No creo que el dólar pierda el protagonismo a corto ni medio plazo, su preponderancia es muy fuerte".

El informe del FMI plantea en su informe "una reforma ambiciosa" que se desarrolle en el campo de las ideas para que, a largo plazo, pueda ser factible la transición hacia una nueva divisa. No obstante, no pierden de vista el carácter puramente teórico de la iniciativa, concebida sólo como foro de reflexión.

La propuesta llega en un momento de fuertes oscilaciones en los mercados que llevan a los estados a intervenir en sus politicas monetarias. Los problemas del yen en Japón han obligado a su Gobierno a influir en el mercado de divisas debido a la excesiva fortaleza de su moneda, lo que penaliza sus exportaciones. Hace algo más de un año, el Gobierno chino ya apostaba por una moneda supranacional para compensar la enorme dasvalorización que sufría el dólar.

Vuelve Keynes

El organismo internacional recupera así la propuesta original de Keynes, quien ya propuso a mediados del siglo pasado la creación de una moneda de intercambio internacional, el Bancor, el mismo nombre que rescata ahora el FMI para su propuesta. A modo de cesta que aglutina las cotizaciones de las principales divisas del mundo, el Bancor reflejaría el peso proporcional de cada país en el comercio internacional y alejaría la dependencia de una moneda que responde a los intereses de una única nación.

Algo así ya existe, pero con grandes limitaciones. Se trata de los Derechos Especiales de Giro (DEG), instrumentos financieros creadas a aprtir de una canasta de divisas en la que el dólar estadounidense tiene una ponderación del 44%, el euro de 34%, el yen de 11% y la libra esterlina de 11%, y donde los porcentajes de ponderación se actualizan cada cuatro años. El director de servicio de estudios de IEE advierte de que el problema es que los DEG no son realmente una moneda. "Son sólo instrumentos de liquidez, unidades contables que son válidas únicamente como equivalencias ante el FMI y no para transacciones comerciales", comenta Izquierdo.

Cambiar una divisa de tal consolidación en unos años no es tan sencillo, y no responde simplemente a las iniciativas de los bancos centrales. "Es el sector privado el que elige la monda que más le conviene, y hasta ahora eligen el dólar porque es una moneda estable", advierte Rolf Campos, profesor del IESE. Así, los Gobiernos no pueden imponer este tipo de medidas, por mucho que economías emergentes como China, India o Brasil cobren cada vez mayor importancia en el panorama comercial y busquen la sustitución del dólar por una divisa más afín a sus intereses.

Respecto a la creación del Bancor, añade que la nueva moneda "acarrearía los mismos problemas del dólar", ya que representaría los intereses de los países más fuertes, y destaca su alcance limitado: "Este tipo de iniciativas responden puramente al campo teórico", concluye.

El dólar, la moneda más estable

Los expertos coinciden en afirmar que el billete verde ha sido elegido como divisa internacional por su estabilidad y por su gran peso como moneda de reserva, por lo que ha aportado más beneficios que inconvenientes. "Nadie ha impuesto el dólar a nadie", advierte José Luis Álvarez, profesor de Ciencias Económicas de la Universidad de Navarra. Esta divisa ha sido aceptada por la comunidad internacional como moneda de intercambio porque "resulta atractiva, y no sólo como moneda de reserva", afirma Álvarez.

Preguntados sobre si la crisis podría desbancar al dólar como moneda internacional, los analistas rechazan todo tipo de "predicciones apocalípticas". "El sistema monetario internacional se ha mostrado sólido, y el dólar ha funcionado bien", asegura el profesor, y añade que EEUU tiene "buenas perspectivas demográficas y económicas", lo que impedirá que se le desbanque de su posición dominante.

Además, para cambiar la moneda internacional "habría que convencer a todos los países, y muchos no querrían", afirma Rolf Campos, y compara la situación con las dificultades que ha tenido la implantación del euro en el consenso entre los países miembros de la UE. Además, "el problema es que muchas naciones han acumulado reservas en dólares y no soportarían que se devaluase", concluye Álvarez.

Si en el siglo pasado se necesitó de dos guerras mundiales para desbancar a la libra esterlina, ahora no basta con una crisis que de momento no hace tambalear a la principal economía del mundo para hacer lo mismo con el dólar. "Esta crisis no va a quitar a EEUU de su posición, su Reserva Federal no se ve en peligro", concluye Campos. Y es que al dólar, en opinión de una mayoría de expertos, le quedan aún muchos años como divisa hegemónica.

[Fuente: El Mundo, Madrid, 19sep10]

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